Capítulo 2

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En ningún lado

Julio 18, 1966

La mujer estaba en lo correcto, tampoco en su trabajo.

Unos días después de encontrar las cartas, mientras salía del complejo de apartamentos, había tenido la suerte de entrarme con el señor Torres, aunque fue algo improvisto para él, estuvo más que dispuesto a darme la dirección de trabajo del Señor Thomson.

—Oh señor Greenwood, no estoy muy seguro, pero seguramente lo tengo en mi libreta— dijo mientras caminaba lentamente a su apartamento. —Tampoco he escuchado de él, pero la renta siempre llega, me pregunto que habrá pasado— al mismo tiempo saco un pequeño papel de un cuaderno —¡Lo he encontrado! La dirección de la agencia inmobiliaria, está a una hora en autobús, y solo abre de lunes a jueves— dijo mientras me entregaba el papel —Espero le sea de ayuda, por el momento me retiro, he quedado con unos amigos en el billar— menciono mientras salía de su apartamento y caminaba hacia la puerta principal, parecía apurado así que no quise molestar más.

—Agradezco su ayuda Señor Torres, y lo mantendré al tanto— dije mientras lo veía salir del edificio.

Y era verdad, la oficina estaba a una hora en autobús, me arrepentí por no haber utilizado un carro del museo, tal vez hubiera sido más fácil, pero no había de que quejarse cuando ya estaba frente al edificio. Un edificio blanco, con pilares azul marino y ventanas que parecían polarizadas. Mientras entraba por la puerta principal pude sentir la tensión, había muchas personas caminando de un lado al otro, y otros se encontraban en el teléfono contestando llamadas cada minuto, qué estará pasando, me pregunte mientras caminaba hacía una de las recepcionistas que parecía desocupada. —Buenos días— dije con una sonrisa, ella volteo rápidamente y sonrío con prisa —Por el momento no puedo atenderle, podría regresar mañana— dijo rápidamente mientras contestaba el celular, no pude moverme, todo fue tan rápido que no tuve tiempo de reaccionar, regrese en si cuando la escuche decir —...No él no se encuentra aquí-sí, sé que le he estado diciendo lo mismo por las últimas 2 semanas, pero en realidad no está— me miro y dijo —enseguida regreso con usted, señor, si usted busca al señor Thompson no puedo ayudarle, pero si tiene alguna otra duda por favor comuníquese por correo postal— rápidamente regreso al celular y se enfocó en la llamada. Sonreí y empecé a caminar hacía la puerta mientras pensaba que así de rápido como entre, así salí, será que todo está fuera de control por el señor Thompson, qué tan importante era el en la empresa. Tomé el autobús de regreso a casa y me dediqué a descansar, había sido una semana atareada, no solo en el museo, pero también en casa. Mi madre había ido al hospital por problemas respiratorios, y habían decidido que lo mejor era que se quedara ahí por unos días más, ayer me había quedado con ella y no pude descansar muy bien.

Al llegar al edificio vi que había una carta nueva en la caja del vecino, rápidamente la tome y era de la misma persona de antes, tome mi correo y subí a mi apartamento.

Adriel, he comprado un boleto, salgo en un barco hacía New York en dos semanas, han pasado varios meses y no he recibido respuesta así que prefiero ir y buscarte yo misma. Si lees esto, si lo ves de alguna manera, por favor contesta.

J.

Ha diferencia de meses atrás la mujer ya no escribía la misma despedida y ahora se refería a él por su nombre, podía entender su estrés y nerviosismo. Tome la carta y la puse con la caja con las otras, en dos semanas ella vendría y se daría cuenta que su prometido no había leído sus cartas, pero yo sí. Necesitaba encontrarlo cuanto antes.

Al día siguiente mientras salía de mi apartamento vi a una mujer asomándose desde la puerta del señor Thompson, se me hizo bastante conocida, pero no lograba saber de dónde, miré a los lados y vi dos niños pequeños al final del pasillo, y lo supe, la señora del museo. Me acerque un poco más y ella volteó —¿Señor Greenwood? — dijo confundida.

—Oh, hola— dije mientras hacía un saludo con mi mano —¿Qué la trae por aquí? — pregunté y me acerqué aún más a la puerta. —Bueno, venía por las cosas de mi hermano, de casualidad, u-usted ha visto a mi hermano por aquí últimamente— preguntó mientras sostenía una caja con ropa —No, han pasado varias semanas desde la última vez que lo vi— dije mientras pensaba si sería buena idea darle las cartas. —Pero si lo veo no dude que le hare saber— asegure para reconfortarla un poco.

—Muchas gracias, por el momento tengo que irme, pero espero tenga un buen día— dijo y bajo rápidamente las escaleras. No sé qué había pasado con el señor Thompson, pero cada vez tenía más ganas de encontrar respuestas. 

***

¡Muy buenas tardes! 

Este capítulo es algo pequeño, pero los capítulos que se vienen contienen más información acerca de nuestro queridísimo Alexander, así que vienen más cargados jijijiji :D.

Espero este capítulo les guste mucho, y recuerden darle estrellita, y mantenerse al tanto del siguiente capítulo. 

Hasta la próxima, 

Lucy

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