The Loneliest Person (Someone Like Me) ↬ Misana

La petición más simple

Cuando Sana se despertó a la mañana siguiente, estaba confundida al despertar en una cama que no era la suya. Las posesiones de Momo y Jeongyeon aparecieron a la vista y Sana de repente recordó los eventos de la noche anterior, cuando Mina se le confesó en el balcón, cuando Mina se sentó a horcajadas sobre ella y la besó en la cocina, cuando se besaron en la cama al borde del sexo pero terminaron en una noche inocente pero satisfactoria al dormir en los brazos de la otra.

Sana se dio la vuelta y se sorprendió al encontrar a Mina ya despierta y mirándola con cariño, aparentemente cuidándola mientras dormía. El cabello de la chica más joven estaba despeinado y sus ojos estaban nublados por el sueño, y sin embargo, el aliento de Sana todavía se quedó atascado en su garganta por lo hermosa que se veía Mina en ese momento. Un leve rubor rosado comenzó a colorear las mejillas de Mina una vez que sus ojos se encontraron, pero Mina reprimió su timidez y sostuvo su mirada.

"Buenos días, Mittang", murmuró Sana, preguntándose si la presencia de Mina a su lado en la cama era solo la continuación de un sueño.

"Buenos días, Sattang", respondió Mina en voz baja, su voz apenas audible.

Sana extendió la mano y tocó suavemente la mejilla de Mina, conteniendo la respiración hasta que sintió el calor de Mina contra sus dedos. Mina sonrió y llevó la mano de Sana a sus labios, depositando ligeros besos sobre ella. Sana aún no podía quitarse la sensación de que todo esto podría ser un sueño, pero cada toque de los labios de Mina le hacía más fácil creer que esto era real.

"¿Sigues siendo mi novia hoy?" preguntó Sana con cautela, medio en broma pero también medio en serio.

Las risitas de Mina resonaron en los oídos de Sana, haciendo que el corazón de la mayor se sintiera ligero y vertiginoso. "Sí. ¿Y tú sigues siendo mía?"

Sana respondió deslizándose más cerca de su novia, colocando tiernamente el cabello de Mina detrás de su oreja antes de inclinarse para besarla. Sana solo podía rezar para despertar junto a Mina por el resto de su vida, sabiendo que Mina la cuidaría mientras dormía.

Se lavaron juntas, se lavaron los dientes y se peinaron una al lado de la otra en el baño antes de ponerse ropa a juego por sugerencia tímida de Mina. Era imposible decir "no" a la mirada avergonzada en el rostro de Mina, y Sana sintió que habría aceptado cualquier atuendo que Mina sugiriera, incluso si eso significaba salir del dormitorio con un pijama de peluche de animales o algo peor.

Hoy era el segundo día del Chuseok y Mina quería intentar cocinar algunos platos tradicionales coreanos para la cena. Se suponía que sería una cena de celebración para tres cuando Momo todavía estaba con ellas, pero ahora estaban planeando una cena íntima pero festiva para dos. Después de aproximadamente una hora de investigar recetas y armar una lista de compras, lo que puede haber involucrado a Mina sentada en el regazo de Sana nuevamente en el sofá, las dos estaban listas para ir a comprar ingredientes.

Uno de sus managers las recogió y las llevó a la tienda de comestibles, un viaje bastante tranquilo ya que Mina y Sana estaban tratando activamente de evitar cualquier acción que pudiera revelar su nuevo estado civil. Regresaron al dormitorio aproximadamente una hora más tarde con bolsas de supermercado llenas de ingredientes y con el corazón puesto en preparar un pequeño festín con sus limitadas habilidades culinarias.

Mientras pasaban la tarde cocinando, horneando, riendo y bailando con la música de fondo, Sana recordó todas las vacaciones que solía pasar con su familia en Osaka antes de unirse a Twice. Ahora Mina era su familia. Esto era cierto incluso antes de que comenzaran a salir, y Sana lo sentía en su corazón aún más en este momento.

Sana vio a Mina de pie junto a la estufa con un aspecto absolutamente doméstico con un delantal manchado y el pelo recogido desordenadamente en una cola de caballo. La chica más joven estaba tarareando ociosamente para sí misma, revolviendo una olla de salsa mientras consultaba una receta en su teléfono. Fue un momento mundano, un instante ordinario en el tiempo y, sin embargo, Sana estaba hipnotizada al ver a Mina bajar el fuego con una sonrisa satisfecha, aparentemente feliz con los resultados de su cocina.