POV. Narradora (su servilleta).
Ese día fue un día fatídico, se sentía como la presencia de las personas era simplemente ausente, y más para Lea. Buscaron a Wanda por todas partes, o al menos eso era lo que creían.
El sentimiento se culpa abrumaba a la pequeña Harkness.
Harkness, vaya apellido del cual Lea no quería ser reconocida desde hace mucho tiempo y, sin embargo, ahora su apellido lo sentía tan marcado y resonante, sentía que había traicionado, y por eso se sentía más cercana a su madre otra vez. Probablemente se sentía tan apagada que lo único que quería era un poco de amor, comprensión o cualquier otro gesto maternal en el que quería hallar refugio. O en realidad se sentía tan cercana a su madre por los sucesos que estaban por venir.Mientras la búsqueda de la pelirroja se hacía más intensa y larga alrededor de la ciudad de Nueva York, Wanda ya no se encontraba en el estado. Ahora se encontraba en una cabaña que alquiló a un viejo hombre, su plan era quedarse ahí hasta que pasara la navidad ya que era una fecha perfecta en la que los regalos, adornos, villancicos y demás distraían a las personas por lo tanto la búsqueda de Wanda quedaría pospuesta hasta el final de las fiestas y ella tendría oportunidad de idear un mejor plan de escape.
La cabaña era realmente acogedora, tenía una habitación con baño, una pequeña cocina, sala y chimenea. Wanda se instaló y preparó una taza de chocolate caliente. La oscuridad de la noche estaba arribando y antes de dormir decidió ir a ver las estrellas, era extraño no estar cerca de Lea, era extraño y doloroso no tener a nadie importante a tu lado para consolarte, alguien a quien confesarle todo aquello que se aferra y te lástima como una espina. Todo ese pensar hacia a Wanda sollozar. Y no solo dolía el hecho de que ahora está sola, sino también, el horrible hecho de que todo fue por su culpa, o al menos así lo sentía ella. Pero al final de todo, prometió cambiar, y eso es lo que hará, va a cambiar y volverá por Lea, no importa el tiempo que le tomé ni las adversidades que se le crucen, Wanda Maximoff iba a ser una nueva persona.
Los días pasaron y la Navidad había llegado, todos la estaban pasando de maravilla, bebiendo y cantando, todos excepto Lea, quien con mirada triste veía la ciudad por el balcón, sosteniendo una copa de champaña.
- ¿Crees que si miras desde el balcón la hallarás? Creo que será una tarea difícil. - suspiró Natasha para después acercarse a Lea.
- ¿Ah? No. En realidad, solo estaba pensando. - bajó la mirada a su copa mientras con un dedo marcaba sus bordes haciendo la copa silbar.
- En ella ¿Me equivoco? - preguntó de nuevo Natasha para recibir como respuesta una mirada suplicante de la menor. Se encontraba en un estado muy vulnerable no sabía de qué otro modo ayudar así que solo le dio un abrazo. - Debemos entrar, está empezando a hacer frío. - Lea asintió y caminó del lado de Natasha entrando a la fiesta.
- Iré a buscar mi abrigo. - se excusó Lea. La verdad, no tenía mucho frío, pero el ambiente no la hacia sentir mejor y quería un tiempo a solas.
Esa noche Lea no fue a buscar su abrigo, al menos no el de ella, pero si uno de Wanda, quería sentir su aroma y su calor embriagante una vez más. Se lo puso y se recostó en lo que solía ser la cama de Wanda, dejando las lágrimas invadir en sus ojos y sus mejillas.- Te extraño... Lamento todo...- lloró Lea.
En un movimiento las manos de Lea quedaron dentro de los bolsos del abrigo, uno tenía un centavo y en el otro había un papel que se sentía un poco gastado, algo que despertó la curiosidad de Lea. Se incorporó y secó sus lágrimas con cuidado de no mojar y dañar más el papel. Parecía una carta, pero no estaba acabada, era más como un borrador ya que tenía tachones en algunas palabras:Lea, quería hablar contigo de algo importante se que estos días no han sido los mejores y que hemos estado muy -ocupadas- distanciadas o simplemente no -estamos- estoy haciendo algo bien y quería recompensarlo. Me gustaría volver a empezar todo y disculparme así que... Esta navidad me gustaría llevarte por lo menos un par de días a una cabaña que he conseguido. Pasaremos rato juntas y tal vez nos sirva para aclarar muchas cosas, solo si estás de acuerdo, en cualquier momento puedo cancelar. ¿Que dices, amor?
Era un borrador de una petición hacia Lea. En realidad era algo muy tierno, eso entristeció más a Lea, pues no tuvo tiempo ni dejo a Wanda solucionar las cosas, pero luego lo pensó una vez más. La cabaña. Un lugar donde ambas estarían solas y alejadas de la sociedad, un lugar perfecto por si te quieres ocultar...
- ¡Ahí está! - Lea se levantó rápido e incluso se mareó un poco por ello pero eso no importaba, ahora ya sabía dónde podría estar Wanda, pero ahora necesitaba hacer investigación.
Cerró la puerta y con ayuda de Viernes canceló cualquier tipo de ruido o interrupción que pudiera llegar. Puso en práctica todo lo que le fue enseñado por Wanda, se relajó y concentró tratando de leer la mente de Wanda, por lo menos tenía claro su objetivo, la locación de la cabaña en la que se encontraba.
Al principio no oía más que gritos muy lejanos, aves, el aire chocando contra los árboles, la madera crujiendo y luego un poco de estática, esa estática era Wanda, ya que sabía cómo bloquear su mente en caso de que alguien intentara leerla y usar sus pensamientos en su contra, eso le dificultaba a Lea saber la dirección de la cabaña. Tenía que distraer a Wanda.
Con un poco más de energía intentó hablarle.- Wanda. ¿Me escuchas? -
Eso despertó a Wanda, para ella sonó como un suave susurrar del aire diciendo su nombre, pero aún así era alarmante. Era una voz, una voz distorsionada. Era como si la voz se hiciera un poco más vieja a medida que las palabras resonaban. Fue en ese instante cuando Lea pudo entrar en su mente. Era una cabaña en las afueras de Nueva York, llegando al límite de Nueva Jersey. Lea abrió los ojos...
-¡Bingo! -
Lea se levantó y salió corriendo a la fiesta. Se paró enfrente de todos y gritó:
- ¡Encontré a Wanda! -
Todo se cayó y ocasionalmente se escucharon a algunas personas murmurando "¿Qué?" "¿De que habla?" Mientras que Natasha, Clint, Tony y Steve se apresuraron hacia ella.
Encontré a Wanda. Se repetía una y otra vez en la cabeza, haciéndola sentir ligeramente más tranquila.

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Toxic [ Wanda Maximoff ]
FanfictionDónde Wanda y Lea son novias pero... ¿La relación es sana? ¿Cuántas banderas rojas lograrás identificar en su historia? Y lo más importante... ¿Lea quiere escapar de ello? . . . . . Historia 100% de mi propiedad, cualquier adaptación que se quiera...