Twenty Two

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Seis años después.

Desde una distancia prudente, Haruto se encuentra viendo a la pequeña niña de cabello castaño, quien juega en el patio de su casa con las muñequitas que Jeongwoo le compró en su último cumpleaños.

Aunque sus hombres le dijeron miles de veces que hacer esto no es exactamente una buena idea, que tampoco está cumpliendo con la promesa que le hizo a Jeongwoo sobre mantenerse alejado, Haruto simplemente no puede alejarse.

Aunque esta va a ser su última vez.

Hace seis años atrás cuando dejó a Jeongwoo solo en aquella habitación de hospital, cuando su lobo lloraba por la pérdida de su omega, Haruto no supo qué hacer, estuvo un tiempo en cama, sufriendo a pesar de no tener ninguna marca que lo conecte con el omega. Pensó por un tiempo en volver al omega, su cabeza sólo lo torturaba con imágenes de él cuidando a Jeongwoo y su embarazo, fue así por un largo tiempo, pero cuando Yedam llegó una noche con noticias de que el omega de su socio Hyunjin había sido cruelmente asesinado y que este estaba embarazado de seis meses, Haruto supo que había tomado la decisión correcta, por más que sea dolorosa.

Unos cinco meses después Haruto no pudo resistirlo más, sólo necesitaba ver a Jeongwoo, saber que estaba bien, y lo hizo, no se acercó a él, sólo lo miró de una distancia segura, y lo que vio lo descolocó.

Si bien sabía que Jeongwoo es un omega hermoso que todos querían, no esperaba encontrarlo acompañado de un alfa. Quiso matarlo, ese fue su primer pensamiento, deshacerse de la competencia, pero pudo ver como aquél alfa cuidaba de Jeongwoo, pudo ver como acariciaba la pancita del omega, como sus ojos brillaban con tanto amor, que Haruto no pudo hacerlo, ya no quería seguir arruinando la vida de Jeongwoo.

Vigilar de lejos se volvió un hábito, por eso se sintió miserable cuando Jeongwoo fue a dar a luz y él tuvo que quedarse fuera del hospital mientras otro alfa estaba a su lado.

Yoon Myah era el nombre de su hija, y aunque tenía el apellido de aquél alfa, Haruto no pudo evitar enamorarse de esa pequeña bebé.

Nunca se animó a acercarse a ella, no quería sufrir de esa manera, tenía miedo de tomarla y nunca querer dejarla ir, y eso no era un buen plan.

Dos años después fue cuando Haruto entendió que debía de alejarse, porque Jeongwoo ya tenía una marca y un nuevo embarazo.

Sufrió mucho, estaba aún enamorado y saber que Jeongwoo ya lo había superado le dolía, y quiso alejarse, lo intentó y logró estar fuera por un tiempo, pero al final volvió.

Cuidar a Myah y el pequeño Junghwan en silencio fue su nuevo pasatiempo, aunque nadie lo supiera.

Pero ahora, seis años después, Haruto decide que lo mejor es irse, porque se está haciendo daño, se tortura con ver a su hija, ver a Jeongwoo y la familia que siempre quiso, porque le duele ya no estar en su vida.

-Hay que irnos -Yoshi a su lado le recuerda que deben de tomar un vuelo.

Ya cerró todos los negocios que tenía en Corea, su plan es irse a Japón donde tiene cierto reconocimiento, porque ya no tiene nada en Corea, no tiene razones para quedarse.

Mira una última vez a su pequeña niña, quien ahora está acompañada por su hermanito, ambos jugando como los ángelitos que son.

Una lágrima cae de los ojos de Haruto al saber que no va a verla más.

-Duele.

-Es lo mejor - Yoshi lo anima, aunque realmente sus palabras no sirvan de nada-, ella está bien así, fuera de peligro, como una niña normal y una família que puede darle seguridad.

Asiente, sabe que así es, pero eso no quita el hecho de que esa horriblemente doloroso.

-Vamos ya.

El auto se pone en marcha y se va alejando, de a poco Haruto pierde de vista a la bonita castaña, de su hija.

Watanabe Myah sería mucho más lindo, si le preguntan.

Fin.

.

Voy a llorar, estoy llorando, me voy a matar wiii.

Byebye!

𝙴𝚕 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊 𝙳𝚎 𝚄𝚗 𝙼𝚊𝚏𝚒𝚘𝚜𝚘 ʰᵃʲᵉᵒⁿᵍʷᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora