Diablos papi 🙊 ✨BrightWin✨BW✨

15. Win

—Hola, dormilón, —susurró Mingie cuando parpadeé y me giré para verla sentada junto a mi cama—. ¿Cómo te sientes?

—Estoy bien, —murmuré—. ¿Alguna noticia sobre Bright?

—Todavía no. —Se puso de pie y se acercó a mí, con sus dedos fríos quitándome el pelo de la frente—. ¡Sólo has estado fuera una hora y todavía está en el quirófano!

Sentí que se me llenaban los ojos de lágrimas y me aparté de ella, no quería que me viera llorar.

—No hagas eso, —me suplicó—. No me dejes fuera.

—No creo que pueda vivir sin él, —dije, mis párpados se cerraron mientras la humedad rodaba por mis mejillas—. ¿Qué voy a hacer si no lo consigue?

—Lo hará, —dijo con firmeza—. No pienses as.

—¿Cómo está mi pierna? —Pregunté, sin preocuparme realmente, pero necesitando cambiar de tema.

—Vas a estar bien, —me aseguró—. La bala te atravesó limpiamente. El músculo está destrozado y vas a necesitar fisioterapia durante un tiempo. Pero no necesitan cortarla ni nada.

La puerta se abrió y me giré para ver al jefe Dim de pie, con la mirada clavada en Mingie como si le pidiera en silencio permiso para entrar. Ella asintió y él entró, poniéndose al otro lado de mi cama.

—Eres un imbécil, —dijo, mirándome fijamente—. Te metiste en una situación desconocida sin refuerzos y te dispararon.

—Sí, señor, —acepté—. Y lo volvería a hacer sin dudarlo.

—Bueno, eso es lamentable. Salvaste a los demás empleados, pero estabas fuera de servicio y realizaste una detención sin autorización. —Sacudió la cabeza—.
Estás suspendido hasta nuevo aviso.

—Entendido, —dije—. ¿Hemos terminado?

—No del todo. —Soltó un suspiro—. El FBI está aquí, y les gustaría hablar contigo. ¿Estás dispuesto a ello?

—No hay mucho más que hacer en este momento, —dije—. Hágalos pasar.

—Jefe, seguramente todo esto puede esperar, —dijo Mingie con frialdad.

—Mingie, está bien. —Extendí la mano y la apreté—. No puedo quedarme aquí preocupado por Bright. Hazlos pasar.

Din se fue y un momento después dos hombres con trajes negros a juego entraron en la habitación.

—Oficial Opas-iamkajorn, soy el agente especial Perawat y este es el agente especial Suppasit.

—Llámame Win, —insistí—. ¿Está bien si Mingie se queda para esto?

—Por supuesto, —respondió Suppasit, señalando con la cabeza a mi hermana. —Sólo queríamos que supiera que, aunque no aprobamos sus métodos, su detención del perpetrador nos fue increíblemente útil.

—Sí, —dije, agitando una mano con desprecio—. No hay problema, me alegro de ayudar. ¿También atrapaste al conductor de la fuga?

—Bueno, lo curioso es que, —dijo Perawat. —Resulta que esto era mucho más grande de lo que cualquiera de nosotros sospechaba. La razón por la que no habíamos podido hacer detenciones en los robos anteriores es porque todos fueron cometidos por hombres diferentes. Los robos, y los asesinatos, eran una iniciación de la banda. Los nuevos reclutas tenían que completar el crimen y matar a los encargados para demostrar su lealtad.

—Te las arreglaste para que tuviéramos acceso a la eliminación de una pandilla
masiva, —intervino Suppasit—. Si hubieras matado a ese hombre, habríamos tardado mucho más en descubrir lo que estaba pasando. Probablemente has salvado muchas vidas.