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—💭—


Sunoo asintió atontado y pronto sintió como unos grandes y cálidos brazos lo cubrían por completo en una fragancia tan rica e hipnotizante que parecía irreal.

Cerró los ojos y solo disfrutó aquel contacto. Era suave.


—Jungwon, suéltalo —gritó con evidente furia.


Sintió las manos de Sunghoon intentar separar el fuerte agarre que lo mantenía unido al pelinegro.

Ambos comenzaron a forcejear sin importarles que tuvieran a un quebrado y adolorido Sunoo en medio.


—¡Me lastimarán! —gritó harto y quizás algo asustado.


Ambos muchachos quedaron asombrados ante el grito y rápidamente lo depositaron en la silla nuevamente.


—Te traeré agua, mi amor —dijo Sunghoon, haciendo énfasis en el "mi amor" mientras observaba fijamente a Jungwon.


Sunoo los observó confuso. No entendía qué sucedía. Y no quería hacerlo tampoco.


—No quiero agua, gracias —respondió atontado.


Sunghoon rió. Su risa fue tan falsa como el amor que decía sentir por él. Puras mentiras.


—Claro que quieres, no seas tontito —le sonrió torcidamente.

No respondió, prefirió no hacerlo. Prefirió callar y pensar la situación, se sentía extraño estando en medio de una evidente batalla de odio.


—¿Todavía te cuesta entender lo que él quiere? Que ridículo —habló Jungwon cruzándose de brazos.


Sunghoon no respondió. Solo volteó a otro lado y respiró profundamente. Era muy claro que se estaba conteniendo.


—Sin palabras, no me sorprende —volvió a provocar—Iré a charlar con Sunoo arriba, no le quitaré mucho tiempo.


Sunghoon lo observó con los ojos entrecerrados mientras apretaba levemente sus puños.


—No, no lo harás.


El pelinegro levantó una ceja, seguido de Sunoo que, a pesar de encontrarse algo tonto por el golpe, seguía sin comprender aquella actitud.


—Claro que lo haré, tontito —dijo haciendo énfasis en "tontito"—O haré una rápida llamada a la policía, no sé cuál te parezca mejor.


El mayor se dio la vuelta y caminó enfurecido hacia la cocina, dando a entender que hicieran lo que les saliera de si. Notó como los livianos pasos de Sunghoon se alejaban rápidamente y sintió ganas de ir a buscarlo, pero no podía y tampoco lo quería realmente.


Jungwon lo volvió a tomar entre sus brazos sin preguntarle, pero no le molestó en lo absoluto.


—Iremos arriba, necesitamos hablar —dijo el pelinegro peligrosamente cerca de sus labios.


Asintió y Jungwon lo llevó a la habitación que compartía con Sunghoon, para depositarlo en la cama.

Le parecía extraño que conociese la casa. Quizás era algún familiar que, muy sospechosamente, evitó mencionar.


Quedó apoyado en la puerta antes de comenzar a hablar.


—Te he extrañado mucho, te he llorado mucho —habló con a la voz entrecortada mientras se recostaba junto a su cuerpo inmóvil—Eres una persona flébil.


Las manos de Jungwon fueron a parar al rostro de Sunoo mientras lo acariciaba.


Estaba tonto por las caricias. Eran tan tranquilas y suaves. No conocía al muchacho, pero su tacto era tan conocido para él. Se sentía completamente en casa a su lado.


Era su lugar.


—Lo siento, no te recuerdo —habló con suavidad mientras observaba aquel rostro hermoso, intentando encontrar algo que lo hiciera recordar, estaba desesperado por hacerlo.


Necesitaba respuestas ante los sentimientos que en su interior surgieron.


—Sé que no lo haces, mi amor, he llamado y no reconociste mi voz. Me ha quedado claro desde ese día, pero me recordarás con el tiempo —suspiró—O crearemos nuevos momentos.


Ambos se observaron un largo momento, intentando encontrar alguna chispa en la mirada ajena.


Jungwon posó sus labios sobre los ajenos con delicadeza y comenzó a moverlos mientras pedía permiso con su lengua.

Sunoo correspondió a aquel beso, sintiéndose cautivado por todo lo que esta persona tenía. Se sentía en las mismísimas nubes. No quería ni podía parar, no entendía por qué se dejaba así de fácil, pero no le sorprendía ser tan manipulable.


Había olvidado que Sunghoon estaba abajo, haciendo quién sabe qué cosa. Simplemente había vuelto a olvidar todo. No quería recordarlo a él, quería recordar a Jungwon.


—¿Ahora me recuerdas? —habló separándose unos centímetros.


Negó algo atontado con la cabeza.


Le dolía no recordarlo, porque aquel beso tenía tanta ternura y amor que lo hizo sentir más que único, algo que los besos de Sunghoon no le brindaban en lo absoluto.


¿Quién era realmente Jungwon?


—Estoy casado con Sunghoon, ¿Por qué hiciste eso? —dijo como pudo mientras lo observaba con curiosidad.


Quizás sentía un poco de culpa al respecto, era descortés de su parte fallarle a su matrimonio, pero una parte de él quería seguir sin importarle las consecuencias.


Una risa sarcástica pero hermosa salió de los labios del pelinegro.


—Amante, soy tu amante —dijo en una sonrisa que pronto se desvaneció—O era, por lo que veo.


¿Él tenía un amante?




Love me, mon amour¹ - SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora