~Cáncer~

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~Celo de Cáncer. Salvaje~

Cans puede ser muy tierno, muy protector, sumiso, a veces hasta inocente

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Cans puede ser muy tierno, muy protector, sumiso, a veces hasta inocente. Pero su lobo es todo lo contrario a su persona, es celoso, posesivo, y sumamente salvaje.

Escorpio y Piscis, cuando Cans cumplió los 18 habían estado pendientes de él siempre.

Podrán pensar cuán tortuoso fue el primer celo de Cáncer más para los otros dos.

¡Cáncer carajo metete en la habitación!—dijo Piscis tirando de él. Cáncer solo lanzaba gruñidos sonoros y Escorpio bufaba.

¡Eres un jodido, Cáncer!—le gritó Escorpio golpeando con fuerza el pecho del más alto. Cáncer gruñó y sus ojos destellaron. Escorpio lo empujó con fuerza haciendo que caiga al suelo.

Piscis y Escorpio lo arrastraron mientras Cáncer se movía y gruñía.

Llamaré a su papá—dijo Piscis.

Si, te apoyó—dijo Escorpio y lo encerraron en el baño.

Ambos suspiraron cansados.

Es impactante el hecho de que Cans sea tierno pero su lobo es violento—dijo Escorpio cansado.

¡Es horrible!—dijo Piscis tomando su teléfono y llamó al padre de Cáncer.

El padre por suerte contestó y dijo que iría inmediatamente.

Hola chicos—dijo al entrar en la casa de Piscis—¿Dónde esta?

En el baño, lo traemos de inmediato—dijo Escorpio.

Los amigos se fueron para el baño abriendo la puerta.

¡¿Me estás jodiendo?!—gritó Piscis, las cortinas de la ducha estaban destruidas, las de la ventana también, el papel confort destruido, el piso todo sucio. Cáncer bufando de forma enfadada—¡Me destruiste el maldito baño! ¡¿Sabes cuánto le costo a Hinata-san ordenarlo así?!

Cáncer solo gruñía.

Escorpio frunció el ceño y se llevó a empujones a un Cáncer en celo.

Ahí lo tiene—dijo Escorpio. Piscis se había quedado ordenar.

Gracias por cuidarlo. De verdad tomen, por los daños—dijo pasándole unos billetes que irónicamente era lo que costaba el destrozo del baño—Hare que se disculpe cuando esté en sí—Piscis acepto el dinero.

El señor Igarashi se llevó a Cáncer. Piscis y Escorpio suspiraron con alivio.

Agradezco que sea solo un celo en el que no se tomen supresores—dijo Piscis.

Si...—dijo Escorpio.

...

Desde ese momento siempre se preocupaban de que Cans tomara la pastilla cada vez que llegaba su celo.
Ahora estaba Tau viendo como los ojos de Cans se convertían en unos amarillos salvajes.

『 Relatos de "Entre golpes y besos" 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora