𝕮𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 𝖙𝖜𝖔: 𝕷𝖆 𝖈𝖆𝖕𝖊𝖗𝖚𝖈𝖎𝖙𝖆 𝖗𝖔𝖏𝖆

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Capítulo II

"La Caperucita roja"

"Ten cuidado cuando expulses tus demonios, no vayas a desechar lo mejor de ti"
Friedrich Nietzsche

"Ten cuidado cuando expulses tus demonios, no vayas a desechar lo mejor de ti"Friedrich Nietzsche

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2022

—¿Cómo que no la atraparon? —los gritos exaltaron hasta en la parte este del palacio que se utilizaba para el arte, la consecuencia, un pobre hombre se le arruinó la pintura.

—Creíamos que sí lo hacíamos lo arruinaríamos —se defienden.

—Ya lo hicieron, son unos incompetentes —expone la reina con molestia —Diganme dónde está, iré yo misma a deshacerme de esa idiota.

—Pero, su majestad...

—No hicieron su trabajo, ahora me tocará arreglarlo —interrumpe retirándose de la sala.

William se encontraba frente a la puerta de la habitación de Amelia quien leía las páginas del cuaderno, que dio voluntariamente, en el celular, las primeras páginas hablaban de cada uno de los habitantes del lugar, cosa que vio muy útil la castaña, una era difícil de ignorar, su nombre se encontraba encerrado en rojo.

Éricis

Edad: 26 años.
Apariencia: Indefinida.
Inusual: capa negra (nunca se la quita).
Ventaja contra mí: Rango más alto que el mío.
Debilidades: Ella no es la que da las órdenes, es alguien más.

"Si te la cruzas ya no hay vuelta atrás, no debí confiar en el conejo."

Las últimas palabras estaban manchadas con tinta, pero aún eran visibles al acercar la imagen, la adolescente se disponía a continuar su lectura cuando murmullos afuera de su puerta llamaron más su atención.

—Necesito mi uniforme, no es pregunta William —espeto la reina.

—Pero, su majestad ¿Ya no está lo suficientemente ocupada? —pregunto preocupado.

—Aprecio tu preocupación, pero no la necesito, solo limítate a entregarme mi traje y armas.

—Si, su majestad —respondió con cierta duda.

Unos pasos alejándose fue lo que escucho, la adolescente apagó su celular y lo escondió dentro de una rotura que hizo en el colchón debajo, segundos después la reina entro para confirmar que la adolescente siga tranquila y en la habitación, está se encontraba mirando al techo como si fuera lo más interesante.

—¿Qué es lo que haces aquí realmente? —pregunto directamente.

—No sé qué me habla —responde Amelia con su mirada aún en el techo.

—Sabes de que te hablo.

—¿En serio? —pregunta la castaña sentándose en la cama para tener una vista mejor de la reina —Usted ya lo sabe ¿Por qué preguntármelo?

Las Malditas Maravillas © |EN PROCESO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora