Solo tu podrás ser mi princesa

Parte 3. El baile

Este episodio, trate de hacerlo lo mejor posible, me gustaría alargarlo más, pero Aveces quedó corta de inspiración, espero les guste~

La fiesta estuvo en su mejor apogeo, fuegos artificiales, Ben y Mal como exclusiva de portada, el vestido había sido todo un éxito y de completo agrado para Ben.
Luego de cumplir con los parámetros que habían exigido del baile, quedo para después la pequeña fiesta, dónde suponían solo quedarían los jóvenes sin supervisión adulta, un voto de confianza de parte de ellos...

Auradon siempre ha sido fiel a las reglas, pero no esperaban que 4 VK hicieran de las suyas en dicha reunión.

Jay y Carlos habían planeado con suma cautela envenenar el ponche, simplemente se le hizo sencillo al más alto escabullirse y robar una o dos botellas de licor de la hada madrina y de los padres de Ben, todo con la ayuda Carlos, quien era el encargado de la distracción...

Lo más difícil ya había sido conseguir e ingresar el licor sin que se descubriera, en la isla de los perdidos, beber alcohol era algo muy común, pero difícil ya que todo allí es precoz y escaso, eran pocos los que se podían dar el lujo de beber alcohol.

Pero eso no impidio que los 4 amigos una vez hicieran una reunión donde todos acabaron ebrios y aguantando los regaños de sus respectivos padres al descubrirlos.

—¿Falta mucho?— preguntaba Carlos casi en susurro alejado de Jay, el más alto lo miro sin ánimo y rodo los ojos —Carlos, Carlos... Enserio eres bruto— farfullaba Jay, el más bajito se ofendió y bufo molesto, se giró molesto para ignorarlo y todo fue olvidado, la repentina molestia, se esfumó y fue remplazada por mariposas en el estómago, cuando vio entrar a la hija de la hada madrina, se veía espléndidamente hermosa...
Jay noto la absurda escena, y sin ánimo empujó a Carlos, dandole así el impulso para acercarse.

La cara de pánico de Carlos espanto un poco a Jane, qué imagino que sucedía algo con ella o quizás algo más paso en el baile, y no quería que su noche se arruinara por alguna de las cosas que pensó que pasarían en su contra hoy...

—¿Sucedio algo?— pregunto temerosa Jane, Carlos en cambio estaba parado en frente de ella sin saber que hacer o decir...
—Ah, si... Es... Yo...— Las oraciones nunca terminaban de formarse por la ola de nerviosismo que tenía el pobre chico.
Jane esta vez sonrió y le dió un beso en la mejilla a Carlos, entendio que no pasaba nada malo, y que sencillamente así era ese pequeño chico, y a ella le encantaba, un niño tan delicado y dulce.
Carlos se quedó en shock y sus mejillas ahora ardían como nunca.
Escucho la risa de la chica
—Dios Carlos, estás todo rojo— la pequeña carcajada hizo que Carlos la acompañará un tanto nervioso.
—S-si... ¿Que fue eso?— cuestionaba ahora la acción de Jane, la misma miro hacia abajo un poco tímida mientras veía sus pies —Solo, tuve ganas de hacerlo—

Carlos ahora se tapaba con su mano la boca, mientras en su mente pensaba que Jane era la chica más tierna y bella que había visto y conocido jamás, ya no encontraba respuesta o tema de conversa para continuar interactuando.
Pronto vio como Jane se alejaba y disculpaba con el por terminar así su charla, la aludida era arrastrada a un grupo de la Realeza para saludarla y darle la bienvenida.
Carlos soltó un pequeño brinco de sorpresa cuando Jay se poso detrás de el tomandolo del cuello y hablándole cerca del oído —Vaya, allá se va tu no chica— se burlaba, Carlos se molestó y su rostro lo demostró muy bien, quitando el brazo con fuerza —Woah, relájate cachorro, no te enfades— reía Jay mientras alzaba los brazos en modo de rendición, le hacía gracia ver las modalidades de Carlos, su sonrisa burlona adornaba su rostro —Te tuvo que besar ella... No está mal, es toda una— Jay fue interrumpido por Carlos. —Ya basta— ordenó de manera fría, podía aceptar cualquier cosa, pero extrañamente sentía mucha molestia cuando se trataba de Jane...