Capitulo 3: Hogar

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Habían pasado exactamente dos días desde el accidente con el otro jinete, aún tenía que acostumbrarse, como si fuera común no tener una pierna de la noche a la mañana, seguía tratando su pierna cambiando vendajes bastante seguido. Para su suerte, los mismos dragones se habían encargado de ayudarlo llevándole platas curativas, o robando cosas de distintos pueblos.
Miró la venda nuevamente, la falta de su pierna le afectaba mucho, aveces aún la sentía e intentaba caminar y terminaba cayendo al suelo, por suerte, su apoyo siempre estaba cerca, Chimuelo ahora no se separaba de él, permitiéndole caminar unos cuantos pasos.

Otro problema con el que lidiar: la gran cantidad de dragones por alimentar y la cercanía del nido a Berk, Hipo tenía algo muy claro, Estoico el Vasto JAMÁS dejaría de buscar el nido. Y aparte no podía ir a buscar comida, las pequeñas crías necesitaban alimento constante. Y sin una pierna, no era nada fácil.
Debían cambiarse de lugar, empezó a empacar sus cosas y a cargarlas en chimuelo y otros dragones, apoyado todo el tiempo por un bastón, eran un grupo de 5, su grupo de exploración, un . Subió a Chimuelo, aún no decidía a donde irían, pero volarían y volarían hasta encontrar un hogar.
Así lo hicieron, siguiendo la línea del sol, hasta entrar en una espesa bruma, no se veía nada más que un interminable gris, pronto comenzo una tormenta con rayos y truenos, comenzaron a buscar una salida, un destello de luz los alertó era el fin de la nube, salieron con rapidez. El sol los deslumbró viendo con dificultad, divisaron islas, aterrizaron en una isla muy grande, agotados y ajetreados. Se quedaron recostados en la suave arena. ¡Que locura de viaje! Por fin un momento de paz y tranquilidad...
Eso hubiera sido si unos locos jabalís salvajes no los hubieran perseguido hasta dejar la isla, intentaron en otra, está tenía agujeros de susurros mortales, y así, otra, y otra, y otra...  Cada isla tenía peligros peores que la anterior, llevaban todo el día volando, llegaron a una gran isla, con todo lo que buscaban, bosque, planicie, roquerio y un excelente acceso al mar. Hicieron un sobrevuelo rápido, nada peligroso a la vista, se tiraron en un claro con paredes rocosas cubriendolos ¡que maravilla era por fin recostarse en la tibia arena! Hipo armó una pequeña fogata, principalmente para él, sacó unos pescados y se los entrego individualmente a cada dragón, y también cocinó un poco, al amanecer revisarían la isla correctamente, se recostó al lado de Chimuelo, para por fin poder dormir... pero de repente, oyeron un ruido, que alertó a los dragones, pero al rato volvieron a la normalidad así que Hipo no le dió demasiada importancia, recostandose en un tronco a dormir. A la mañana siguiente, ninguno de sus compañeros dragones estaba, alertado salió corriendo, buscando cualquier señal que le puede decir por donde se fueron, pronto se encontró con Chimuelo, que venía corriendo en su dirección Hasta que oyeron un ruido, un enorme dragón los estaba sobrevolando, advirtiendo claramente que estaban en su territorio.
Estaba muy alto para que Hipo hablara con el y además estaban completamente expuestos a un ataque inminente, los dragones se pusieron a la defensiva, Chimuelo lanzó el primer ataque, pero el dragón se deshizo como si fuera humo y devolvió un ataque con una ENORME bola de fuego por lo que tuvieron que alejarse  volando rápidamente, Chimuelo lo ayudo a acercarse lo más posible para hablar con el dragón, pero al estar lo suficientemente cerca, notaron que no era solo un dragón, eran cientos, que formaban a uno solo. Eran conciderablemente pequeños, no más grande que un Terrible Terror.

Hipo: ¡No queremos atacarlos! ¡Solo queremos quedarnos aquí! ¡Necesitamos un hogar para muchos dragones! Queremos descansar  y mañana buscaremos otra isla.
En ese momento, un dragón apareció, una manada de Ala Cambiantes, a veces llegaban a Berk cuando se desorientaban durante la migración. Pero no volvían a salir.
Hipo vio como atacaban a un dragón en específico, uno de un color más claro que los otros, y como los otros dragones se dispersaban rápidamente, si orden alguno, y los Ala Cambiantes aprovecharon para atacar a la ahora indefensa manada. Pero como Hipo y Chimuelo son bien entrometidos, no lo iban a permitir esa injusticia. ¿Qué fue lo que hicieron? Atacar de frente con los otros dragones. No fue necesarios mucho para espantar a la manda, Hipo se acerco con rapidez al dragón gris claro, ligeramente herido, pero fácil de tratar. Luego de darle cuidados básicos, le volvió a hablar al dragón.

Hipo: Te propongo un trato, les daremos protección, pero a cambio permítanos vivir aquí, somos muchos, si, pero ninguno de ustedes será atacado, ¿les parece?

El dragón lo miro pensativo, para luego soltar un gruñido de aprobación. Hipo sonrió alegremente, terminando de curar al dragón y volviendo a descansar.
A la mañana siguiente, el Nadder Mortífero volvió a buscar al resto de la manada, regresando justo antes del anochecer, por fin todos tenían un hogar, un lugar a salvo.

¿Que hubiera pasado si...? (Actualización Lenta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora