Juu Roku

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Finalmente se durmió. - Ori suspiro volviendo de la habitación donde había dejado a la pequeña, se dejo caer al lado de Levi en la cama y coloco un brazo sobre sus ojos.

¿Siempre tiene tanta energía?

Siempre, a veces quisiera absorber un poco para aguantar el día. - bromeo volteando a verlo. El se encontraba leyendo un viejo libro que había encontrado por ahí sentado en la cama, Ori dio un vistazo al bolso que se encontraba en un rincón de la habitación. — ¿Ya preparaste tus cosas?

Si, Haley me ayudo preparar todo. - Ori se recargo en sus codos para verle sorprendida.

¿Y la dejaste?

Despues de que se lavara las manos, sí. - Ori rio divertida y se acurruco en la cama. Levi se recostó de lado tras dejar el libro, para admirarla. — Gracias por incluirla.

Es mi deber, soy su padre. - Ori apretó sus labios realmente emocionada y tomo su mano, levi entrelazo sus dedos llevándose su mano a sus labios dejando un beso en cada dedo.

— Nunca te pregunte como te sentiste cuando te enteraste de Haley. – susurro con sus ojos brillantes.

— Me asuste como la mierda. - admitió haciendo que Ori riera entre dientes.

— Pensé que estaba soñando, pero entonces vi aquel brillo en sus ojos muy similar al tuyo y fue extrañamente gratificante. Esa mocosa es una mezcla de los dos, es...imposible no quererla.

— No tienes idea de lo mucho que soñé con que dijeras una cosa como esa. - limpio sus ojos llorosos y sonrio. — Debo admitir que tenía miedo de que no le quisieras, porque tenías otra familia o porque me habías olvidado.

Ori amaba a Levi con cada fibra de su ser, sin embargo, Haley era la luz de sus ojos y si levi no la hubiera querido, ella no habría dudado dos veces en alejarse de él por más que le amara, su hija siempre iba a estar primero y jamás permitirá que alguien le hiciera daño.

— Ori, tú eres la única mujer para mí. Aun si hubieran pasado cinco o diez años, jamás te habría olvidado. Gracias a ti conocí lo que es tener una familia. — le sonrio ligeramente haciendo que el corazón de ori brincara de emoción. — cuando acabe todo esto, prometo retirarme para vivir finalmente en paz, los tres juntos.

— ¿Ya te dije que te amo?

— Nunca son suficientes. – musito acariciando su vientre, Orianna sonrio divertida lanzándose a besarlo dispuesta a no dejarlo ir en lo que quedaba de su tiempo juntos.

A pesar de la horrible zozobra y ansiedad de lo que deparaba el día siguiente, ambos deseaban ver un futuro en donde los tres fueran finalmente felices y estaban dispuestos a conseguir aquel futuro que tanto merecían. Pero mientras tanto eso ocurría, decidieron pasar su ultima noche juntos deseando que esa no fuera la última vez que se vieran directamente a los ojos.

Para pesar de la pareja, el día siguiente llego y la dura despedida se llevó a cabo en la fresca madrugada, el sol ni siquiera había salido cuando Levi y ori preparan las cosas para el viaje entre besos y abrazos interminables en el umbral de la puerta.

— Por favor, vuelve a mí. - rogó Ori en su oído, Levi apretó el agarre en su cintura. — No quiero perderte. No cuando ya te recuperé.

— Volveré por ti, por ustedes. - Beso sus labios una vez más, pero Ori lo tomo del cuello de su camiseta y lo obligó a continuar con el beso. — Ori...tengo que irme.

Capitan IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora