Dr. Eric Rodriguez IV

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Eric llega a la practica, donde solo unas cuantas enfermeras se encuentran arreglando ya lo último para retirarse. Él entra buscándola hasta que la ve en la cocina, sirviéndose un poco de jugo verde.

- "¡Hey!"

- Ella un poco sorprendida lo ve - "¡Hey!... ¿Qué haces aquí?"

- Quitándose el saco empapado entra - " Te estuve buscando en el hospital y como no te encontré supuse que quizás estarías aquí"

- "Si, espero a que pase un poco la lluvia... cosa que veo tu no hiciste" - lo ve de arriba hacia abajo

Ella toma su vaso y sale para dirigirse hacia su oficina. Eric la sigue por detrás aún sacudiendo un poco el agua de su ropa.

- "Entonces, ¿para qué me buscabas?" - deja su bebida en la pequeña mesa y lo voltea a ver

- "Quería saber cómo estás... bueno... por lo del hospital"

- "¡Estoy bien!"

¡Mentira! Claro que no esta bien, Addison y su madre nunca han tenido una buena relación, pero ese día había sido el limite. Darle una cachetada el día anterior... hoy gritarle en su trabajo, frente a sus compañeros, haciéndola sentir cómo si fuera una niña incapaz de hacer las cosas, desvalorizando su trabajo. La había lastimado y Eric se pudo percatar de eso. 

- Se apróxima - "Addison... no tienes porque hacer eso"

- "¿Hacer qué?" - pregunta con un tono desafiante

- "No tienes porque mentir... no conmigo"

- "¿Qué te hace pensar que lo hago?" - se cruza de brazos - "No me conoces"

- Lanza una pequeña sonrisa - "¡No!... puede que no te conozca completamente... pero el tiempo que hemos estado juntos, me has enseñado una parte... sé que eres dura contigo misma, ocultas tus emociones, para que nadie piense que eres débil"

Él acariciar su mejilla muy cálidamente como siempre lo hace.

- "No tienes que hacer eso conmigo... puedes confiar en mi"

Addison disfruta de su caricia, tan suave, tan llena de sentimientos que sus ojos empiezan a ponerse brillos sin poder evitarlo y de un segundo a otro se aferra a él. Su cabeza en su pecho y sus brazos al rededor de su torso. Las lagrimas empiezan a caer contra él, los sollozos entrecortados se hacen presentes. Él no puede evitar que ese escenario le duela; al verla así siente como si algo en el se quebrará también, la siente tan frágil que quisiera poder arrebatarle ese dolor.

Así pasaron un buen rato, en vueltos en ese abrazo, logrando que ella poco a poco pueda tranquilizarse.

- Se aparta unos centímetros - "¿Te llevo a casa?"

Ella con los ojos hinchados, rojos y casados le responde con un asiento de cabeza.

El camino fue tranquilo, ninguno dijo palabra alguna pero en ningún momento fue incomodo, al contrario era agradable compartir el mismo espacio.

- Ella abre la puerta de su casa - "¡Gracias!"

- "¿Ya estás mejor?"

- "Si, lo estoy... gracias"

- "No hay de que Addison. Espero puedas descansar bien" - deja un beso en su mejilla - "Feliz noche!"

Él sacando las llaves de su bolsa empieza a dar unos pasos para retirarse.

- "¡Eric!" - timidamente le llama

- "¿Si?"

- "Te... ¿te quedaría conmigo? No quiero estar sola" - lo observa un poco apenada

Dr. Eric RodriguezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora