The Loneliest Person (Someone Like Me) ↬ Misana

La persona más solitaria

Era de noche cuando Mina despertó. Ni siquiera recordaba haberse quedado dormida, pero claramente debió haber sucedido mientras esperaba que Sana y Momo regresaran. Revisando su celular, Mina saltó sorprendida cuando vio que eran poco más de las 6 de la tarde. ¿Cómo se las había arreglado para tomar una siesta tan larga?

"¿Momo-ya? ¿Sana-ya?" Mina gritó, esperando escuchar algún tipo de respuesta de las demás que ya deberían haber regresado. Se encontró con un silencio espeluznante.

Mina finalmente se levantó de la cama y salió al pasillo. El dormitorio estaba completamente oscuro y silencioso, por lo que era poco probable que Momo y Sana estuvieran en casa todavía. Mientras Mina se dirigía a la sala de estar, notó que había contenedores de comida para llevar sobre el sofá, completamente sin comer y sin abrir. Una chaqueta también estaba cerca. Alguien estaba en casa en este momento, pero ¿Dónde?

Cuando Mina comenzó a alejarse para revisar el resto del dormitorio, notó que una sola persona estaba parada en el balcón con la cabeza hacia el cielo. Mina supo al instante que la figura inmóvil que estaba de pie con las manos entrelazadas sin apretar detrás de la espalda era Sana. Sin siquiera ver su rostro, Mina estaba segura de que la expresión de Sana era suave y melancólica, como siempre lo era cuando Sana miraba las estrellas.

La joven se acercó en silencio a la puerta del balcón y se detuvo para mirar el perfil de Sana. La niña mayor era tan hermosa a la pálida luz de la luna que Mina sintió que podía quedarse allí y observar a Sana para siempre. Pero la expresión solemne en el rostro de Sana hizo que a Mina le doliera el corazón. ¿En qué estaba pensando Sana mientras estaba sola bajo el frío cielo nocturno? Mina quería desesperadamente saber qué pasaba por la mente de la chica mayor. Quería desesperadamente acercarse a Sana y hacer que su tristeza desapareciera, para proteger a Sana tanto como Sana la había estado protegiendo a ella.

Mina vio a Sana temblar levemente en la oscuridad y se dio cuenta de que Sana no llevaba su chaqueta. Su cálido aliento era visible en el frío aire otoñal.

"Está loca", pensó Mina, corriendo instantáneamente a su habitación para buscar un abrigo y orejeras para ella. Luego recogió la chaqueta de Sana, que estaba en el sofá de la sala, y salió al balcón.

"¿Mina-ya?" preguntó Sana, girándose hacia ella cuando escuchó que se abría la puerta del balcón. Su expresión se iluminó cuando Mina salió y le ofreció la chaqueta.

"¿Qué haces afuera sin abrigo? Te vas a congelar aquí", regañó Mina a la chica mayor.

"Waaah, Mina está enojada conmigo. ¡Qué miedo!" Sana bromeó, poniéndose rápidamente la chaqueta. "Gracias por traer mi abrigo. Olvidé agarrarlo antes".

"¿Por qué estás aquí sola?" Mina volvió a preguntar. Metió las manos en los bolsillos para protegerlas del frío y se encontró con una bolsa de calor sin usar. Mina lo rompió para activarlo y luego lo presionó en la mano de Sana. Los dedos de la niña mayor eran como hielo, lo que le valió un ceño fruncido de desaprobación por parte de Mina. "¿Cuánto tiempo has estado aquí?"

La sonrisa feliz nunca abandonó el rostro de Sana. "¿Alrededor de media hora tal vez? Solo estaba mirando las estrellas un poco. Solo trataba de aclarar mi mente".

"Pero también puedes ver las estrellas desde adentro. Ya sabes, ¿dónde no hace tanto frío?"

Los ojos de Sana se arrugaron con afecto y Mina sintió que su pecho se contraía casi dolorosamente mientras trataba de ignorar lo hermosa que se veía Sana en ese momento. La chica mayor le devolvió la bolsita térmica, manteniendo sus dedos entrelazados mientras lo hacía. "Toma, agárrate a esto entonces. Ya me siento más cálida ahora que me trajiste mi chaqueta".