Mi cabeza está dando vueltas y mi fiebre aumenta cada vez más, no era lo más prudente ir al palacio del rey en este estado, pero tenía que saber lo que sea que tuviera que decirme a la cara, dalia no crió cobardes y sebac no crió rompe compromisos así que, aunque me desterraran del reino iría con la frente en alto.
Una sirvienta con la mirada perdida me sirvió un té el cuál poseía un fuerte olor a limón, lo tomé al instante e hice una reverencia con la cabeza en forma de agradecimiento, ella no respondió y solo se fue de la sala.
Mi vestido de seda roja cubre mis piernas pálidas y temblorosas, en realidad tengo miedo de lo que me pueda decir el rey, pero trato de no demostrarlo. Harrysh uno de los poetas más reconocidos del rey salió del gran salón riendo con manchas de vino sobre su camisa y los tres primeros botones de la misma desabrochados, me miro con fastidio y me dio una reverencia junto con una sonrisa forzada.
-Por favor pase al gran salón, el rey la está esperando con mucha emoción- dijo el poeta que termino por abotonar su camisa.
A cuantas personas ya les habrá dicho la típica frase de que el rey los está esperando con mucha emoción, que idiota. Me levante apretando los puños y pasando de largo de él, la tensión entre nosotros no se podría cortar ni con un hacha.
Entre al gran salón con el corazón en la garganta y apretando tanto los puños como para dejar marcas con pequeñas gotas de sangre emergiendo de ellas, el rey sostenía una copa con un vino anaranjado entre sus gruesos dedos, su mirada estaba perdida en un pequeño cuadro junto a él, me observo por el rabillo del ojo y de momento su mirada se centró en mi junto con una hermosa sonrisa blanca.
-Buenas tardes mi querida doncella, Lilian taudown, es un honor que hayas aceptado mi propuesta de tomar unas horas de tu vida para hablar conmigo- sonrió dejando la copa en una pequeña mesa junto a él.
-Buenas tardes mi rey, he aceptado su propuesta intrigada por saber que es tan importante como para que lo tenga que hablar conmigo en persona- respondí sin hacer gesto alguno.
-Ha eso voy mi impaciente doncella- tomo todo el vino de un trago. –Te tengo una propuesta, una la cual creo que no podrás rechazar-
Arquee una ceja con confusión, ¿no la podre rechazar? Eso ya lo veremos.
-Es algo complicado de explicar con palabras, pero lo intentare- tomo una bocanada de aire. –Necesito que te hagas pasar por una cortesana y mates al príncipe de celest- dijo sin mostrar emoción alguna.
Quede postrada en ese lugar sin poder articular ni siquiera una palabra, un movimiento, nada, no podía hacer nada, cualquiera que me viera podría pensar que me lanzaron un hechizo de parálisis, me humedecí los labios preparada para pedir una explicación para tal propuesta.
- ¿Yo, una cortesana? ¿matar al príncipe del reino vecino? ¿qué clase de propuesta es esa? - pregunte mostrando mi indignación ante sus palabras.
-Una que en verdad vale la pena cumplir- sonrió. –Veras querida, si tu hacer lo que yo te estoy pidiendo tendrás la recompensa que tú quieras, dinero, poder, conocimientos, armamento, todo lo que alguna vez pudiste haber deseado, lo tendrás cuando cumplas con tu parte del trato, ¿Qué te parece? - entrelazo sus dedos repletos de anillos.
Pensé por unos segundos, era una propuesta interesante y no lo negaba, y la recompensa era aún mejor, apreté los puños y mordí la esquina de mi labio.
-Bien, pero necesito todos los detalles, y la primera pregunta es, ¿Por qué matar al príncipe de celest? - pregunte cruzándome de brazos.
El rey tamborileaba los dedos en el respaldo de los brazos observando nuevamente el cuadro.
-Por la disputa que tenemos el rey dadelion y yo, y si el sucesor al trono muere, el no tendrá otra opción más que llevar a una de sus hijas al trono, las cuales por fin van a querer llevar a cabo el tratado de paz que su padre nunca quiso firmar- puso los ojos en blanco. –Sera mucho más fácil convencerlas a ellas, y quien sabe, quizás podría conseguir desposar a una de los dos con mi hijo- sonrió. - ¿Qué me dices Lilian? ¿serás capaz de aceptar la propuesta? - arqueo una ceja.
No quería rechazar la propuesta seria una decisión estúpida si decidía no hacerlo, mi piel se erizo y observaba al piso esperando a que me diera una respuesta clara, pero no, sabía que nadie me iba a dar la respuesta a esto, lo tendría que decidir por cuenta propia.
-Bien, acepto su propuesta- dije colocando mis manos por atrás de mi falda. –Cuando empieza la misión...- pensé por unos segundos. - ¿Muerte real? - arquee una ceja.
El rey sonrió ante el nombre que le había puesto a la misión, uno de mis dones era hacer reír a la gente no importaba que tan serio fuera el momento.
-La operación ''Muerte real'' dará inicio dentro de un mes, mañana empezaran tus lecciones para cortesana y por lo que se, tu tutora dalia ya se encarga de las lecciones de combate ¿cierto? -
Asentí con emoción, desde el día de mañana empezarían mis lecciones, lo que iba a determinar mi comportamiento por todo lo que duraría la ''muerte real'' no tenía ni la menor idea de que podría pasar durante ese tiempo, pero ahora tendría que enfrentarme a eso con la frente en alto, pasara lo que pasara, yo había aceptado esto.
Era el momento de asegurar la muerte de alguien, y ese alguien seria el príncipe de celest, un blanco bastante difícil si no sabes cómo apuntarle.
Es buen momento para haber aprendido arco y flecha.
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''Mi dulce veneno''
Novela JuvenilEl poder ciega a la gente, la venganza los consume poco a poco, y el odio es una enfermedad incurable que siempre estará presente en nuestras vidas. Una joven doncella arrancada de los brazos de su padre a la corta edad de los 7 años, viendo a su pa...