Capítulo 1

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Habían muchos reinos e imperios en el mundo. Lugares en donde se gobernaba con paz y políticas abundantes, pero sin duda, El único reino que podía considerarse una potencia era el de Hima.

Sea por la economía, la geografía o la sociedad, estaba posicionado en lo alto como lo mejor. El deseo de los otros reinos era aliarse y abandonar todo deseo de pelea.

Si no querían alianza, Hima no hacía problema. Se declaraba una guerra y se conquistaban los reinos, perdiendo todo el orgullo de ser una nación independiente para ser una región de Hima.

El reino de Hall tenía una alianza con Hima desde los tiempos del rey Yagi Toshinori. Aquel reino tenía una notable influencia en otros lugares, además del gran poder político que tenían sus nobles y altos mandos del gobierno.

En esa alianza, dependían económicamente del reino Hima. Las exportacione, las importaciones, el comercio, todo lo manejaba Hima desde el Tesoro Nacional. Si había un desacuerdo entre ambos países, con facilidad Hall podía caer en destrucción.

Esa era la amenaza que había llegado: la destrucción total.

—Majestad, si no acepta el matrimonio político que ha propuesto Hima, detendrán toda la alianza y pronto seremos proclamados enemigos —dijo preocupado un consejero del rey.

Había un solo motivo por el cual todas las cabezas de las familias nobles se hallaban ahí, tratando de entender que estaba pasando.

Se había pedido expresamente que Izuku, hermano del rey Mirio, asistiera a la reunión de facciones, lo que había sido sorpresivo porque normalmente eran conversados temas en donde él no tenía nada que decir.

En ese mismo instante, Izuku estaba más que sin palabras. Su perplejidad era tremenda, a duras penas pudo preguntar.

—¿Qué quieres decir?

Y le pareció estúpido que salieran esas tres palabras de su boca. Estaba claro a que se referían con todo eso.

—Llegó un mensajero del reino Hima. Dijo que el rey Katsuki había enviado por ti, príncipe Izuku. Se te ha propuesto matrimonio, y una amenaza implícita está dicha en caso de que no aceptes —respondió otro de los nobles, mirando la carta con el sello real de Hima que se hallaba en el centro de la gran mesa de reuniones.

—Mi rey, simplemente —intervino un hombre de la facción central—, no podemos darnos el lujo de negar lo que sea que pida. Usted sabe a lo que se han enfrentado los reinos que deciden alejarse de Hima.

—Son reducidos a cenizas si es que no se rinden. Altezas, deben aceptar. Principe Izuku, de ti depende que nuestro reino no sea destruido. Es necesario que...

La corte real fue interrumpida por Mirio, quien se levantó del trono y con rostro incrédulo, preguntó:

—¿Katsuki ha mandado a llamar a mi hermano para casarse con él? ¿Es en serio?

Los nobles se miraron entre sí.

—Mi señor... sabe usted que Hima ha estado sin reina consorte por casi un año...

—Tiene que ser una broma —dijo Mirio, masajeando sus sienes con obvia frustración—. Una maldita broma.

El resto de los funcionarios se encogieron. Aquel hombre no era uno que maldijera, ni que se enfadadara.

Definitivamente eso no le estaba gustando.

—No acepto —fue la respuesta de Mirio, que, con rostro enfadado, señaló a Izuku—. ¡Es un niño! ¡Izuku es un niño, no está en edad de casarse y mucho menos con un monarca tirano que mató a su propia esposa! Mi hermano no será el sustituto de una reina muerta. Es un no rotundo. Me da igual que terminen toda conexión con nosotros, encontraré una solución. Puedo pedir una alianza con el imperio del fuego, pero me niego a dejar que Izuku sea la próxima víctima de sus caprichos.

El deseo del rey (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora