Capitulo 4.

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Black

Me levanto y miro el celular, espero por una llamada que yo debo hacer, acaso estoy loco? Como podría aceptar algo así, casi podría jurar que a esto se le llama prostitución, me de un trabajo a cambio de sexo. ¿Acaso soy tan atractivo?

Luego de bañarme me paro frente al espejo de cuerpo entero y me observo, hago poses y no estoy mal.

-¿Que haces princesa?.-Aarón esta con una taza de café en la entrada de mi habitación. Me mira con las cejas arqueadas.

-Nada- me cubro y cazo la camisa para colocármela.

Definitivamente luego de ir a la universidad tendré que ir a la empresa de la señorita Domenica, espero que no se enoje si le digo que no y que mantenga el plan de pago en el hospital.

-Como sea- dice yendo por sus cosas- hoy no iré contigo, debo arreglar asuntos con la señora Mitchels.

-¿Quieres que falte y te acompañe?- pregunto preocupado por su rostro pálido. Se nota que no durmió nada por la bolsas bajo sus ojos.

-No, esta bien princesa, debes ponerte al día por mi que luego tomare tus apuntes, por cierto leí unas hojas de las que tenias ayer, ¿que carajo estudias para tener que saber sobre castigos con látigos?- me mira divertido, por suerte el Aarón normal no entendería nada estando bien, por lo que este Aarón cansado entiende menos que nada estando en este estado de agotamiento.

-solo vi una peli y me llamo la atención- digo lo primero que me vino a la mente.

-Ese es mi niño- acaricia mi cabeza- creo que es hora de llevarte a Snegovik.

-Snego.. Que?- pregunto.

-Mi pichón esta creciendo- acaricia mi cabeza nuevamente y se va como si nada.

Termino mi desayuno y me alisto para ir a estudiar, antes paso por el hospital y saludo a mamá, hablo con su medico que me informa su estado. Al parecer le tienen fe a el nuevo tratamiento.

Tengo varias materias donde entrego mis trabajos a tiempo e infiltro los de Aarón que obviamente se los hice yo, todo por mi amigo.

Me voy al gimnasio de la universidad y me alisto para la peor parte del día, paso por la piscina para llegar a la parte de la pista de hielo, hay unos quince chicos de mi edad pero que me doblan en musculatura.

-¿Mikels?

-Aquí!- da el presente Jakson.

-¿Green?- llama el entrenador.

-Aquí señor!- se apunta Alekei.

-¿Como estas campeón?- el hombre mayor abraza al rubio y luego sigue con la lista.

-¿Quien es Burns?- arquea las cejas y mira entre todos, sus ojos llegan a mi cuando las bolas de esteroides se hacen a un lado.- hijo no damos clases de ballet aquí.- comenta y todos ríen.

-Vengo por el puesto de capitán- comento tratando de no temblar.

-De poder me negaría a perder el tiempo contigo- ojea su hoja- pero eres el único que ha tenido los cojones para retar al campeón- pasa palmeando la espalda de Alekei.- Andando ya quiero comenzar los entrenamientos matutinos con Green como capitán!- grita y todos comienzan a alistarse- en mi oficina hay unos patines, tal vez te queden- comenta- ignora la sangre de las cuchillas, olvide limpiar el resto del último que quiso retar al campeón.

Huyo y trato de no irme por la puerta de emergencias, tomo los patines y efectivamente tienen sangre.

-Padre nuestro que estas en los cielos..

𝐃𝐨𝐦𝐞𝐧𝐢𝐜𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora