Capítulo 8

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El dolor de cabeza me dio los buenos días. En cuanto abrí los ojos puede apreciar que mi mano volvía a tener un vendaje; el corte no había sido profundo pero parecía que mamá estaba tomando sus precauciones...anoche...todo era una locura. Definitivamente no estaba en mis planes hacer aquella escena. En una de mis terapias, la psiquiatra que me atendía me había dicho que mi anorexia era nerviosa y estaba relacionada con la muerte de mi padre pero nunca había querido confesar que todo este tiempo me sentía culpable por su muerte. No había podido dejar de pensar en todas las posibilidades y "hubiera" del accidente. En cuanto me enderecé en la cama pude ver que mamá dormía del otro lado y Alex estaba en una silla; me habían llevado al cuarto de mamá. De verdad intenté controlarme, lo intenté pero había veces que simplemente el problema era más grande que mi voluntad. Con mucho cuidado, me levanté lo más lento que pude y sin hacer ruido salí de la habitación

–¿Maddy?–escuché desde la habitación a mamá y antes de que pudiera decir algo salí corriendo al baño y cerré la puerta con seguro–Maddy abre por favor...–mamá había llegado rápidamente en cuanto escuchó que la cerraba–cielo podemos solucionarlo juntas–decía mientras intentaba en vano abrir la puerta. Lágrimas recorrían mis mejillas, en serio no quería hacerlo pero el dolor me superaba...cuando vomitaba podía sentir un poco de alivio al principio y aunque sabía perfectamente que no duraría, necesitaba sentirme mejor...necesitaba dejar de sentir dolor. Estaba inclinada en la taza del baño lista para hacerlo cuando la puerta se abrió; Alex había roto la chapa. Inmediatamente mamá se acercó a mí y me quitó el cepillo de dientes de la mano mientras se asomaba a la taza del baño; pude ver el alivio en sus ojos cuando vio que no había nada.

–Lo siento...–susurré mientras continuaba llorando. Mamá no dijo nada, simplemente me abrazó mientras ella también lloraba

–Todo estará bien cielo...lo solucionaremos.

[...]

No había pensado que estaría de regreso en mi habitación de hospital tan rápido. Después del episodio de la cena y el baño, definitivamente no podía continuar sin supervisión así que se había decidido que lo mejor era regresarme. Mamá no estuvo de acuerdo en un principio porque sabía que yo quería estar en casa pero le había asegurado que estaba bien; no quería volver a asustar a Zola o Bailey como esa mañana en el baño. Aún así, las cosas no eran tan malas. Mamá se aseguraba de comer conmigo todo el tiempo, tía Maggie venía siempre a visitarme y tía Amelia veía películas conmigo o me platicaba acerca de sus pacientes. Por otra parte, Penny, quien era la Doctora Blake, ahora estaba trabajando aquí. Mamá se había encargado de prohibirle que se acercara a mí de una manera no muy sutil pero se lo agradecía; aún no estaba lista para afrontar todo eso. De igual forma, Max venía a visitarme todos los días después de la escuela, bueno todos menos los días que tenía entrenamiento o partido. Le había prometido que en cuanto saliera de aquí, iría a uno de sus partidos. Igual, las cosas eran diferentes ahora, tenía más permiso de merodear por el hospital siempre y cuando alguien supiera dónde estaba. 

Esta mañana había decidido ver a mamá pero estaba retrasada así que había estado con algunos pacientes de Jackson hasta que le hablaron de urgencias y decidí acompañarlo. Últimamente me gustaba estar en urgencias y ver los procedimientos que hacían. Esto era algo que normalmente no ocurriría pero Bailey siempre hacía excepciones conmigo; después de todo ella y papá siempre habían sido muy buenos amigos. Mamá necesitaba unos instrumentos en su cuarto de urgencias así que me ofrecí a llevárselos.

–Hola mamá–dije entrando al cuarto–esto es una locura

–Hola cielo, muchas gracias–dijo cuando le entregué lo que necesitaba–¿Qué haces por aquí?

–Estaba con Jackson pero lo llamaron a Urgencias y decidí acompañarlo pero todo es una locura así que iba a regresar a mi cuarto pero vi que necesitabas algo así que decidí traértelo

–Gracias cielo, ¿crees que también me podrías traer esto?–dijo pasándome una nota con algunos nombres

–Claro mamá enseguida vuelvo

Con ello salí del cuarto pero había demasiados internos buscando utensilios y medicamentos así que ocupe la frase "la Doctora Grey pide con urgencia..." y los obtuve de una forma

–Mamá me dijeron que la segunda cosa se había agotado pero que ya estaban consiguiendo más, aún así me dieron ésta que dicen que hace el mismo efecto aunque tiene un nombre muy complicado pero creo que en sí todas...–dejé de hablar, venía distraída viendo las medicinas y no me di cuenta de lo que ocurría. La sala estaba totalmente destrozada y mamá estaba en el piso, no estaba inconsciente. El paciente estaba parado de frente a ella y ahora me miraba; su mirada era totalmente sombría. Intenté abrir la puerta pero estaba tan nerviosa que mis brazos temblaban, de un momento a otro me tomó y mi cuerpo se estrelló con un pared, todo dolía pero rápidamente me levanté tratando de llegar a la puerta pero me jaló de una de mis piernas y debido a su fuerza ambos terminamos en el piso y uno de los botes había caído sobre mi pierna izquierda; inmediatamente sentí el crujido. Tras ello colocó una de sus manos en mi cuello y fue entonces cuando pensé que moriría. Mamá había tratado con todas su fuerzas levantarse para venir a ayudarme pero ahora estaba inconsciente en el suelo y a mí cada vez se me hacía más difícil respirar. De repente la fuerza de la mano del Sr Lou se desvaneció y cayó al suelo; fue entonces cuando vi a la Doctora Blake quien tenía una jeringa en su mano por lo que pensaba que le había colocado un sedante al Señor Lou.

–¡Necesito apoyo, aquí ahora!–escuché que gritó. Primero se acercó a mamá quien parecía seguir inconsciente y luego a mí. Yo no podía respirar completamente y todo mi cuerpo dolía, en especial mi pierna. Rápidamente me colocaron en una camilla y me llevaron a otra sala de trauma. Conmigo estaba Bailey, Arizona, April, Jo y un Doctor que era nuevo, creo que se apellida Riggs. Tan sólo me colocaron en la habitación, empecé toser demasiado hasta que pude sentir cómo la sangre salía de mi boca

–Tiene lesión en la traquea...

Realmente estaba asustada, quería a mamá; no pude evitar comenzar a llorar. Arizona se dio cuenta de esto y de repente el Doctor Riggs desapareció mientras llegaba tía Maggie

–Hey Maddy, ya estoy aquí nena todo va a estar bien, te lo prometo

Lo último que pude sentir fue cómo mi cuerpo convulsionaba y en cuestión de segundos, todo quedó negro.

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⏰ Última actualización: Aug 28, 2022 ⏰

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Madelyn Grey ShepherdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora