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— Buenos días, Eren.

Eren le vio de reojo y asintió en respuesta. Como era usual, ambos se quedaron viendo el cielo por horas, en un agradable silencio donde la paz se sentía en el ambiente.

—¿Como está Haley?

Ori sonrió sin poder evitarlo.

— Se quedó en casa practicando su baile. Es una suerte que su niñera supiera bailar. - suspiro y pregunto. — ¿Tú sabes bailar Eren?

La pregunta lo descolocó por completo.

— No.

— Supongo que ninguno tuvo el tiempo para pensar en eso. No tuvimos oportunidad de elegir la vida que queríamos vivir. - sonrió tristemente. — Es lo que más me sorprendió de Marley, llegué a pensar cosas que jamás imaginé pensar e imaginar en casa. Todo es tan diferente. Si las cosas no fueran tan feas, me encantaría traer a los chicos aquí. Que conozcan todo esto, se lo merecen después de todo.

Eren le escuchó con atención, las palabras de Ori habían calado en lo profundo de su corazón, le observo casi horrorizado. ¿Acaso ella sabría algo?

— ¿Estas bien?

El asintió levemente. No quería pensar en que la doctora sabia sus planes, era imposible.

Igual de imposible que verla viva después de ver su muerte en su memoria.

Cerro sus ojos con fuerza queriendo callar a sus pensamientos.

— ¿Sabes cómo está Levi? - Murmuró Ori, Eren le vio en silencio y asintió una sola vez. Ori se quedó sin habla unos minutos y después de pensarlo, pregunto. — ¿Puedes decirme?

— No.

— ¿Por qué?

— Solo vas a sufrir más. - Eren vio como Ori apretaba sus puños con fuerza.

— tan solo dime si el continuó con su vida. - Murmuró. Eren apretó sus labios.

— Lo hizo.

Ori cerró sus ojos con fuerza al escucharlo.

— Eso...me alegra mucho. - sonrió tristemente limpiando las lágrimas de sus mejillas. — Cumplió su promesa después de todo.

Los ojos de eren le observaron expectantes, y Ori suspiro.

— El día antes de la misión de shinganshina, le hice prometer que, si moría, él tendría que seguir adelante por los dos. - río con tristeza. — Sonaba egoísta en ese entonces, pero ahora que lo pienso con más calma, era lo mejor.

— Ori, ¿Quieres volver a casa?

— ¿Crees que me acepten de vuelta? -Pregunto de vuelta sin moverse, parecía haberse rendido ante la idea de volver, aquella luz que ella emanaba comenzaba a apagarse, eso lo molesto de gran manera. — Vi como reaccionaste tú, no quiero imaginar cómo lo harán ellos. No puedo arriesgar a Haley.

— La arriesgaras más si se quedan aquí. - Ori ladeó la cabeza al escucharle. Eren apretó sus manos con fuerza.

— ¿A qué te refieres?

Eren no quería hacerlo, no quería alejarla de él. Quería estar unos segundos más a su lado, tan siquiera los suficientes para quitarse aquel dolor del pecho, cuando estaba con ella, se sentía como un niño de nuevo, como aquel niño que inicio todo, ignorante de lo que pasaría en su futuro.

Pero quedarse ahí, solo lograría que todos a los que quería, murieran. Tomo aire y abrió sus ojos viendo a la doctora de la manera más fría que pudo.

Capitan IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora