"¿Porqué me amarías?"
Ahora que lo pensaba ¿porque le gustaba tanto Katsuki? No sabía, o tal vez si, bueno resulta que aquellos dos días en que lo cuidó pudo ver en el rubio cosas que jamás creyó encontrar, como su amor por la música y lo cuidadoso que era cuando se trataba de el cuidado de otros, quería pensar que solo fue así con el, le molestaba la idea del rubio cuidando a alguien más como lo hizo con el. Pero no solo eso, no estaba tan carente de amor como para caer después de unos cuantos buenos tratos amables, no, tambien se había dedicado a observar más al rubio, y mas de una vez lo pillo cantando lo cual le gustaba mucho, también lo vio hacer gestos cuando se tomaba un batido verde por las mañanas (cosa que se le hizo tierna), se dio cuenta que a veces cuando creía estar completamente a solas hablaba consigo mismo, o con alguien imaginario, era curioso y cualquiera diría que esta loco, pero al parecer esto lo calmaba, además sus pláticas eran muy profundas y el disfrutaba de oir la voz mas tranquila del rubio. Y no solo eso, con el tiempo noto como el oji rubí se esforzaba por ser el mejor, y no con el afan de hacer sentir inferiores a los demás (que fue lo que en un principio pensó de el) si no por el simple hecho de que ers su sueño, su vida entera, y eso de cierto modo lo inspiraba.
Si por eso le gustaba, pero no estaba conforme quería saber y conocer más de Katsuki Bakugo y sentado en el piso de su cuarto llorando no averiguaria nada. Así sin pensarlo demasiado se levantó y bajó hasta el piso del rubio. Cuando ya estaba frente a la pieza de Katsuki ya no estaba tan seguro de tocar, despues de todo de seguro el rubio ya estaba durmiendo, sin embargo el tarareo del rubio le advirtió que aún seguía despierto y finalmente tocó la puerta.
No recibió respuesta lo cual lo preocupó un poco así que intentó abrir la puerta, que, para su buena suerte, estaba sin seguro por lo que cedió al primer movimiento.
Lo que encontró cuando entró lo dejó perplejo, en el cuarto Katsuki estaba sentado en el suelo, recargado sobre su cama abrazando el abrigo que horas atrás Shoto le había prestado, y para completar estaba llorando. Lágrimas casi imperceptibles se delizaban por su rostro mientras convoz ronca tarareaba una canción
Heather- Conan Gray, Shoto la reconoció, parece que era una canción que había estado escuchando mucho recientemente.
El rubio no advirtió su presencia por el volumen de sus audífonos, y continuó en lo suyo mientras abrazaba aún más el abrigo sintió como alguien limpiaba sus lágrimas y levantaba su rostro.
Y ahí estaba, Shoto, con los ojos igual de rojos por su llanto minutos atrás, intentando calmar a Bakugo. Este solo atinó a llorar aún más y abrazar al bicolor, "seguro me veo patético" una voz en su cabeza decía, sin embargo su cuerpo se negaba a soltar al bicolor, pues creía que si lo soltaba se iría.
–Por favor, no me alejes, quiero poder conocerte, se que tal vez no soy de tu agrado o no lo se, pero tu a mi me gustas, no te estoy pidiendo que salgas conmigo, eso sería precipitado, pero quiero que te des la oportunidad de conocernos, y no se tal vez en el futuro salir– tomó aire y suspiró –Se que no soy tan lindo como Camie, y soy muy lento para muchas cosas a veces, además también soy un hombre y bueno...
Un beso delicado y suave se colocó en los labios del bicolor haciéndolo callar, se quedó estático, no sabía que era lo que acababa de pasar ¿el chico que le gustaba le estaba correspondiendo?
–Si sería apresurado salir ahora, pero a mi también me gustaría conocerte más, y no me voy a detener ahora que hemos empezado.
Se moría un poco de la vergüenza, así que solo se oculto en el cuello del bicolor quien feliz lo abrazó aún más fuerte, apegándole mas a él.
–Gracias, Katsuki.
・🌺・
Y de momento sería el fin, si les gustó? Porque quiero darle una segunda parte, pero primero quiero ver si si salió bien o no, así que si llegaron hasta aquí gracias! ❤️
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Heather - TodoBaku
FanfictionAun no era invierno, pero el frío del viento otoñal le daba pequeñas y dolorosas punzadas a mi corazón. (...) Tal vez no era el frío lo que hacía que mi corazón doliera, si no el verte sonreírle a ella. Los pers...