Bloody Naked (Jennie y tú) (G!P)

13. Mi lugar

Jennie

Al fin el fin de semana llegó y con el mi escapada con T/N. Estoy tan emocionada, en serio necesito un descanso de todo y qué mejor descanso que pasarlo con tu crush. Y en eso pienso justo ahora, me tomé la mañana del viernes para arreglar mis cosas y prepararme, con los acontecimientos de las últimas semanas sé que tendremos algunos calentones si no es que terminamos compartiendo la misma cama desnudas. 

En verdad quisiera eso. 

Mierda, ahora soy una maldita calentona. Pero, ¿alguien me puede culpar? T/N está como quiere. T/N. Su nombre me suena en la cabeza todo el tiempo, es increíble como siempre dije que no me metería en esas mierdas cursis de parejas, la última vez que estuve con alguien no fue para nada agradable y si no fuera por mi amigo de la infancia jamás habría podido salir del infierno en el que vivía. 

Pero ahora estoy aquí, dejándome conquistar por una de las chicas más ardientes, respetuosas y amables que alguna vez haya conocido. Necesito llamarla. Saco mi teléfono y busco su contacto, está en favoritos obviamente, no necesito justificar mi comportamiento hacia ella, simplemente me gusta demasiado para mi propio bien. 

—¿Diga?

—¡Hola T/N!

—Preciosa, ¿Cómo estás?

—Bien, ¿y tú?

—Igual, emocionada por nuestro fin de semana alejadas. 

—¡Yo igual! Ya quiero que vengas por mí... —Sin poder evitarlo suavizo mucho más la voz para hacerla ceder, sé que se supone que nos encontraríamos en unas dos horas más pero en verdad ya quiero tenerla solo para mí. 

—Bebé, yo también quiero estar contigo lo más rápido posible, pero...

—¿Pero?

—Estoy atendiendo unos problemas que me surgieron. 

—¿Qué atiendes? Pensé que irías a la escuela y después inmediatamente por mí. 

—Sí Jen pero mi padre me llamó por un recado que le había pedido, es importante resolver esto. 

—Agh. —Suspiro frustrada y me tiro de espaldas a la cama. —Bien, supongo...

—Hey nena, no me hagas ese tono que me hace querer dejar todo por ir allí mismo. 

—Deberías hacerlo entonces... —Digo con mi voz baja, casi parecida a una niña berrinchuda. 

—No puedo... —Susurra y sin querer se forma un silencio muy incómodo entre nosotras, es intenso su silencio y me hace querer morir por pensar que puede dejar todo para venir a verme. Debería haber aprender eso. —Hagamos una cosa, princesa. Haré que pase un auto a tu casa, terminaré lo más pronto posible mis asuntos y nos reuniremos. 

—¿Por qué debo esperar a otra persona? Quiero que me busques tú.

—Lo sé linda pero en verdad estoy ocupada. Además así podremos estar juntas más rápido pues no tendré que hacer tanta vuelta. 

—Pero... mierda, está bien. 

—¡Genial, Jen! En media hora pasan por ti y en una hora nos encontramos. 

—Bien... que te vaya bien. 

—Te he echado de menos... —Su declaración es repentina pero no pierde el efecto, mis nervios se asoman a flor de punta pues sus palabras me conmueven, es lindo sentir que es mutua la conexión. —Todo el día te he pensado.