Capitulo 5: ¿No te acuerdas de mí?

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CAPITULO 5

CAPITULO 5

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Gomitas

Habían muchos paquetes de gomitas sobre la isla de la cocina, yo jamás olvidaría algo así sobre la mesa

Estaba asustada, Max no estaba en la casa (cita en el veterinario) y ahora posiblemente alguien este acechando

—Hola pequeña pervertida

—¡Ahhhhhh!— solté un grito tan alto que hasta los marcianos alcanzaron a escuchar

—¡Wow! Que pulmones. ¿Puedes por favor bajar la sartén?

Mire a Cameron en el marco de la puerta del patio. Esa puerta conecta la casa con el patio trasero seguramente entro por ahí

—¿Que haces aquí? Casi me matas de un susto— sigo sin bajar la sartén, no sé ni en qué momento la tomé

—Perdón, no era mi intención asustarte— claro que no era su intención, y por eso no he bajado la sartén, no conozco sus intenciones

—No lo vuelvas a hacer si para la próxima no quieres un sartén en tu cabeza— le dije con amenaza en mi tono de voz

—Okay, okay, como digas caramelo

—¿Se puede saber ahora de dónde viene ese apodo?

—Eres una chica dulce, como un caramelo— ruedo los ojos entendiendo lo que dice

—Eso es sarcasmo. Eres un idiota— lo apunto con el sartén

—Me alegra que lo entiendas. Y tú eres una pequeña pervertida

Lo mire con el desprecio que me suele caracterizar a la hora de no querer compañía pero él no parecía entender lo que quería decir con mi mirada. Simplemente lo ignoraba categóricamente. Así que decidí ser un poquito más directa (ay ajá)

—Vete de mi casa— lo mire fijamente esperando su respuesta

—Normalmente...— me ignoro de nuevo y empezó a hablar— Las chicas suelen buscarme a mí, no yo a ellas. No entiendo cómo es que no has intentado nada conmigo, ni siquiera me tocas más de lo estrictamente necesario

—¿Por eso estás aquí?— me reí abiertamente de él— Me parece que te equivocaste de chica. Yo no estoy interesada en nada de lo que esa pequeña cabecita imagina. Tenía intereses sexuales pero decidí dejarlos un tiempo para enfocarme por completo en mis estudios

—¿No te gustan los hombres?— fue lo que me preguntó Cameron ignorando lo que yo acababa de decir

—¿Estás escuchando lo que estoy diciendo?— pregunte incrédula

—Laura, es que simplemente, contigo no se cómo controlarme— dió unos cuantos pasos pero por sus largas piernas quedó justo frente a mi— Me tienes loco, no sales de mi pensamiento

Tomo mi cara entre sus manos y pensé que me besaría pero solo apoyo su frente en la mía

—¿Que es lo que quieres de mi?— lo mire a los ojos esperando obtener una respuesta pero solo ví tristeza, había algo en sus ojos que me daba una sensación extraña

—¿En serio no me recuerdas?— preguntó en un susurro que casi no se escuchó pero gracias a la cercanía lo entendí

—¿Recordarte? Pero si te conozco hace apenas 3 días— su boca estaba a pocos centímetros de la mía, su respiración estaba bastante agitada y sus ojos eran simplemente hermosos

—Lo siento— dijo alejándose y tomando distancia de mi. Sentí frío ante la ausencia de su cercanía

—No, no te disculpes. No pasa nada

—Será mejor que me vaya y perdón por entrar a tu casa sin tu permiso

Él aún estaba agitado y un tanto ¿Aturdido? No logré comprender bien lo que sucedió, solo se que si él me preguntó si me acordaba de él es porque ya nos conocíamos de mucho antes solo que ¿Dónde?

***

Pase la tarde viendo una película en mi habitación mientras hacía un esfuerzo por comunicarme con Julie

Julie es mi mejor amiga, nos conocemos hace ya 9 años. Me sorprende incluso a mi saber que tengo una amiga de tanto tiempo sin contar a Estefan él y yo nos conocemos desde que tengo uso de memoria

Julie se fue a París a pasar las vacaciones de verano y como le gustó tanto estar allá le pidió permiso a sus padres para que la dejarán quedarse dos semanas más

Después de 1500 mensajes no hubo respuesta de Julie así que deje de insistir, seguramente estaba enojada por no responder sus mensajes a tiempo

Escuché el timbre de la puerta principal y me dirigí a ver quién era. Al parecer la veterinaria traía a Max de vuelta a casa, abrí la puerta y lo deje entrar, ya lo extrañaba.

—Es un chico muy consentido— dijo la chica que trajo a Max

—Oh, si que lo es. Gracias por traerlo ¿Te debo algo?

—No, no te preocupes la factura ya la dejaste paga en la mañana

—Okay, gracias de nuevo

—Con gusto

Cerré la puerta y me dirigí al segundo piso junto con Max

—Te tengo chisme Max. No creerás lo que pasó. Estuvo de locos

Luego de contarle lo sucedido nos fuimos a dormir ya que el siguiente día sería aún más agotador que el anterior


Maldito Romance: Él inició (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora