Capítulo 5: Invitado

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Unos dos meses después, ya todo estaba listo, la casa estaba arreglada y personalizada al gusto de Hipo, con una forja, materiales que le habían sobrado, todo dispuesto para el
Hipo: ¡Chimuelo! ¿Dónde estás amigo?
El dragón llegó saltando con emoción, reconocía ese tono de voz, y significaba pescado, mucho pescado.
Hipo: ahí estás, ven, vamos a comer algo.
Los pescados se cocinaban en una fogata, Mientras Hipo arreglaba las cosas para almorzar, Chimuelo se relamia los dientes, ansioso de comer, Hipo solo río con complicidad, después de todo, la adicción al pescado cocido de Chimuelo era su culpa, se sentaron a compartir un delicioso pescado antes de su patrullaje diario, no es que los demás dragones no pudieran cuidarse, disfrutaban de ese vuelo diario, era como una tradición muy importante para los dos, Chimuelo acabó de inmediato, insistiendo a su amigo en apurarse para salir a volar, Hipo no tuvo más que ceder, podía terminar su pescado después.

El aire golpeando su cara era agradable, el viento no estaba muy helado ni muy cálido, ideal para un vuelo largo, sobrevolaban la orilla, para evitar intrusos o entrometidos, aunque no esperaban nada, no esperaban que alguien supiera de la isla, o de los dragones que la habitaban, todo parecía tranquilo hasta que notó una mancha extraña, tirada en la arena, rodeada por muchas café oscuro.
Hipo: baja un poco Chimuelo.
Al bajar, logró distinguir la silueta de un hombre, tirado el la arena de la playa, al parecer la marea lo había arrojado a la orilla después de un naufragio. Con un silbido, Hipo llamó la atención de los dragones que los rodeaban, advirtiendo del peligro y que se escondieran, Chimuelo descendió entre los árboles, quedándose detrás de su jinete, pero no podia arriesgarse a que lo vieran.

Por su parte, Hipo se acercó con cautela, las personas lastimadas podían ponerse agresivas ante las amenazas. Al verlo más de cerca, se percató que era un hombre, de unos 20 años, con tes morena y pelo largo café oscuro y un cuerpo fornido, al acercarse aún más notó que respiraba sin dificultad, pero si estaba sangrando, lo sacudió con gentileza, y el hombre despertó unos momentos, antes de volver a caer inconsciente, ahora sí que no sabía que hacer, no podía dejarlo tirado ahí, pero los dragones no ayudarían, además , no conocía el origen del extraño, o su relación con los dragones, si venía de un lugar como Berk, sería realmente peligroso. Chimuelo se acercó por su espalda, curioso de lo que haría a continuación.
Hipo: no tenemos otra opción amigo.
Hipo lo subió con cautela a la espalda de Chimuelo y lo llevó a su casa, lo recostó en su cama y Chimuelo salió de la casa para mantenerse oculto, y cuidar a los otros dragones, Hipo se encargó de curar las heridas del hombre, un corte en el costado y otro en el brazo, nada realmente grave, seguramente estaba deshidratado, pero no podía hacer mucho en ese caso, solo esperar, se sentó al lado de la cama unas horas hasta que notó que se movía, el desconocido se incorporó lentamente, quejándose de sus heridas.
Hipo: Hola, ¿Cómo te sientes?
????: Ah... Sediento y Agotado, en verdad... ¿Dónde estoy?
Hipo: en mi casa y en mi Isla, ¿y tu nombre es...? *Pasándole un vaso con agua*
????: Soy Eret, hijo de Eret.

¿Que hubiera pasado si...? (Actualización Lenta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora