.・intr𔘓ducción .゜・

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—¡Jóvenes, todos en una fila, por favor!

El joven de cabellos pelinegros deja escapar un pertinente bufido ante los vociferos de aquella mujer que tenía el papel de la "coordinadora" en su escuela. Esa mañana especialmente soleada, los alumnos y el mismo SooBin se encontraban en una visita especial a la inauguración de un planetario en Seúl.

Ninguno quería estar ahí. Nah mentira, todos querían estar ahí menos él; prefería estar en su casa e incluso, hacer deporte, antes que escuchar a una persona de mediana edad diciendo cosas que no aportaban nada en su vida.

El planetario era el primero en la ciudad, como tal, por lo que había sido bastante costosa la entrada (costeada por los padres, por supuesto). Era bastante estrambótico: forma ovalada y de varios metros, contaba con dos pisos y un ejemplar realista de la tierra en medio de la gran edificación. Algunos abrían la boca de asombro al ver lo grande que era todo por fuera; SooBin, sin embargo, no cree que sea algo genial y tan solo se mantiene detrás de su mejor amigo cuando todos se mantienen en la fila.

—Bro, mira qué preciosa se ve YuJin hoy —suspira YeonJun, recibiendo otra rodada de ojos de su amigo—. ¿Qué te sucede hoy? Amigo, más emoción, al menos hoy no tenemos que aguantar a la insufrible profesora de artística.

—Odio estos lugares.

El pelirrojo lo observa con diversión, pasando saliva por sus rojizos labios antes de soltar las siguientes palabras:

—Oh, vamos, tú odias todo.

Son mirados por los demás cuando SooBin lo golpea en la nuca y la coordinadora los regaña. Aunque les da igual, dejan de hablar y sus ojos se distraen en la persona que los espera.

—¡Bienvenidos sean todos a la inauguración del primer planetario de Seúl! —la fémina se nota bastante agradable debido a la emoción no forzada que presenta—. Antes de entrar, pedimos que no toquen y/o roben los ejemplares que les serán mostrados y, procuren no salirse de la fila ni curosear en los lugares que siguen en construcción. Sin más, podemos comenzar.

Todos conversan entre sí cuando la trabajadora se voltea para guiarlos a una habitación semioscura, que es iluminada por estrellas verdosas que decoran desde el techo, hasta las paredes. Es una especie de vestíbulo y ahí ella les da algunas instrucciones, además de presentarse como MiYeon.

Detrás de ella, aparece un pequeño chico de apariencia tímida, que la mujer no duda en presentar al instante.

SooBin no le presta demasiada atención hasta que el chico camina al lado izquierdo de MiYeon, mostrando una pequeña mueca de angustia frente al montón de personas. Cuenta con el mismo uniforme que la más alta, sin embargo, tiene una pequeña etiqueta de color rojo que dice «Hola, mi nombre es Huening Kai».

—Oh, sí. Él es nuestro acompañante el día de hoy. Su nombre es Huening Kai y es aprendiz de aquí.

En el fondo, la voz de una chica se escucha: «¿Qué tan patético debes ser para ser aprendiz de los guías de un estúpido planetario?». Unas risas son escuchadas mientras que la coordinadora se pone roja de la vergüenza.

El pequeño castaño se encoje en su sitio con sus mejillas coloradas, bajando su cabeza y siguiendo a MiYeon, quien rápidamente decide entrar.

—¿Por qué miras tanto a ese chico? —BeomGyu, su otro amigo, apoya su cabeza en el hombro de SooBin, provocando que este se sobresaltara. Lo observa con una sonrisa juguetona y burlesca—. Deberías dejar de verlo tanto o mejor voy buscando un abogado para la denuncia de acoso.

—Oh, cállate, idiota.

—Tiene razón, llevas todo este tiempo observándolo.

SooBin se voltea para reprocharle eso a TaeHyun, quien a diferencia de sus tres amigos, sí prestaba atención a lo que hablaban. Mas, no logra decir nada, ya que, sin que ninguno de sus amigos le advierta, termina tropezando con una de las cuerdas de seguridad, que lo lleva directo al pobre chico y a una de las exposiciones del planeta Venus.

Sus mejillas se tiñan de carmín al voltear a aquellos ojos avellana que lo llevan lejos del ataque de vergüenza de la coordinadora. Ese chico, incluso de cerca, lo hizo desconectarse del mundo (y de la vergüenza) un pequeño momento que pareció ser eterno.

SooBin no pudo imaginar lo mucho que ese momento significaría en su vida.

Plutón 𐐸 SooKai. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora