Marinette estaba en el parque, en un día de picnic, mirando a Félix que lucía aburrido.
Ya había... ya había pasado una semana desde que empezaron a salir y todavía no aclaraba el malentendido.
¡Pero que quedé claro que no tuvo tiempo de hacerlo!
Félix la llevó al cine, al parque, a un acuario, al zoológico y por divertirse mucho, se olvidó de aclarar las cosas.
Marinette dio un suspiro, decepcionada de ella misma, ganando la mirada de su "novio."
-No te preocupes, no estoy realmente aburrido, sólo... lo siento, si estoy aburrido pero en verdad en estos días estuve siendo un insensible, llevandote a lugares donde yo quería ir, por éso hoy quiero que hagamos lo que tu quieres.- dijo el rubio, evitando mirar a la chica a los ojos por estar algo avergonzado.
Marinette lo quedo mirando por unos segundos y simplemente no se puedo conseguir.
-Vaya, vaya, ¿quién diría que de hecho el gran Félix es tan considerado con su novia?
Molestar a Félix de vez en cuando, era algo que se volvió un hábito para ella ya que el calculador y algo malvado chico, era muy lindo para ella cuando actuba de manera avergonzada o muy considerada.
El rubio la miró con el ceño fruncido y le agarró de las mejillas para apretarlas.
-No pongas a prueba mi paciencia, solamente por ser linda, Torpenette.- dijo el chico, no entendiendo como es que ella tenía las mejillas tan elásticas.
¡Rayos! Le gustaba apretarle las mejillas, ya se parecía a su madre.
-¿Limba?- preguntó la azabache, sorprendida por ser llamada linda por su novio.
El chico le dejó de apretar las mejillas, dándose cuenta de lo que dijo.
Genial, ahora el ego de Marinette crecería todavía más por su culpa.
-Sí, eres linda, ¿tienes algún problema con éso?- preguntó, acostandose en el regazo de la ojiazul.
Marinette lo miró con sorpresa antes de sonreír y acariciarle el cabello.
-¿Qué parte de mi es linda?- preguntó, queriendo molestar un poco.
Félix que ya sabía que ella solo lo quería molestar, la miró y levantó su mano para acariciar la mejilla de ella.
-Puedes enojarte conmigo por no ser específico... pero todo de ti me parece lindo, sé que eres una tonta con una terrible suerte, pero hasta éso me llegó a parecer lindo de ti, creó que... realmente me gustas.- confesó el chico.
Marinette abrió sus ojos con sorpresa mientras sus mejillas se ponían muy rojas.
Félix no debía decir éso, se supone que cada vez que lo molestaba, haciendo preguntas cursiles, él le insultaba o algo.
El chico se sentó, quedando a la altura de su novia, mirándose fijamente a los ojos, perdidos en ellos mismos.
Marinette estaba muy nerviosa, se supone que éso era un error que debía aclarar, pero entre más tiempo pasaba, más difícil se le hacía.
-¿Puedo... besarte?- preguntó el rubio.
Marinette dio un leve salto al oír ésa pregunta.
En ésa semana Félix intentó besarla en más de una ocasión, pero ella siempre lo evadia, ahora que se lo preguntaba, era... diferente.
La cabeza de Marinette se movió levemente, afirmando a la petición.
¡¿Por qué estaba asintiendo?!
Éso era un error, se supone que a ella le gusta Adrien y a él se le quiso declarar pero por andar de distraída se equivocó y llevaba una semana queriendo aclararlo.
Un beso estaba prohibido, un beso era algo que la harían cruzar la línea.
Félix comenzó a acercar su rostro al de ella, apretando Marinette los puños y gritandose internamente que éso no estaba bien, que no debía seguir lastimando al chico, pero...
La respiración de ambos chocaron, Félix se inclinó levemente a un costado, teniendo los dos los ojos casi cerrados.
Iba a suceder, se darían su primer beso y ya no habría marcha atrás.
-¡Corran, un akuma!
Los gritos se empezaron a oír y Félix se alejó, tomando la mano de su novia.
-Rápido, debemos irnos.- dijo el chico.
-¿Eh?
Y Marinette estaba completamente pérdida, todavía esperando su beso.
Félix dio un suspiro con fastidió, la hizo levantar y la alzó en su hombro como costal de papas para irse corriendo y evitar al villano.
Mientras era llevada como costal de papas, Marinette cubrió sus rostros con ambas manos.
¡¿Qué rayos estuvo tan cerca de hacer?!
Debía aclarar ése malentendido lo antes posible o Félix no volvería a confiar en las chicas, jamás.
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Rubio equivocado
FanfictionMarinette decide ya no ser una cobarde y confesarle su amor a Adrien... ¡Pero ése no era Adrien!