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❛ just close your eyes the sun is going down ❜
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⠀⠀La mañana de la Cosecha siempre era dura. No importaba cuantas veces se recordara que su nombre solo estaría unas pocas veces en la urna, no importaba cuantas veces se repitiera que eran miles de papeletas, que era muy poco probable que saliera su nombre; la sensación de no poder respirar y estarse ahogando la acompañaba desde que salía de la cama hasta que volvía a la seguridad de su hogar.
Hacía calor. El sol se colaba por su ventana y le daba justo en el rostro, apenas comenzaba el verano pero ya quería que se acabara, ya había tenido suficiente. Salió de la cama para encontrarse con su reflejo en el espejo que permanecía en el fondo de la pequeña habitación, tenía unas sombras violetas debajo de sus ojos pero solo se notaban si la mirabas durante demasiado tiempo. Sus labios estaban algo lastimados por haberlos estado mordisqueando inconscientemente durante el transcurso de la noche, todo producto de la ansiedad que sentía por las siguientes horas que tenía por delante.
En el distrito 5 tenían el día libre, como cada año el día de la Cosecha. Su padre era del tipo de persona que le gustaba tener su hogar en constante movimiento, por eso a sus hijos los había acostumbrado a que se levantaran temprano en la mañana sin importar que día fuera, sin importar si tenían planes o no, cuando el sol salía era el momento de dejar la cama e ir a hacer cualquier cosa que se tuviera que hacer. Así siempre habían sido los integrantes de la familia Havilliard.
── Alguien se despertó con el pie izquierdo. ── escuchó decir cuando salía de su habitación.
Al otro lado del pasillo, con esa sonrisa tan característica en su rostro estaba el hermano mayor, Mickey, con los brazos cruzados y levemente apoyado en el muro detrás de él.
── Alguien se despertó con ganas de ser una molestia. ── respondió con el mismo tono burlón.
── Ya. ── Mickey negó con si cabeza mientras soltaba una risita ──. Vamos a desayunar, tenemos un largo día por delante. ── pasó su brazo sobre los hombros de su hermana y fueron por el pasillo hasta llegar a la cocina donde ya estaba un muy despierto Jude Havilliard.
Jude siempre había sido un hombre serio, algo intimidante, y era muy protector con sus hijos. El día que Wanda Layne-Havilliard falleció, a causa de una complicación en el parto de su hijo menor, tomó un papel más amoroso y menos estricto, algo que era muy difícil para él dada a la forma en que fue educado en una familia en la que los gestos de cariño y amor eran realmente escasos.
