Con sus recuerdos borrados, dos niños que cuidar, enemigos a la vista y una verdad que descubrir, Daniela Calle no sabe porque es adicta al olor a vainilla... porque siente que la vigilan y sobretodo, porque dibuja un par de ojos oscuros todos los d...
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Son las ocho de la mañana aquí en Italia y no quiero irme, es el primer país que visito que no sea el frío estado de Seattle. Quiero ver y conocer todo pero también necesitamos volver a la realidad. Los gemelos están jugando con Sebas cerca de una fuente, Kim y Mario están platicando lo que han hecho todos estos años.
—cuéntame más del libro que escribiste— pido a una feliz Poche
—es nuestra historia, aunque cambie algunos detalles sobre los cambiantes— me mira—es una novela de romance—explica
—¿porqué la escribiste?
—tenía que hacer algo en mis tiempos libres— se ríe también
—¿lo escribiste por que en unos años se te olvidará?— bromeo— en unos cien años, no creo que recuerdes todo con detalle— ella niega con la cabeza
—no, Cherry— mis mejillas se sonrojan ante mi nuevo apodo— tal vez olvide como ibas vestida, o que paso tiempo después — explica—pero nunca podré olvidarme de como me haces sentir, de como mi corazón late como loco cuando sonríes o como haces que solo te mire a ti... nunca podré olvidar todo lo que me haces sentir aunque lo único que hagas es respirar— y regreso a los tiempos de cuando estaba loca por ella en Eastwood. Y lo noto, nada a cambiado.
Todavía mi corazón se acelera cuando ella me sonríe, todavía me sonrojo ante lo que ella dice. Todavía me paralizo cuando ella me mira, cuando ella me mira como si fuera su mundo y tema de que me vaya. Y sonrío, por que siempre será así.
Todavía sigo enamorada de la sexy chica de mis fantasías.
—Gracias Poche— ella me mira, confundida mientras veo a las personas caminar turistas, vendedores, locales... Harry esta sentado junto a su gemelo y ambos manipulan el agua con sus manos, mojando a Sebas. Pero no me preocupo, solo alguien demasiado curioso lograría notar que están manipulando el agua.
—¿porqué?—pregunta
—por enamorarte de mi— respondo, sincera— Poche sonríe y me da un beso en la mejilla. ¿Cómo es que un simple gesto puede hacer que me tiemblen las piernas?
—ya te lo había dicho, Calle —parpadea varias veces, Poche detesta los pupilentes— aunque no fueras mi alma gemela, me hubiera enamorado de ti — sonríe—me gusta cuando sonríes, porque tu sonrisa es sincera... me podría pasar el día viéndote sonreír. Me gusta cuando te sonrojas, tú sonrojo es muy peculiar y me agrada que yo sea la causante de ello. Me gusta tu cabello por que nunca había visto un castaño tan intenso. Me gusta tu piel, por que huele exquisitamente. Me gusta tu cuerpo por que solo reacciona ante mi y sobretodo me gustan tus ojos...se que pronto se volverán de muchos colores y no tendrás uno definido, pero aún así.. me gustan— quiero llorar, todo esto es demasiado lindo... demasiado hermoso— me gustas porque con una sola mirada tuya, estoy perdida. Soy tuya, preciosa.
—oh... Poche— lágrimas comienzan a formarse en mis ojos. Poche siempre acierta con las palabras sabe exactamente que decir para volverme loca de amor