Capítulo 5

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Es un domingo en la mañana como cualquier otro, a excepción de ciertos gritos que se producen en la casa de huéspedes.

¡Vamos Arnold apúrate! Si no nos apuramos vamos a tener que hacer un mega fila para entrar. Gritaba una desesperada Gertie en el vestíbulo de la casa, mientras daba unos brinquitos de desesperación.

Ya voy. Le gritaba Arnold des el primer piso, mientras terminaba de arreglarse. - No sé para que tanta prisa si al final si vamos a tener que hacer fil-. Replicaba mientras se pasaba el peine por sus rubios cabellos todavía mojados. Por el baño que tomó. Checo su celular y vio que en verdad si se le estaba haciendo tarde. - Rayos- grito mientras tomaba rápido su cartera y su chaqueta que siempre usaba. Su chaqueta era la de su escuela y la de su equipo de americano.

Salió corriendo de su cuarto, azotando la puerta para que cerrara. Paso corriendo por todos los pasillos esquivando tanto a huéspedes como muebles. -Ya era hora- le reclamo la pequeña Gertie con el ceño fruncido y las manos en sus caderas tratando de imitar a su madre cuando se enoja. Arnold como buen hermano se disculpo con su hermanita. La tomo de la mano para irse, pero los detuvo su mamá que salió de quien sabe dónde. - Y Arnie?- . Los cuestiono a ambos. - madre no vamos a llevar a Arnie, esta es una salida entre Hermanos-. Le dijo Arnold con una mala cara. -Pero Arnie es tu primo y no van a ir a ningún lado si no llevan a Arnie.- la madre les contesto con la misma pose que hace unos momento había tomado la pequeña Gertie.

Arnold de mala gana se resigno y fue en busca de Artie. Cuando lo encontró le arrebato lo que estaba leyendo y lo aventó a una esquina, luego lo tomo del brazo y se lo llevo hacia la salida donde su hermana ya lo estaba esperando para subirse en el carro del abuelo. -Helga me va a matar- fue lo ultimo que dijo Arnold antes de subirse al carro resignado.

Mientras tanto en otro lado de la ciudad. En el cuarto de la Rubia, también se escuchaba ciertas maldiciones. -no se- grito Helga, al no saber como vestirse. Probo con todo. Inclusive con un vestido, el cual inmediatamente desecho. -no se que ponerme, Por qué no soy nada femenina como Laila o Rhonda? - se cuestionó para después tirarse en la cama boca arriba. Se quedo un rato viendo el techo de su cuarto como si nada le importara, pero. En verdad que le importaba, iba a tener una cita con Arnold. Bueno no era una cita del todo ya que iba Gertie. Pero aun así iba estar el mayor tiempo con Arnold mientras la pequeña se subía a los juegos de niños. Le volvió una sonrisa al rostro, pero se les desvaneció al escuchar que alguien tocaba la puerta de su recamara. Se paro de mala gana de su cama y pregunto quién era.

¡Hermanita! ¿Te encuentras bien?, como no dejabas de gritar subí a ver que tenías. Dijo Olga del otro lado de la puerta.

Estoy bien. Dijo Helga de mala gana, mientras abría la puerta. – solo que tengo problemas existenciales de eso que tu sufres todo el tiempo con tus novios. - dijo Helga con cara de sarcasmo. Olga no lo entendió y paso al cuarto de su hermanita y viendo todo toda la ropa que estaba en el suelo y sonrió.- Hermanita vas a tener un cita!.- dijo Olga emocionada. Helga se sonrojo, pero frunció el ceño. - estás loca, simplemente voy a acompañar a un compañero de mi clase a dinoland, porque se lo prometió a su hermana. - cruzo los brazos y volteo el rostro para que su hermana no la viera. Olga seguía sonriendo y tomo a su hermana y la sentó en la cama- ok Helga lo que tu digas-. Tomo el cabello de Helga y lo empezó a peinar, mientras Helga seguía perdida en sus pensamientos.

Yo creo que deberías ir como siempre vas vestida, esa eres tú. Además, si no es una cita, no veo porque deberías vestirte formal. Dijo Olga, mientras seguía peinando el cabello de Helga.

Helga suspiro y se resignó, tal vez, solo esta vez su hermana tenía razón.

Se paro de su cama cuando sintió que hermana dejo de tocarle el cabello. Tomo un pantalón y una blusa que saco del montón de ropa que tenia tirada. Por lo menos la blusa era un poco mas femenina que las otras que tenía. Se las puso sin importarle que su hermana siguiera en el cuarto. Se vio en el espejo y se sorprendió al ver que su hermana le había hecho una trenza.

Días normalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora