Capítulo 1

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Esta soy yo, Liana Price. Mis amigas dicen que soy la niña de papá, pues me lo consiente todo. Pero... ¡Que hay que no me haya dado si lo tengo todo! Soy rica, pero no soy de ninguna sociedad, soy normal. Me siento normal. Físicamente soy "mona", tengo el cabello largo, ondulado y castaño chocolate. Mis ojos son negros, las pestañas largas, y los labios carnosos y rosados. Mi cuerpo es otra cosa, como un laberinto. Tengo pechos pequeños y curvas, vientre plano y trasero respingón. Lo que más odio es ser alta y no poder ponerme tacones. Pero eso no es un problema, mi mayor problema es que tengo un imán para los estúpidos como mi novio, el jugador de rugby
del instituto.
Mis padres son los Price, señor y señora Price. Vivimos en una casa grande con jardines y un laberinto, todas las mañanas veréis a Jou podando los árboles y cortando las ramas.
Es navidad, las vacaciones que más me encantan. Y no precisamente por su tiempo y fechas sino por la humildad. Porque toda la familia se reúne y censamos pavo en la gran mesa de casa para unas veinte personas en las que de normal solo cenan cuatro. Mi madre, mi padre, mi hermana Rachel y yo. Pero ante todo, donde la belleza nace es en el baile de noche vieja.
Tengo 17 años y estoy apunto de terminar 2° de bachillerato para dar paso a la universidad darrogante.

¿Queréis conocer amis amigas? Entonces nos vamos donde estoy yo ahora, en las actividades del instituto del 1° trimestre.

- Les anunciamos chicas y chicos que se pasen por sus clases para recoger las notas de fin de primer trimestre. - Anuncia Poeh, la secretaria del instituto privado de Chicago.

- ¿¡has escuchado eso!? - Grita nuestra amiga Tamara. Tamara tiene un talento, y es el de dejarte sorda. Ella es muy peculiar, tiene el pelo teñido de rojo y las uñas a juego. Siempre viste muy cool y eso enloquece a las chicas y, luego esta Brandy.

- Siiii, vamos a por las notas. Tía espero haber aprobado. - Brandy cruza los dedos y nos mira desesperada. Brandy es como una barbie, rubia, ojos azules, pechos grandes y mucho dinero. Aun que aquí todo el mundo tiene mucho dinero.

- Ey, baby - Dice Ethan, mi novio, cerrando mi taquilla con el codo a la vez que me abraza por detrás y me besa en el cuello. Lo nuestro no es amor, eso lo se. Es solo que un día nos emparejaron y dijeron Liana la animadora con el mejor jugador de fútbol americano del instituto, y este es... Ethan Smith.

Mis amigas se ruborizan y se me dejan sola con Ethan Smith.

- ¿Que tal te ha ido? - Le pregunto.

- Bueno... Hemos ganado mucho dinero con los dichosos pastelitos de crema. Pero estaba aburrido y, entonces se me ocurrió pensar en ti. Y me pregunto... ¿Qué estará haciendo mi amada Liana?

- Pues tu amada Liana acaba de pegarse una ducha después del espectáculo que te has perdido.

- Lo siento pichoncito mío. - Hace un puchero, me volteo y le beso inesperadamente en la mejilla dejándole con los labios entre abiertos. Pues no me apetece besar a un chico del que no estoy segura de amar.

Camino hasta la clase, tomo asiento junto mis amigas en una mesa de tres. Tamara se lima las uñas y Brandy se ajusta el sujetador. Las dos parecen locas y quizá sea por eso que me caen taaaan bien.
Pasan lista hasta llegar a nuestros nombres, primero llaman a Brandy. Cuando le entregan sus notas se queda pausada un momento mirándolas de arriba a abajo y suspira. Y de repente cuando nosotras creíamos que estallaría en llantos salta de alegría y besa la mejilla del profesor. El profesor Honkins se sonroja y tartamudeando llama a Tamara. Tamara deja lo que esta haciendo con las uñas y recoge sus notas.

- ¡Todas aprobadas menos álgebra! - Grita feliz después de haberle dado un repaso, y por última yo.

- Liana Price - la voz de el profesor es escalofriante y me espero lo peor. Seguro que me caen quatro o cinco. O peor aún, seguro que suspendo todas y cada una de ellas. Cojo las notas de un color verde y las reviso todas sin saltarme ni una. Bien, excelente, sobresaliente, notable, notable... Ni un insuficiente. Es maravilloso, ahora mi papá me comprará mi iPhone 6.

- Chicas, nos vemos mañana para comer con mis padres. - Les digo despidiendome de ellas con la mano.

- Allí estaremos - Y esas son mis amigas... Soy tan feliz cuando ellas lo están. Como se nota que han aprobado. Creo  que el padre de Brandy la hubiese matado de saber que suspende alguna.

Pero quiero que os imagineis esto ahora en cámara lenta, por que es así como lo vivo. Salgo por la puerta de clase y me dirijo a la puerta de entrada, hay gente por los pasillos. Bajo las escaleras y ya estoy fuera, el viento golpea mi rostro, mi cabello ondulado vuela en el aire y ... Entonces lo veo. Hay un joven de pelo caoba, gafas de sol y bonita sonrisa apoyado en la guantera de mi coche. Ando hacia mi Audi muy persuasiva y decidida. Voy a echar a ese muchacho que se atreve a tocar mi coche sin yo conocerlo.

- Quitate de ahí desconocido - Le riño al chico de pelo alborotado.

- Que modales hermanastra. - Se burla. Humedece sus carnosos y finos labios. - He venido en tu busca, tu papá dijo que podía llevarme este coche.

- Dame las llaves, ahora. No me agradan las bromas.

- Mira preciosa... - Lo interrumpo.

- No me llames preciosa.

- Mira bonita, esto no es una broma. Si desea la don niñita de papá llamarlo y verificar que uno, soy tu hermanastro y dos, tu coche es tan mio como tuyo...

Que arrogante...

Levanto el dedo, lo señalo y cuando voy a hablar doy un paso alante y desgraciadamente piso algo viscoso. Miramos a bajo y he pisado una mierda.

- ¡Mierda! - Gruño. Se rie - ¿De qué te ries?

- Bueno... Digamos que me parece gracioso pisando lo que has pisado que digas la palabra mierda. Podrías haber dicho ¡Suerte! Porque las mierdas dan suerte.

- Eres asqueroso. - Me saco la convers y se la tiendo para que la coja.

- Ni de coña voy a tocar yo eso.¿Estas de broma, verdad?

- Pues llamo a mi padre. - Cojo el IPhone 5 y pulso su contacto, ya lo estoy llamando. Lo coge al segundo tono .

- ¿Cariño?

- Papi - Hago un puchero aún que se que el no me puede ver, por mala suerte el chico si y sonrie ante la situación. - No te vas a creer lo que me ha pasado...

- ¿Qué a pasado hijita, suspendiste?

- ¡No! Puede que suene despectivo pero he pisado una mierda, tengo el zapato en mis manos y hay un chico - Muy guapo -  que dice que es mi hermanastro.

Mi "hermanastro" se rasca la nuca y cuando ve a una chica se levanta las gafas de sol ( que no se porqué las lleva si estamos en invierno ) , y le guiña un ojo. La chica se sonroja y no para de mirarlo.

- Cariño es que lo es... Te avisamos hace dos semanas.

- Nooo, hace dos semana dijiste que vendría un muchacho a la casa a pasar una temporada, no que lo adoptáis o que es algún familiar mío...

- Si que lo dije.  De todos modos se comprensiva y paciente, piensa que el no viene de familia adinerada y sus modales quizá a veces no sean los correctos. Ten paciencia, te dejo es hora de mi baño. Chao, cariño .

- Chao, papi. - Y cuelgo. Me dirijo a mi nuevo hermano. - Y tú imbécil, llévame a casa.

- Oye princesita pisa mierdas, no me llames imbécil o empezaremos con mal pie. Y no soy tu esclavo.

- Ya hemos empezado con mal pie. ¡Mira mi zapato!

- Princesa tiquismiquis... Tu vas a alegrarme todos y cada uno de mis días. - dice irónicamente.

- Y tu vas a empeorar los mios.

- Encantado, soy Tobías McAdams. - Me tiende la mano y cuando la voy a estrechar se la pasa por el pelo caoba alborotado.

- Anda, conduce y Quitate esas gafas de pringado que llevas.

- Al menos no apesto a mierda - contra ataca.

Nos vamos a llevar muy mal... Muy pero que muy mal.

MÁS QUE UN HERMANASTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora