Miré hacia mis costados al despertar y mis pardes no estaban. De pronto escuche un golpeteo en la puerta del baño de mis padres junto a un jadeo. ¡Madre del faje mundial! ¿En serio no les importó que su única hija estuviera aquí? Pero, era obvio, mamá y papá se aman, se demuestran amFAJEor.
Bajé de la cama corriendo y dando un azotón a la puerta, como si mis padres me persiguieran mientras fabajan. Y Lalu, como siempre de entrometida, fue a las primeras 5 escaleras.
-¿Pasó algo, señorita Miller?-preguntó con los ojos más abiertos que he visto.
-No seas entrometida, ¿ya esta la comida?-le pregunté esquivándola y terminando de bajar las escaleras y dando pequeños saltitos hacia la cocina.
-C-claro, a usted le hice Moyetes*-dijo nerviosa sirviendo la comida enfrente de la silla donde supongo que me sentaré.
Di unos pequeños aplausos con las llemas de los dedos y me senté.
-Hay veces en las que me caes bien, Lalu. Pero hay veces en las que me desesperas-le dije sonriendo y ella solo se limitó a hacer una sonrisa de lado.
-Si lo dice por su bufanda, ya le pedí disculpas, señorita-dice mientras jugueteaba con su mandil.
-¡Me la había tejido mi abuela antes de morir, como eres estúpida!-dije soltando pequeños trosos de pan desde mi boca hasta afuera.
Sí, mi otra abuela, Mariann, madre de mi padre, había fallecido. Era una experta en tejer, me regaló una bufanda antes dé y la zuripanta de Lalu la estropeó metiendola a la lavadora ¡con cloro!
En ese momento, mamá y papá bajaron riendo y jugando a saltar desde los escalones mas altos hasta el suelo.
-Buenos días, mujeres-dijo mi madre mientras Miller le daba una vuelta y ella reía. Sonreí por eso y ambos se sentaron frente a mi.
-Demasiado buenos para ustedes-dije sonriendo traviesa y la parejita fajona Miller se sonrojaron y papá finjió un tosido a lo que yo solté una carcajada-Pensé que se quedarían desmayados.
Mi padre me miró mientras bajaba su tono rojizo y me decía con la mirada cállate-maldita-hija-del-demonio. Solo me limité a agacharme y reír.
Y así fue en todo el almuerzo, les decía directamente indirectas sobre lo sucedido en la mañana. Tal vez digan Kendra, maldita traumada ¡superalo! ¡Nunca superaré que mis padres se atrevieron a pensar que no tienen hija y fajan por doquier!
Acabé de comer y me dirigí a mi habitacion a bañarme, era sábado, sábado de shopping.
Le tecleé a Dany
*Maldita, ¿que planes para hoy?
Junto a un emoji con gafas negras.
Fui a abrir el grifo del agua y esperé a que se regulara y vibró el teléfono
*Oh sí, buenos días, amanecí bien
*No te pregunté eso, Elita, ¿llevamos a Roberto?
*No, a Roberto no, además, es insoportable, y ya sabes que la última vez que fue con nosotras no estuvo nada divertido, o almenos para él.
Y era cierto, la última vez que fue con nosotras, Dany le preguntó que si se veía gorda con un vestido negro de encaje y brillos en los bordos, él respondió un sí y terminó con moretones en los brazos junto a pellizcos y un moreton verde en su mejilla, pero no se podía quejar, el moreton hacía juego con sus ojos.
No le espondí a Ela y me duché, cuando terminé vi que el foquito que indicaba mensajes, notificaciones o llamadas perdidas parpadeaba, chequé otro mensaje de Dany, mientras seguía con una bata en el cuerpo y una toalla en la cabeza
*¿Lo llevarás?
*Ahorita llego a tu casa, allá hablamos, te amo, perra
Y ahí terminó la conversación, me puse una blusa de manga corta, de lunares, con botones y hasta la cintura, junto a un short 19 cm arriba de la rodilla color negro y mis ya gastados vans. Dejé que mi cabello mostrara su libertad de expresion y bajé.
Mamá estaba sonriendo y me abrazó mientras se despedían, pues ya se iban.
-Cuidate demasiado, hija, te amo-dijo y podría jurar que estaba empuñando los ojos, sentí la mano de mi padre dentro de la pequeña bolsita de mi short. Mamá se separó de mi y papá sacó su mano y me abrazó.
-Usalo si tienes que salir-dijo sonriendome tomandome de los hombros.
Lo miré gritandole con la mirada De que putas hablas, Miller. Llevé mi mano a donde mi padre la había metido antes, y saqué unas llaves y comencé a gritar como loca y a dar saltos, abracé a mis padres fajones y les di las gracias.
Los despedí en la entrada y regrese a casa sentándome en un sillon de tres acientos.
Me quedé imaginándome la vida con mi auto, a todos los antros que podríamos asistir mis amigos y mi prima Kao
-Señorita, ¿cuándo se va al extranjero a estudiar?-dijo esa vocesita chirriante sacándome de mis hermosos sueños casi hechos realidad-Su madre me dió permiso de quedarme en casa de mi novio cuando usted se fuera.
Y así es, ¡Hasta la maldita perra de 20 años tenía con quien fajar, menos yo!
-¿y qué te apura? ¿Que me valla o que fajes con tu novio?-pregunté levantandome del sillon y mirandola desafiante.
-Las dos cosas-Y sí, a veces esta perra-culo-caliente se revelaba.
La habenté haciendo que se cayera acostada, me senté encima de ella y comencé a golpearla diciendole A mi me respetas, maldita perra. Logró salirse de entre mis piernas, se fue corriendo a la salida y me levante acomodando mi blusa y saliendo de mi casa.
Subí a mi nuevo auto y fui a casa de Dany, a dos cuadras de la mía.
Su abuela me recibió, me saludo, tambien sus tíos y subí a su habitacion, la vi acostada boca-abajo y me habente encima de ella
-Oh por favor, Jorge, no me fajes, no ahora-dijo ella y solté una carcajada y ella comenzó a simular gemidos mientras reía-Oh Jorge, sabía que la tenías grande pero..-Gritó como simulando placer y lo que yo preferí pararme aun riendo y pegándole en la frente.
-Como eres idiota, Ela-me senté en el suelo quedando frente a ella.*Moyetes: pan con queso derretido, untado con frijoles y chorizo.
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Amigo Mío.
De Todo“Nunca pensé que yo, Kendra Miller, me llegara a enamorar. Se suponía que no exsiste el amor, ¿que siento en el estómago cuando veo a mi querído Matías: persona de la cual nunca me habría enamorado a pesar de que fuera el único en la tierra? Mi vida...