Mi turno (Ultima Parte)

1.9K 21 8
                                    

Carlos, el chico tímido más callado del salón y de pocas palabras se había convertido para mi en una especia de ídolo. Verlo besar los pies de su Tía fue lo más impresionante que había visto en mi vida. Ni siquiera en la tele había visto una escena tan seductora, y cómo no había internet todavía en esa época, no era común ver escenas fetichistas. A él se lo dije directamente. Que realmente lo envidiaba mucho y que tenía mucha suerte de poder hacer eso. Él solo se sonreía.

Unas semanas después en la escuela sucedió algo que nunca me imaginé. Estábamos entre clases esperando al profesor. Él estaba algo sospechoso y entonces me dijo: -Te tengo una sorpresa, ayer hablé con mi tía y le dije que tu también le querías besar sus pies y dijo que estaba bien. – Decir que quede en shock es poco, quede frio literalmente. La conversación fue mas o menos así:

-Queeeé? A ver cuéntame como fue eso?

-Nada solo le dije que tu querías besarle los pies también.

-Como? Pero asi de fácil se lo dijiste?

-Bueno, al principio dijo que no, pero yo le hago ver que sus pies son algo super especial, como que todo hombre los desea y ella como que se alaga – Me miró con una pequeña sonrisa burlesca y me dijo: - Hey, te pusiste colorado jejeje. – Era cierto sentí que me sudaban las manos. Me preguntó -Entonces? Te atreves?

-Amigo, tu sabes que me encantaría, pero no se.

-Bueno yo ya le pregunté, ya depende de ti.

La conversación y la duda siguió por un rato hasta que empezó la clase, a la salida me preguntó: Entonces, te veo en la tarde?

-Dale

-Le digo a mi tia?

-Bueno dile y me cuentas.

En la tarde llegue a su casa super nervioso. Recuerdo que yo mismo en mi mente me trataba de calmar y me decía "disfrutalo". Cuando me recibió Carlos, entramos directamente al cuarto y ni nos sentamos, me dijo: -Ahí esta ella. Te atreves? – Me dijo sonriendo como una travesura. Su tia estaba como siempre acostada boca abajo moviendo sus piernas hacia arriba y hacia abajo, llamando todavía más mi atención. Le pregunte a Carlos:

-Que te dijo ella?

-Ya me dijo que si. Te atreves? Me volvió a decir con una sonrisa picara.

-Ok dije casi con un suspiro de nervios..

Me medio escondí detrás de la puerta y el camino hacia ella. Yo estaba con sentimientos encontrados, pues también pensé que ojalá dijera que no para no estar tan incomodo mientras también estaba excitado con la situación.

Por gestos pienso que el le dijo en chino que yo estaba ahí listo y ella no estaba muy de acuerdo o estaba poniendo condiciones, discutiendo con el luego el me miro y me señaló que fuera hacia él. Camine despacito. Ella ni siquiera me volteó a ver lo cual creo que ayudaba a no sentir pena. Carlos me agarro de mis hombros y me empujo hacia abajo para que me arrodillara frente a los pies de su tía.

Quede a escasos 10cms de ellos. Ella tenía los pies levantados en el aire a mi altura y estaba moviendo los deditos constantemente como impacientes por ser besados. Confirmé inmediatamente que realmente eran perfectos. El pie en general se veía muy suave, bastante blanco sin ninguna impureza, las uñas bien cuidaditas con un esmalte naranja y bien cortaditas, el arco de la planta parecía una rampa, las plantas eran rosaditas. Parecía realmente unos pies de porcelana. Eran chiquitos, muy bien cuidados con los deditos larguitos, incluyendo el meñique.

Sentí que Carlos salió del cuarto. Me sentí solo pues no podría ni hablar con ella si no hablaba español. Agarre un pie con una mano suavemente para ver su reacción y con el pulgar le empecé a hacer una especie de masaje en el empeine. Ella inmediatamente movió su otro pie hacia mi mano y lo acarició suavemente, como una señal de aprobación. Esa fue la señal para sentir que podía ir adelante. Puse mi nariz sobre sus dedos y sentí una de las sensaciones mas excitantes de mi vida. Tanto por el olor como por el contacto sentí como se erizaba mi cabello en la nuca y una erección que podría describir como un miniorgasmo. El olor era algo riquísimo. Era como un olor natural de su piel, no sucio ni sudado sino el mismo olor de pie...algo difícil de describir.

Los pies de la Tia de CarlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora