1922

106 9 5
                                    




Japón 1922

En ese tiempo un hombre utilizaba abusivamente el arte de la clarividencia de su hijo.

Todos los fines de semana su casa se llenaba de personas que buscaban contactarse con familiares que ya habían partido al otro mundo.

Su padre cobraba una considerable suma a las personas que asistían a la sesión espiritista.

Su hijo muchas veces no deseaba hacer la sesión espiritista, pero era obligado por su padre, quién lo encerraba en el sótano y lo privaba de comida por días hasta el día de la sesión.

Un noche la presión fue tal que la sesión se salió de control.

La puerta del comedor se abrió, la luz se apagó y el aire se tornó denso por lo que todos los presentes quisieron salir corriendo pero no pudieron.

Tobi el joven clarividente estaba de pie al filo de la mesa con los ojos en blanco fuera de sí, ahorcando a todos los presentes usando sólo su mente ya que las mismas personas sujetaban su propio cuello estrujándoselo.

Su padre en su desesperación y miedo cogió un punta y se la atravesó en su ojo izquierdo, logrando que las personas cayeran al suelo casi todas muertas.

Tobi cogió la punta sacándosela del ojo para luego en su odio y rencor hacer que las dos personas que aún respiraban en el piso se torcieran el cuello.

Su padre al ver la situación retrocedió hasta chocar contra la pared, su hijo giró su cabeza levantó su mano y su padre fue levantado en el aire sin siquiera tocarlo.

Tobi desde el filo de la mesa, lugar que nunca abandonó estranguló a su padre para luego dejarlo caer en el piso.

Catorce personas murieron en esa sesión espiritista, la policía cerró el caso no pudiendo encontrar a Tobi a pesar de haberlo buscado por años.

Muchos decían que veían a un joven caminar en medio de la noche, usando una capa negra y una máscara naranja de sólo un agujero que servía para su único ojo.

Sólo en dos oportunidades la casa de Tobi fue vendida y en ambas ocaciones todos los ocupantes murieron ahorcados.

La primera familia fue encontrada seca por el pasar de los años ya que nadie se acercaba a esa casa.

La segunda y última familia fue encontrada en estado de putrefacción.

Con el pasar de los años la casa pasó a propiedad de la comuna, fue restaurada y fue puesta en alquiler por temporadas ya que se encontraba cerca a una laguna.

Ningún episodio similar volvió a ocurrir en los años consecutivos.

Hasta cien años después...



Continuará

TobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora