Capítulo 3

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Curioso. Era muy curioso lo que veían.

Ya llevaban dos semanas viendo a Katsuki quitándose los guantes y tocando hidrantes a donde fueran. A cualquier salida o incluso los de la escuela.

Denki estaba perdido. No tenía idea de por qué Katsuki hacia eso.

Eijiro estaba alegre. Le ponía feliz saber que su amigo estaba intentando encontrar a su destinado.

Mina estaba burlona. Reía y se burlaba de él porque muchas veces dijo que el amor era una mierda débil y todas esas cosas.

Hanta estaba sorprendido. Le sorprendía bastante que una persona como el rubio, con esa personalidad tan independiente y autosuficiente, deseara encontrar a alguien para depender de es persona. Él tenía muy claro que crear lazos afectivos, de una u otra forma, provocaba un poco de dependencia emocional.

Esperaba que al menos no le ocurriera eso.

Y los cuatro concluían en que Katsuki estaba buscando una aguja en el pajar. Era difícil que se encontrara con su pareja destinada, a pesar de que aquel grupito estaba conformado por dos parejas así. Pero ellos eran una situación aparte. Favoritos de dios, claramente.

—Mira, tal vez sea difícil. Ni siquiera sabes si está en Japón —murmuró Hanta, fijando su vista en él. Los murmullos del comedor lleno de estudiantes escondían sus palabras—. Y no es que tengas el presupuesto para irte a viajar por todo el mundo para encontrar a una persona.

—No seas negativo —negó fervientemente Eijiro, dando un golpecito a la mesa mientras tenía su mano tomada con la de su novio—. Katsuki lo encontrará. Si nosotros pudimos, él también podrá.

—¿Encontrar a quien? —preguntó Denki.

—A su pareja destinada, amor.

—Oh, eso. —El rubio sonrió y levanto su pulgar—. ¡Tienes nuestro apoyo, aunque seamos un estorbo para ti!

—Estorbo serán las palabras que le atormentaran toda su vida por llamarnos cursis y empalagosos, y luego él sea igual —rió Mina. Recostó su cabeza sobre Hanta que bebía tranquilamente una gaseosa—. Cómo me reiré cuando diga cosas como "Eres lo más importante de mi vida", "Te amo con mi alma, Fulanite"

La risa salió automáticamente de todos los que se encontraban en esa mesa, excepto Katsuki, que ya estaba exasperado.

—¿Se pueden callar? Hacen doler mi cabeza y aún tengo que soportar cuatro horas más de clases —habló, rodando los ojos. Su mirada se posó en el chico nuevo, que estaba a unas mesas de la suya. Ahí estaba, con el estúpido Neito, quién no hacía más que intentar competir contra él aún sabiendo que siempre ganaría—. Y encima soportar a personas ridículamente calmadas.

—No todos van por la vida gritando —dijo Hanta, negando—. Y deja en paz al pobre tipo, debe estar harto de tu griterio.

Chasqueo la lengua. —Cállate.

Katsuki miró para otro lado, mientras sus amigos comenzaban a hablar de algún otro tema, que no involucrara al rubio y su enfado.

Sus ojos rubí examinaron todo el comedor. La mayoría de las clases estaban ahí, excepto la clase de robótica. Esa tenía su propio comedor en la instalación, ya que los estudiantes comían mientras seguían creando sus ratos artefactos, y si no hacían algún lugar para comer, ellos no comían absolutamente nada. Era demasiado su afán.

A todos los conocía, pero no sabía realmente como era cada uno. Qué colores tenían sus ojos o qué color era su cabello. Solo veía distintas tonalidades de gris en ellos. Incluso sus pieles, un poco de gris más oscuro o más claro. Nada más. La suya propia era de gris completo.

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⏰ Última actualización: Nov 03 ⏰

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Escala de grises (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora