Capítulo 14: "El anhelo del corazón"

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Estaba aquella vampira acostada en su cama tomando aquella pócima que Malia le había dejado, mientras que veía la botella de sangre en su velador le llamaba para ser consumida, no sabía cuánto tiempo había pasado realmente, pero sabía que había amanecido y extrañaba la presencia de Allan a su lado, quizás si no hubiese dicho aquello, él estaría aún a su lado.

Suspirando ella se sentó sobre la cama, tomó la bata que colgaba de su respaldo y se lo colocó en aquel pijama que no le combinaba y se colocó de pie para ver su cabello, aquel que estaba disparado para cualquier parte y suspiró y dio un respingo cuando sintió la puerta de su pieza, seguramente era Malia y al abrirla, palideció al ver a Allan con una taza en sus manos.

—Hola, he venido—, en ese momento, Berrín cerró la puerta en ese momento girando su cuerpo hacia el espejo tratando de ordenar su cabello, abotonar su bata y verse un segundo en el espejo y tras ese segundo, suspirando, fue rápidamente a abrir nuevamente la puerta, viendo a Allan mirarle con sorpresa—, ¿Aún estás enfadada por lo de ayer? Yo...

—No, lo siento por eso también—, comentó ella desviando la mirada—, te solté todo eso y debiste estar confundido con todo lo que dije—, señaló ella colocando uno de sus mechones detrás de su oreja, frente a eso, Allan dio una media sonrisa y le entregó aquella taza.

—No tienes que disculparte, debí ser más atento a tu comportamiento—, respondió Allan en ese momento y rascándose los cabellos, añadió—, vengo de la casa de Robin, hablé con Nevra de lo que me dijiste y...

—¿Qué hiciste qué? —, preguntó ella con los ojos abiertos y en ese momento, vio en aquel elfo un leve moretón en su mejilla derecha—, ¿Nevra te golpeó?

—No... ¡No! —, respondió Allan desviando la mirada avergonzado por lo que había pasado y suspirando—, te explico lo que pasó...







[Hace unas horas atrás]





Nevra había salido de la casa de Robin a respirar el aire fresco, mirando las estrellas que daban al cielo sintiendo nostalgia es que suspiró, esperaba que Rodwen estuviese bien y feliz donde sea que esté y bajando la mirada, suspira, quizás esté acompañada de Badir, aquel loraliet que ella rescató y se enamoró, después de todo, él se daba cuenta que a pesar de que ella estaba con él, aquella elfa aún estaba apegada al recuerdo de su antiguo amor y él ahora estaba del mismo modo, quizás ya era tiempo de dejarle ir... no quería aferrarse a un recuerdo, él merecía mucho más que eso, pero ¿sería capaz de volver a amar...? Pensando en eso, una imagen se formó en su mente, pero antes de distinguir el rostro, se detuvo al escuchar unos pasos acercarse hacia él.

—¿Quién anda ahí? —, preguntó Nevra, pero al hacerlo, vio como Allan dio un respingo al verle y chocar con una rama que sobresalía del suelo y caerse de bruces al suelo, golpeando su mejilla en el suelo y tras ver eso, aquel upier aguantando una carcajada, corrió hacia aquel dökkalfar, que se sentó en ese lugar, acariciando su mejilla—, ¿Te encuentras bien?

—Sí, solo avergonzado...—, respondió aquel elfo desviando su mirada y suspirando, se colocó de pie, limpiándose el polvo y tierra que veía en su traje—, pero vine a verte para...

—Oh ¿A qué debo tu visita de esta noche? —, preguntó Nevra alzando una de sus cejas, haciendo que aquel elfo se sintiera más avergonzado

—No tenía a quien más acudir—, comentó Allan uniendo sus labios en una fina línea—, los vampiros que existen en este lugar son niños y la única otra que podría decirme, no quiero preguntarle, porque le involucra—, comentó sintiéndose ruborizar, agradeciendo que era de noche y miró a aquel vampiro, que le miraba extrañado

Blaze of Glory (Libro 1) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora