Parte 3

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Aquel fin de semana era perfecto para un paseo, el sol se encontraba en su punto más alto, no había nubes a la vista y el viento soplaba con tranquilidad, el aroma de las flores podía sentirse siendo arrastrado por aquel inmenso parque donde ellos estaban.

Unas semanas habían pasado desde que Volkov aceptase a Horacio como su pareja, no había sido fácil, después de aquella fugaz sesión de besos, el peligris comenzó a cuestionarse si era correcto, tanto para él como para su hijo, porque una cosa era que Horacio estuviera en su presencia como un amigo y otra muy distinta que lo hiciera como su pareja alfa, no tenía idea de cómo se tomaría su hijo la nueva situación.

Horacio lo entendió, entendió que el omega necesitase tiempo, no sabía toda su historia, pero podía darse cuenta que muchas de sus reticencias tenían que ver con alfas, no cavia duda de que en algún momento le habían hecho mucho daño y él no quería presionarlo, aceptaría lo que Volkov quisiera entregarle sin condiciones.

A Viktor le costó al menos cuatro días decidirse, días en los que debía lidiar con el trabajo, el cual se hacía más pesado, pues de asistente había pasado a recadero, aunque claramente sin quitar sus obligaciones anteriores, además de lidiar con el asunto de ser un alfa delante de todos allí ¿Cómo justificaría a Horacio si alguien lo descubría?

Eran días en los que sus pensamientos estaban difusos, en los que no sabía cómo lidiar con lo que sentía. Las nuevas emociones le invadían y se mezclaban con las antiguas, creando en él miles de incertidumbres, de planteamientos que no lograban poner fin a sus cavilaciones, pero había un pensamiento que sobresalía, la necesidad de proteger a su hijo de todo mal.

¿Estaba haciendo las cosas bien?

- Hijo – se encontraban él y Alec sentados en el sofá mirando una de las películas favoritas del pequeño. Volkov pensó si realmente hacer aquella pregunta, pero Alec era parte fundamental de él, debía saber cuáles eran sus pensamientos antes de aceptar cualquier tipo de relacion amorosa con otra persona por lo que se decidió a plantearla - ¿Qué piensas de Horacio?

- ¿Horacio? - el niño lo miró sonriendo - me gusta papi, siempre juega conmigo – habló entusiasmado olvidándose por completo de la película – y me trae regalos y juguetes.

- Entonces no te molestaría si...- ¿Si qué? ¿Qué le iba a decir? Dudaba de que su hijo entendiera lo que significaba estar en una relacion con alguien.

- ¿Horacio puede ser mi otro papá? – soltó el niño de sopetón, si no fuera porque se encontraba sentado, Viktor de seguro se estamparía contra el suelo.

- ¿Q-que Horacio qué? – chilló sin poder creer lo que había escuchado.

- Es que mis amigos tienen dos papas – comenzó a explicar bajando su cabeza avergonzado – y a mí siempre me preguntan dónde está mi otro papa – Volkov sintió el golpe de las palabras de su hijo, estaba siempre tan empeñado en demostrar que podía solo, que olvidó por completo los sentimientos de este con respecto a ese tema.

- Alec escucha hijo – Viktor lo tomó llevándolo a su regazo – tu no debes sentirte mal por no tener dos papas – aquella charla le resultaba particularmente difícil, se sentía culpable por no darse cuenta antes del daño que le hacía a su hijo, y aunque le consta que él está mejor sin la presencia de aquel alfa en su vida, es normal que al ver que sus amigos tienen dos papas se sienta fuera de lugar.

- No – el niño negó – no me siento mal.

- Ah ¿no? – Volkov se sentía confundido.

- No, porque ahora puedo decir que Horacio es mi papá – afirmó completamente seguro. El peligris suspiró rindiéndose, aquella batalla estaba completamente perdida, sabía que su hijo insistiría con el mismo tema y él no tenía idea de cómo explicarle la situación sin quitarle la ilusión.

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