⠀⠀in another life⠀⠀( rebornplay )

byōin.

Había pasado algún tiempo desde que Reborn puso un pie en ese hospital.

Era un lugar triste para él, un lugar que no le gustaba, pero que estaba obligado a visitar. Sus padres tenían la intención de que lo internaran en un hospital cercano, para que pudiera almacenar más cosas que se verían bien en su currículum para futuros propósitos.

Sin embargo, muchas veces, Reborn no estaba de acuerdo con sus padres. Estaba descontento con las sugerencias que le habían dado. Pero en última instancia, lo instarían a llevar a cabo la tarea que se le había impuesto, y de una forma u otra, lo haría.

Al preguntar por allí y por allá, el chico se esforzó poco o nada en averiguar dónde podía ir a inscribirse. No le importaba, ni creía que le importaría en el futuro cercano. Reborn estaba descontento con dónde estaba, descontento con lo que estaba haciendo. Estaba perdiendo el tiempo, pidiendo algo que no quería en lo más mínimo.

Señalando con el dedo el pasillo, una pequeña enfermera auxiliar dirigió a Reborn hacia un escritorio diferente, uno donde podría encontrar más información sobre el tema. De manera descarada, él le dio las gracias y continuó su camino, pasando por varias habitaciones mientras lo hacía.

Sus ojos se posaron. No miró en ninguna de las habitaciones. No quiso hacerlo. Le dolería si lo hiciera.

Reborn cerró los ojos y suspiró, balanceándose distraídamente en su paso, abriendo los ojos justo a tiempo para evitar chocar rápidamente con alguien.

¿Un médico? No, solo otra persona.

Rodeó al chico, disculpándose rotundamente antes de continuar. Se escuchó un 'Está bien' detrás de él, pero pronto se desvaneció cuando Reborn continuó hacia adelante.

¿Realmente quiero hacer esto?

Sus ojos miraban hacia adelante, sin interés en el mostrador de información a varios metros de él.

No, realmente no.

Permaneció quieto. Reborn permaneció en su lugar durante bastante tiempo, sus piernas se negaron a llevarlo más lejos. La gente caminaba junto a él, a su alrededor, de un lado a otro de los pasillos, de un lado a otro, pero nadie parecía notarlo. Se quedó allí, vacilante, desinteresado, indiferente.

Insensible.

Permaneció en su sitio en silencio. Nadie se molestó por él, así que allí estaba. Levantó una mano para empujar su cabello castaño oscuro y lentamente, su cabeza cayó hacia adelante. Reborn se miró los zapatos.

¿Qué estoy haciendo?

La idea le sacudió la mente.

¿Por qué estoy aquí?

Al principio, otra persona pasó a un ritmo gradual, luego disminuyó la velocidad progresivamente a medida que se acercaban. Su caminar luego se detuvo, y fue entonces cuando Reborn se dio cuenta de la nueva persona que había invadido su espacio personal.

Desde su periférico, Reborn pudo ver su mano extendiéndose hacia él.

Retrocedió y miró hacia arriba. 

—Oh, puede moverse —él sonrió en dirección a Reborn. Sus brillantes ojos miel atraparon los suyos. Había sido el mismo tipo con el que casi había tropezado... Tal vez se había quedado en el pasillo y vio cómo Reborn había pasado de una caminata rápida a una frenada repentina. Él entendió cómo eso sería alarmante para algunas personas.

—¿Hay algo malo conmigo parado aquí? —Reborn preguntó sinceramente.

—No, no lo creo —bajó la mano a su lado —. ¿Por qué se detuvo tan de repente? ¿Está bien?

—Estoy bien. Solo estaba pensando —Reborn parpadeó lentamente.

—¿Sobre qué?

Un preguntador. Qué emocionante.

—Sobre este hospital. Me he dado cuenta de que ya no quiero venir aquí.

El chico que estaba frente a Reborn cambió su peso a una pierna— ¿Estaba enfermo? ¿Se está yendo?

Reborn miró a través del extraño— No. No estoy enfermo, pero este lugar me hace sentir como si lo estuviera —su respuesta fue fría, pero no pareció cortar el humor agradable del otro.

—Sinceramente, siento lo mismo por este sitio —él pausó — Entonces debe irse pronto...

—Sí —Reborn se movió, inclinándose en la dirección de donde había venido.

No tenía interés en quedarse donde estaba. Su única intención era irse. Creyó que les diría a sus padres que las personas en el hospital estaban demasiado ocupadas con todo lo demás para atenderlo. Comenzó su camino sin siquiera una segunda mirada en la dirección del otro.

—Adiós.

—¡Hey, hey!

Reborn volteó la cabeza— ¿Qué?

—¿Cuál es su nombre?

¿Por qué quería saber su nombre? ¿Cuándo lo usaría? El extraño podría ser un paciente en el hospital, por lo que Reborn sabía, y lo último que necesitaba era un conocido enfermo para agregar a su lista ya corta de amigos.

—No necesitas saberlo.

El muchacho frente a él hizo bien en ocultar la mirada de ofensa que casi apareció en su rostro— Entiendo. Pero por lo que vale, me dicen Auron.

Reborn lanzó una mirada cansada en dirección a Auron, asintió y continuó su camino hasta que salió del edificio.