El cantar de un tritón.

7 0 0
                                    

Pasaron un par de semanas desde entonces y no volví a ver a ese chico desde entonces. Eso era algo que evidentemente me aliviaba puesto no es como si quisiera un acosador detrás mía tirándome la comida. Después de aquello no pasó nada más fuera de lo normal, aunque sí es cierto que estaba viendo a un grupo de chicos más de lo normal. En verdad eso no sería raro en lo absoluto si es que fueran de mis mismas materias, pero como tampoco llegaban a hacer algo llamativo siempre decidió pasarlo por alto.

Iba caminando con un paso lento por aquel frío y húmedo cemento. Mi mirada estaba fija en mis pies cosa que no era preocupante puesto no es como si allí hubieran muchas personas con las que chocarme. Seguí con aquel paso hasta detenerme frente una lápida algo sucia. No era la primera vez que estaba frente a ella, sin embargo aquel escalofrío de siempre no tardó en recorrer mi cuerpo cuando es que mis ojos vieron el nombre del dueño. "Nathan" — Papá — dije en un leve susurro tembloroso mientras me sentaba frente a la tumba. Junté mis manos tras cerrar aquellos ojos que amenazaban con empezar a derramar lágrimas. si había algo que en este mundo no existía eso eran los fantasmas o espíritus. Tal vez es una suerte para algunos pero para otros una condena. No se puede hacer mucho al respecto ya que después de todo no podemos encadenar a aquellas almas que abandonaron su cuerpo por capricho. Quería hablar, hoy había venido dispuesto a eso tras reunir más fuerzas de las que te puedas imaginar pero al abrir mi boca noté aquel ahogador nudo en la garganta. ¿En serio? ¿Hoy tampoco sería capaz de decirle nada? La luna iluminaba aquel sombrío lugar y los insectos se llevaban el silencio que debería de haber. Tal vez si alguien estuviera a mi lado en ese momento diciéndome que lo puedo hacer se me haría más fácil, pero ese lado estaba desoladamente solo. Una sensación de rabia y frustración me invadió en ese momento, tanto fue aquello que me tuve que ir casi corriendo de allí. No me gustaba para nada verme como un inutil, era de las cosas que más odiaba y justo así estaba quedando.

Aquel paso rápido hacia la salida del cementerio acompañado de las lágrimas saliendo de mis ojos blancos con desesperación hizo que no pudiera estar lo suficientemente atento como para esquivar esa piedra del suelo. Me fue imposible evitar la caída en esas condiciones así que lo único que pude hacer fue intentar estirar los brazos torpemente. Solté un leve quejido una vez estuve en el suelo. Definitivamente este no era mi día. No podía permitirme que alguien me viera de forma tan patética ahí tirado pero por mucho que intentara hacer el esfuerzo por levantarme las fuerzas me abandonaron por completo. Me encogí sobre mi mismo intentando respirar con regularidad para poder al menos dejar de llorar como un tonto. Era muy difícil, sentía que el aire me faltaba cada vez más y me encerraba en una burbuja cada vez más pequeña. Entonces en mi cabeza comenzaron a salir pensamientos que se suponía que estaban bien guardados. Esos pensamientos intrusivos que te terminan haciendo un pecador o como mínimo arruinando. No, no, no podía caer aquí. Había avanzado tanto para ser un Dios, lo había sacrificado todo para que ahora viniera esto y acabara conmigo. Repetía eso una y otra vez ante aquello mientras seguía intentando lo de la respiración pero nada funcionaba. Cuando mi desesperación estaba en el punto más alto noté cómo es que alguien tomó mi mentón para levantar mi cabeza. ¿Qué?¿Qué cojones hacia alguien en un cementerio alejado de la ciudad a estas horas? Mi pesadilla se había cumplido, alguien me había visto en ese deplorable estado, mi sueño se terminaba aquí. Ante aquello brotaron más lágrimas bajo mi flequillo, cosa que al parecer al otro le preocupó bastante. — He-hey — Dijo una voz nerviosa acompañada de una mano intentando secar aquellas gotas que no paraban de caer. No sabia que hacer, eso se veía a simple vista, estaba demasiado como para ayudarme así que lo único que se le ocurrió fue abrazarme. Evidentemente eso me sorprendió demasiado, tanto que por un momento se me olvidó respirar. Esto era muy raro, debía de apartarme pero era imposible separarse de esa sensación de calidez que desprendía el contrario. Eso de alguna u otra forma me hacía sentir seguro así que fini dejando mi cabeza apoyada en su hombro. Sentía su mano subir y bajar por mi espalda con tranquilidad mientras cantaba en una voz suave y dulce que era capaz de llevarse mi atención por completo haciendo así que ignorara aquellas voces que antes me atormentaban. , ojala haber sabido de antes de que aquella persona era un tritón.

— ¿Lo matamos aquí o vamos a un sitio más iluminado? — preguntó Azazel viendo el cuerpo inconsciente de Asher en los brazos de Ray. Los 4 chicos que rodeaban a los que técnicamente seguían abrazados empezaron a discutir más cuando decidieron hablar. — No lo vamos a matar — De un momento a otro todos estaban mirando atónitos al de cabellos largos que ahora se había puesto de pie aun cargando el cuerpo. No era alguien de muchas palabras así que todos sabían que aquello no lo decía en broma. — ¿Cómo que no?¿Entonces qué piensas hacer con él? — protestó aquel de voz más aguda al que ahora se encaminaba a una gran furgoneta negra. — Haremos que sea uno de los nuestros o una simple mascota. Después de todo es mucho mejor humillarlo que matarlo ¿no? — No, definitivamente eso no estaba en el plan de ninguno antes de venir a este lugar a por el ángel pero ante aquello ninguno dijo nada. Pensaron un poco manteniendo un frío silencio llegando todos así a la conclusión de que en verdad eso si era lo mejor ya que al fin podrían arruinar la reputación de todos los ángeles impidiendoles así fueran Dios. , era una idea increible. Que bien había ocultado Ray que en verdad tenía una obsesión con Asher desde hace años y que no iba a permitir que alguien lo matara.

Con eso decidido finalmente todos subieron a la furgoneta para encaminarse a un lugar lo suficientemente lejos de ahí. Mientras Nagi conducía el resto se encargaba en la parte trasera de atar al chico para inmovilizarlo por completo.

Estaba sumergido en un sueño, uno muy largo y agradable. Un aroma a frutas del bosque invadió mis fosas nasales mientras andaba por una pradera llena de colores llamativos y pequeños animales. Mis alas poco a poco se fueron extendiendo para al fin poder agitarlas con rapidez. Comencé a volar libremente por aquel lugar acompañado de otras aves que jugueteaban. Me sentía feliz, bien, una sensación que desde hacía tiempo no lograba tener, cuando es que un gran dolor se hizo en mi estomago haciéndome caer en aquel suelo que ahora estaba lleno de sangre ¿de donde venía?¿Eran algunos animales heridos? Preocupado, tratando de encontrar de donde provenía aquella sangre me di cuenta de que mi boca había empezado a sangrar y mi estómago tenía una gran herida. Me quedé blanco al instante. Podía sentir como aquella zona del corte se me adormecía junto al resto que la iban siguiendo. Y entonces mis ojos se abrieron repentinamente. No, no estaba en un prado ideal, estaba atado a unas cadenas y totalmente inmovil por unas gruesas cuerdas. De repente empecé a toser lo que parecía ser sangre y notar un gran dolor en el lugar del sueño. Estaba en una habitación húmeda y grisácea, eso era lo único que había alcanzado a ver antes de mirar hacia mi estómago viendo un corte enorme en él. Estaba débil y cansado pero aún así rece para que me dieran fuerzas suficientes para curarme. La curación de un ángel es mucho más rápida que la de un humano pero requiere de mucha más energía y concentración y la verdad es que no tenía mucho de eso en las circunstancias en las que me encontraba en ese momento.

— Al menos no nos ignora. – Pidió alguien indignado sorprendiendome. Con rapidez alcé la mirada encontrándome con 5 chicos, esos chicos que había estado saliendo a ver cuando salía de mi cuarto. Me paralice al instante al ver sus sonrisas ante mi sufrimiento. No, estaba más que seguro de que no estaban ahí para salvarme. Casi tiemblo al verlos pero me negaba a hacerlo. No me iban a ver débil nunca más pues si bien no recordaba muy bien lo que había pasado estaba seguro de que si no me hubiera mostrado tan débil no estaría aquí ahora. Pero al parecer esa expresión no le gustó a uno así que decidió darme una patada en la cara que me hizo escupir aún más sangre. Lo maldecí en lo bajo para mirar de reojo al culpable viendo una expresión espeluznante en un rostro muy hermoso. Hizo hasta que un escalofrío me recorriera por completo mientras desviaba la mirada de él. Definitivamente este es el que tenía la presencia más aterradora de todos. — Vuelve a poner ese careto y te quedas sin cabeza. — Advirtió mientras se alejaba de mí para volver con lo que parecían ser sus compañeros. Esta vez simplemente los miré expectante de una respuesta de al menos que hacia aquí pues no era algo que entendiera de mi. Ni siquiera tenían a alguien a quien pedirle un rescate o algo, si me querían morir ¿por qué no lo hicieron ya?

(El cantar de un tritón o sirena puede dejar inconsciente o muerto a quien lo escuche, depende de cuanto llegué a escuchar. También debo advertir que desde aquí pueden llegar a haber abusos, asesinatos, torturas y ese tipo de cosas.)

No debí mirarteWhere stories live. Discover now