•Anécdota #1•

2.6K 259 105
                                    

Hoy les contaré la razón por la que me traumé en esta RD y estuve meses sin intención de volver.

Luego de que los cuatro nos recuperamos de nuestras costillas rotas, inmediatamente emprendimos el rumbo hasta nuestro próximo objetivo; la montaña Natagumo.

Quienes hayan leído algunas de mis experiencias de mi RD en Boku no Hero ya sabrán lo que pasó en esta ocasión. La cuestión aquí es que se me olvidó por completo lo que pasaba luego de la posada, así que yo como babosa iba de lo más feliz.

—Llevamos como diez años corriendo, esto debería ser ilegal.— Bueno, no iba tan feliz después de los primeros veinte kilómetros.

—Somos cazadores de demonios, esto no es nada.— Me animó Tanjiro.

—No te quejes princesa.— Habló Inosuke lleno de ironía.

Yo detuve mi andar y ellos hicieron lo mismo unos metros después. Miré a mi alrededor examinando hacia la arboleda a un lado del camino.

—¿Pasa algo Koizumi-chan?— Se acercó Zenitsu, durante los días de recuperación se había vuelto más respetuoso en cuanto a mi espacio personal.

Por lo menos ya me sentía cómoda a su lado.

—Ustedes adelantense.— Pedí.

—¿Estás muy cansada?— El rubio se compadeció.

La verdad es que yo era la única que aún tenía unas costillas en recuperación, pero le pedí al médico que sea un secreto.

—Bah, no vamos a suplicarte.— Hashibira retomó el trote.

—Los alcanzo de inmediato.— Les sonreí a los otros dos.— Lo prometo.

Ellos asintieron y continuaron el camino no muy convencidos. Una vez los perdí de vista me senté a descansar y aplicar sobre mis costillas una crema que me dio el doctor. 

Al terminar con eso volví a rebuscar a mi alrededor y me interné entre los árboles, entonces encontré lo que buscaba: Materiales.

•♡•

—¡Esto da mucho miedo!— Escuché a Zenitsu lloriquear unos metros más adelante.

Finalmente habían llegado al inicio del bosque que cubría la montaña y yo les había alcanzado.

—Tenemos que ir a ayudar a los demás.— Se explicó Tanjiro con suma paciencia.

—Yo voy delante, tú me sigues.— Ordenó el de mechones azulados a Kamado.

En un abrir y cerrar de ojos pasé junto a ellos dejándolos atrás. No dije nada y simplemente me deslicé sobre mi skateboard.

Había dejado listos los materiales más complicados en la posada de la ancianita, incluso ella me ayudó a conseguir ciertas herramientas. Luego en el camino solo conseguí un buen trozo de madera que modifiqué fácilmente.

—¡SE VOLVIÓ UN DEMONIO CON RUEDAS!— Gritó Zenitsu.

—¡ES UN DEMONIO!— Le apoyó Inosuke.

—Yo seré un demonio, pero ustedes llegarán de últimos.— Les saqué la lengua mientras me alejaba.

—¡SOBRE MI CADÁVER, NO TE QUEDES PARADO MONJIRO!

Entre Inosuke y yo compitiendo hasta por quien respira más, íbamos a volver loco a Tanjiro en cualquier momento.

Me alcanzaron cuando debí dejar el skateboard de lado por la maleza, lo apoyé tras un árbol para pasar a buscarlo luego y seguimos a pie. Zenitsu no vino con ellos.

•Mi RD en KNY•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora