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Cuando JongIn se despertó a la misma hora de todos los días, su reloj interno haciendo alarde de su puntualidad, se encontró con una cama fría y vacía.

Frunció el ceño, acostumbrándose a la luz de las lámparas encendidas por sí mismas, y se dio la vuelta en el colchón. En efecto, estaba completamente solo y el calor que había disfrutado durante toda la noche se había desvanecido, dejándolo bajo la protección de una débil y delgada sábana.

Reprimiendo un suspiro y sentimientos y pensamientos innecesarios a una hora tan temprana, JongIn se incorporó lentamente y salió de la cama con pesar.

Su cuerpo se sentía bastante relajado y descansado, así que alejarse de la comodidad resultaba ser una tarea tortuosa. Aún así, JongIn fue fuerte y valiente; dobló las sábanas para que esto no fuera un inconveniente para Soo y fue al baño para orinar, lavarse la cara y darse un baño rápido.

No se sorprendió al ver el agua limpia en la bañera, pero la visión siguió siendo tan reconfortante como el día anterior. JongIn se enjabonó concienzudamente después de hacer su rutina necesaria de vaciado de vejiga y observación personal ante el espejo, deslizando la barra aromática por todo su cuerpo mientras los rastros del sueño y los pensamientos resbalaban como el jabón por su piel.

Finalmente, limpio y completamente despierto, JongIn salió de la bañera (cuya agua volvió a limpiarse por sí misma antes de desaparecer), se secó y se vistió con las ropas simples y oscuras que había en el refugio. Luego, repotenciado y con un poco más de energía, se dirigió a la cocina y se quedó pasmado en su lugar.

Sobre la mesa, cubierta perfectamente y conservando el calor, había un desayuno hecho a base de arroz y vegetales salteados con un poco de carne y té. Junto a los tazones, descansando en una esquina, había una nota pequeña que JongIn tomó con suavidad.

¡Buenos días! Siento dejarte tan temprano, ¡pero no podía quedarme por más tiempo! He estado tan entusiasmado desde ayer que cuando vi a las primeras personas saliendo para trabajar, decidí ir detrás de ellos para curiosear. ¡Así que no te preocupes por mí, estaré bien!

Por otro lado, te he preparado el desayuno. Si bien la cena no ha sido mala, ¡déjame cocinar a mí! (también será mi disculpa por irme sin despedirme)

Espero que tengas un buen día, ¡volveré en algún momento! ¡O tal vez nos veremos por ahí más tarde! Cómelo todo y no te esfuerces demasiado en lo que sea que hagas.

Soo.


JongIn sonrió tontamente, imaginándose a un Soo excitado tratando de escribir lo más rápido posible para irse corriendo detrás de los refugiados y echar un ojo a todo lo que lo rodeaba con más energía y aprecio que ayer. Fue una imagen mental sumamente adorable y resultó ser bastante difícil deshacerse de ella, borrar su sonrisa y sentarse a comer.

A pesar de ello, cuando consiguió todos los puntos anteriores, su corazón latía un poco más rápido y fuerte de lo que lo haría normalmente.

El desayuno fue tan espléndido como era de esperarse, tal vez un poco más gracias a los beneficios que traía consigo una cocina real y no un fuego tembloroso que podría morir en cualquier momento. El té, además, se encontraba agradablemente dulce, suave en su paladar, relajante y calmado cuando se deslizó en su garganta. Le dio calma, calor y paz.

Al terminar la comida, obedeciendo a Soo y dejando los tazones vacíos, se puso de pie y fue a la cocina para lavar los trastes sucios. Colocó todo en su lugar respectivo y luego se dirigió al baño para lavarse los dientes. Finalmente, todo listo y en orden, JongIn salió de la cabaña y cerró la puerta detrás de él.

The (Allure Of) War - [EXO Fest: One Universe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora