La Demostración de Carlos

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Durante las siguientes semanas las conversaciones con Carlos sobre su tía y sus pies se volvieron bastante común. Yo podía hacerle comentarios como – Hoy ella tiene pedicure nuevo! O él me decía – Mírala, me gusta cuando se acuesta y pone los pies asi – refiriéndose a cuando se acostaba boca abajo con los pies en aire y cruzados.

Sobre las fotos que me prestó yo se las regresé y el por iniciativa me las cambiaba y me daba otras diferentes al punto que ya me las conocía todas. Hasta las conté y eran 23 fotos en total.

Hubo un día que le pregunte si ya no tenía fotos nuevas pues me había acostumbrado a ver las mismas. Me contestó: - No. Si ya hace rato que no le tomo fotos, ahora solo le digo que los quiero masajear y besar – Se quedó pensativo por un momento, me miró y me dijo con una pequeña sonrisa traviesa – Quieres ver?

No entendí la pregunta. Mejor dicho, no sabía a que se refería. "Se los iba a besar en frente mio?" Eso mismo le pregunté – Ahora? Aquí? En frente mio? – El como si nada muy fresco me dijo que si y sin yo responder me dijo – Mira –

Se levantó y se asomó a la puerta del cuarto a ver si no había nadie, luego trancó la puerta, camino hacia ella y empezó a hablar con ella en chino. Ella le contestaba como gritado, pero de hecho siempre hablaba así en voz alta. Ni idea de que hablaban, pero tengo la sospecha que ella no quería hacerlo en frente mio. Pero aún así él se acercó a ella y se arrodillo frente a sus pies. Ella estaba acostada boca abajo viendo la tele y él le agarro los pies y con los pulgares empezó a masajear suavemente los dedos. Parecía un ritual fetichista de lo mas sensual que podía existir. Yo estaba medio escondido detrás de una pared pero ella sabía que yo estaba ahí, mas no se movía. Solo veía la tele mientras Carlos le empezaba a oler suavemente los pies colocando su nariz en la planta mientras pasaba los dedos de sus manos suavemente entre los dedos de sus pies.

Entonces muy suavemente abrió la boca y colocó los dedos de su tia dentro de ella y empezó a mover la cabeza de un lado a otro para con sus labios acariciarle los dedos. Luego muy suavemente empezó a chuparlos. Dedo por dedo. Ella empezó a mover las piernas muy suavemente sin quitarle los pies, como que en cierta forma lo estaba disfrutando. Poco a poco fue aumentando los besos, abriendo la boca más grande para chupar los cinco dedos al mismo tiempo y soltó un pequeño suspiro de satisfacción o de excitación supongo de lo rico que sintió de tener esos pies en su boca. Era increíble. Yo estaba super excitado con deseos de masturbarme viendo esa escena, sobre todo el movimiento suave de sus piernas y de sus pies. Pero me tuve que contener pues no se si lo aprobarían.

Carlos de repente se paró sin decir nada, pasó de prisa al frente mio, caminó al escritorio, agarró su cámara y me la dio. Me dijo: - Toma. Tómame fotos de cerquita –

Se arrodillo nuevamente frente a los pies de su tia y ella empezó a hablarle en chino y el le contestó. Nunca supe si hablaban o discutían pues por el acento siempre sonaba como si se estuvieran gritando. En esta ocasión supuse que era por la fotos, pero la verdad, nunca pregunté.

Él me miró y con la cabeza me indico que empezara a tomar las fotos. Yo estaba muy nervioso y desconcertado de lo que estaba sucediendo, pero me acerque un poco y le empecé a tomar las fotos. Me excitó a mil mientras trataba de captarlo a él chupando y lamiendo los pies. Estuvimos así como cinco minutos, hasta que de repente tomé la última foto del rollo (era cámara de rollo) y la cámara empezó a hacer ruido para rebobinarlo. Al escuchar el ruido, Carlos se levantó de prisa, le dijo algo más al a Tía mientras me quitaba la cámara y ambos nos salimos del cuarto, reídos de la travesura que habíamos hecho. Nunca había visto a Carlos tan entusiasmado. Su expresión era como de locura. Con una gran sonrisa y los ojos bien abiertos mientras sacaba el rollo de la cámara.. Contento de lo que había hecho me dijo – Wow. Que locura esto. Hoy mismo las llevo a revelar – Le dije - - Cuando las reveles me las enseñas – Me dijo –Claro. Son las primeras fotos que me toma alguien besando sus pies. Ya las quiero ver-. Le pregunté – No te da pena que vean las fotos donde tu la revelas? – Si, pero ni modo. Nunca me han preguntado nada. Son discretos. Espero con estas no me vayan a preguntar.

Yo entré de nuevo al cuarto solo para buscar mi maletín. La tia permanecía en la misma posición, acostada boca abajo viendo la tele, como si nada hubiera pasado. Me fui a la casa, con unos sentimientos encontrados. Estaba excitado de lo que había vivido, pero si sentía además una gran envidia. Quería ser yo el que tuviera una experiencia asi. Alguien a quien poderle besar los pies y desahogar mi fetichismo. Esto se me iba a cumplir en las siguientes semanas.

Continuará.....

Los pies de la Tia de CarlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora