Mew le propone a Gulf casarse sin compromiso para librarse de un matrimonio
arreglado por sus padres, el menor lo piensa y duda en un principio pero finalmente acepta,
lo que no sabe es la realidad detrás de las palabras de Mew.
Pareja principal:
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Bueno como agradecimiento haré una maratón de esta historia.
Comenzamos.
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Intentó, de verdad que lo hizo, intentó resistirse a Gulf, intentó no hacer caso a sus provocaciones, no volver ha acostarse con él, pero todo quedó en un intento, por que siguió haciéndolo.
Siguió acariciando la piel de Kanawut con delicadeza y suavidad como si de un muñeco de porcelana se tratara y temiera romperlo, siguió besando cada tramo de piel, incluyendo sus labios, como si fueran lo más delicioso del mundo... Siguió haciéndolo suyo hasta no poder más.
Y estaba mal, muy mal.
Por que un pequeño hilo de ilusión de poder tener algo más con Gulf se estaba creando en su interior, pues el menor ya no salía a antros todos los días, por lo visto sólo se estaba entregando a él, pero aún así, sabe que para el menor no es más que sexo.
Lo sabe y eso no deja de darle vueltas en la mente, las dos palabras que Kanawut seguía diciéndole no dejaban de amartillar su cabeza... "Te deseo".
Sólo lo desea, nada más, y sabe que es hora de terminar con eso, pero entonces... Entonces Gulf lo besa y se olvida por completo lo que iba a decirle, vuelve a caer ante los encantos del azabache y vuelve a hacerle el amor, aunque sólo sea de su parte.
Y se odia por ser tan débil ante su amante, odia no poder resistirse y pedirle finalmente el divorcio, odia amarlo tanto. Se deja llevar por los dulces labios del menor sobre los suyos, acaricia con lentitud, suavidad y cariño la hermosa piel blanca del menor.
—Tengo que irme –Susurra, besa por última vez los rosados labios del azabache y sale. No logra descifrar que debe hacer, ama a Gulf, pero Gulf sólo lo desea, entonces... ¿Debería disfrutar mientras pueda?... ¿O alejarse del amor de su vida hasta poder sacarlo de su corazón y poder verlo de nuevo como su mejor amigo?
Y es ahí donde entra en un debate mental, él no quiere ninguna de las dos.
No quiere seguir por que sólo esta consiguiendo sentir más dolor, incluso, sus ganas de llorar han aumentado y sólo desea dejar de sentir tristeza; pero tampoco quiere alejarse del azabache pues esta tan acostumbrado a su presencia que se le haría casi imposible vivir sin ella, y también estaba el echo de su estúpido y erróneo enamoramiento por él.
No puede, no quiere hacer ninguna de las dos, y colapsa, llora estando sólo en su departamento, no se ha molestado en presentarse en la empresa, un día que faltara no le afectaría a nadie.
Estaba jodido, mucho.
Siente de pronto que ha olvidado como respirar, es incapaz de tomar aire y llevarlo a sus pulmones, sus sollozos sólo lo hacen peor y comienza a ver todo borroso. Trata de calmarse pero es inútil, caía al suelo y queda inconsciente.
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Off, Gun y Gulf estaban por reventar sus celulares de tantas llamadas y mensajes que realizaban. Mientras que el mayor mandaba mensajes pidiéndole que contestará, los otros dos se turnaban para llamarle. No obtienen resultados, son la una de la madrugada y Mew Suppasit no aparece por ningún lado, los mayores fueron a la empresa a buscarlo pero les dijeron que el castaño no había ido.
Y entonces algo hace click en la mente del rubio, se olvido por completo del departamento de su mejor amigo, y que, para su suerte, tiene la llave de este. —Regreso en unos minutos –Informó antes de salir de la casa de los menores. Sube a su auto y se dirige con rapidez al edificio departamental.
Al llegar, sube corriendo por las escaleras sintiéndose incapaz de esperar el elevador, abre la puerta del departamento con ayuda de la llave y entra apresuradamente al lugar.
Recorre con la mirada la sala de estar, sus ojos se abren en demasía al ver a Mew en el suelo, definitivamente estaba inconsciente. Con un poco de dificultad por la diferencia de peso carga al menor y lo recuesta sobre el sofa más grande. Suspira aliviado al darse cuenta que sigue respirando.
Sacó su celular y marcó el número de su novio.
—Ya encontré a Mew, dile a Gulf que esta bien, nos vemos mañana Gunie, no te preocupes –Pronunció, y sin darle tiempo a contestar, colgó.
Pasea su mirada por el cuerpo del castaño asegurándose de que no este herido, repara en sus ojos, están hinchados y rojos, entiende de inmediato que estuvo llorando.
Busca en el baño el botiquín de primeros auxilios, saca una pequeña botella de alcohol y un poco de algodón. Moja este con el líquido y lo pone muy cerca de la nariz del menor para despertarlo.
De a poco el castaño abrió los ojos, se sintió aturdido, había pasado mucho tiempo inconsciente. Miró al rubio confundido, ¿Qué rayos hacia allí? Llevó su mano derecha a su cabeza y comenzó a sobarse, le dolía, probablemente por que se golpeó cuando cayo.
—¿Qué haces aquí? –Preguntó una vez que se estuvo en sus cinco sentidos, se sentó y cerro sus ojos dejando caer su cabeza hacía atrás reposandola en el respaldo del sofá.
—Resulta que llevamos todo la tarde buscándote –Mew frunció el ceño. —Después de las seis Gulf me llamó preguntando si estabas conmigo, me dijo que aún nos llegabas así que Gun y yo fuimos a buscarte a la empresa pero nos dijeron no habías ido, te estuvimos llamado y mandando mensajes pero nunca contestaste, ¿Sabes lo preocupado que nos tenías?
El menor hizo una mueca, tragó saliva y negó. —Yo no tengo la culpa de haberme desmayado, además, tienes la llave del departamento, bien pudiste venir desde antes –Musitó, su voz sonaba extrañamente más ronca de lo normal. —Ire a dormir, puedes quedarte –Escuchó al rubio llamándole pero lo ignoró y se encerró en su habitación.
Ciertamente no tenía sueño, sólo quería estar sólo, se puso de pie frente al ventanal de su habitación, podía ver la ciudad que en ese momento estaba a oscuras y era alumbrada únicamente por los faroles en la calle.
No recordaba si quiera que estaba haciendo antes de quedar inconsciente, su mirada se posa en la luna y no puede evitar sonreír. Una sonrisa apenas visible pero sincera, suspira al sentir la presencia de Off en la habitación y se maldice no haberle puesto seguro a la puerta.
—Realmente deseo estar solo –Musitó una vez que el rubio estuvo a su lado.
—No, tu odias estar solo –Era verdad, odia la soledad, y odia que el mayor lo conozca tan bien, no puede permitirse decir mentiras pues Jumpol casi siempre se da cuenta cuando lo hace.
—Como sea –Musita, sigue sin despegar su mirada de las calles más vacías que llenas de Bangkok, cierra los ojos al sentir el aire frío golpear contra su rostro.
De un momento a otro dejó de prestarle atención a lo que miraba, su vista estaba borrosa y sólo podía concentrarse en sus pensamientos que iban de un lado a otro. En su mente volvió ha aparecer el responsable de toda su confusión y tristeza en los últimos meses, Gulf Kanawut.
La sonrisa tan hermosa y brillante que este poseía lo hacia querer seguir con ese estúpido juego que estaba seguro perdería, pero aún así, correría el riesgo. —¿Qué sucede? –Sonrió con tristeza y le echó un último vistazo a la ciudad.
—Nada.
Se dirigió a su cama y se recostó sobre ella, el pensaba que no tenía sueño pero casi de inmediato cayó al profundo mundo de los sueños dejando a Off con la incertidumbre del por que se encontraba así.
