Ni juu ni

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¡CAPITULO SORPRESA! :3

Comenzaron a prepararse en cuanto el sol salió, el equipo de maniobras comenzaba a portarse como en los viejos tiempos, solo que en un tenso y cansado silencio.

— Por más estrés que sientas, debes comer.

— Si Ori.

— No hagas nada estúpido.

— Si Ori.

— Dejé galletas en tu bolso, no son tus favoritas, pero mantendrá vivas tus energías.

Jean le vio en silencio, Ori ajena a esto se mantenía revisando una y otra vez el equipo de jean, pasando sus manos por las hebillas y las armas ajustándolas, importándole poco que si eso asfixiaba a Jean. Eso en vez de causarle irritación a él, le hizo sentir un calor en el pecho por lo que no dudo en abrazarla.

— ¿Que tienes? ¿Te sientes mal? - pregunto Ori realmente preocupada ante aquel gesto, se alejó tocando su frente. — No tienes fiebre, ¿qué te sucede?

— Eres la mejor

Ella parpadeó realmente confundida. Ese comportamiento no era normal en su pequeño Jean.

— ¿Te sientes bien?

Jean rodó sus ojos dándole la espalda, Ori soltó una carcajada ante su irritación y se abrazó a su espalda con dificultad debido al equipo.

— Estoy jugando, idiota. Tú también eres el mejor. - se alejó y se colocó enfrente de él cruzando sus brazos. — Solo ten cuidado, ¿de acuerdo? Necesito que vuelvas.

— ¿Sano y salvo?

— con que solo vuelvas me es suficiente. - musitó con una triste sonrisa. — Ten cuidado jean, y si ves a Eren pégale en la cabeza de mi parte.

— Tenlo por seguro. - siguió su broma con media sonrisa.

Ambos se abrazaron una última vez, y jean tuvo que subir a uno de los caballos alejándose de ella. Ori se quedó en medio del lugar que fue el campamento y soltó un suspiro conteniendo el nudo en su garganta. Las despedidas eran cada vez más difíciles de pasar.

— ¿Doctora Ori?

Ella volteo encontrándose a los azules ojos de Armin, este se veía realmente cansado y triste.

— ¿Que sucede?

— Yo procuraré que jean vuelva sano y salvo. - prometió, Ori sonrió levemente y posó su mano en su hombro viéndole con empatía.

Desde que volvió, Armin no hacía más que evitarla cada que podía, ni siquiera le veía a los ojos. Ori entonces comprendió que él rubio se sentía realmente culpable de haber sido el elegido para vivir, y no Erwin.

— A pesar de que sea un idiota, sabe cuidarse. - musitó con media sonrisa. — ¿Qué hay de ti? ¿Como te sientes?

La pregunta lo descolocó por completo.

— ¿Q-que?

— Todos lo hemos pasado mal, pero no quiero imaginarme lo que deben sentir tu y Mikasa, después de todo, eren es su amigo.

Los ojos del rubio se llenaron de lágrimas gruesas y brillantes que se derramaron por sus sonrojadas mejillas. Armin bajo la vista al suelo, molesto consigo mismo por estar llorando, pero entonces, la doctora posó su mano sobre su cabeza dando un par de palmadas pequeñas.

— Lamento mucho lo que estás pasando Armin. - susurro ante la mirada sorprendida del muchacho. — Pero sé que podrás con esto, eres el muchacho más fuerte e inteligente que conozco...solo no le digas a Jean, se pone muy celoso.

Capitan IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora