Eres mi inspiracion

738 54 6
                                    

"¡Tienes que parar ya Mirabel!" Exclamó la abuela enojada con su nieta "Las grietas iniciaron contigo, Bruno se fue, por culpa tuya, Luisa se queda sin poderes, Isabela esta fuera de control, ¡por culpa tuya!" Cada palabra perforaba más el corazón de Mirabel "¡No se porque tu no recibiste un don!, ¡pero esa no es una excusa para que sigas lastimando a esta familia!"

Mirabel solo retrocedio un par de pasos, asustada y dolida por lo que su abuela había dicho sobre ella. ¿Por que siempre ella era la culpable de todo?, solo quería ayudar a su familia.

Sus hermanas al igual que sus padres miraban la escena impactados, por más que sentían lastima por Mirabel, ninguno se atrevió a defenderla. Pronto llegaron los demás familiares y sólo se quedaron a ver lo que iba a pasar.

"Nunca voy a ser... suficientemente buena para ti... ¿verdad?" Mirabel levantó su mirada y vio a su abuela con tristeza. Mirabel tenía sus ojos cristalizados y estaba aguantando las ganas de romper en llanto "No importa que tanto... intente serlo... no importa que tanto, lo intente cualquiera de nosotros"

La abuela miraba con una expresión seria y enojada a su nieta sin don. Sin importarle que esta misma estaba es un estado tan frágil.

"Luisa nunca será, tan fuerte como deseas, Isabela nunca será tan perfecta como deseas" Las chicas mencionadas mirando hacia abajo apenadas, ambas se sentían mal de haber dejado que Mirabel afronte los problemas que ellas mismas habían causado por reprimir sus sentimientos "¡Bruno dejó esta familia porque tu solo veias lo peor en el!"

"¡A Bruno nunca le importo esta familia!" Respondió de manera cortante.

"¡El ama a esta familia, yo amo a esta familia, todos amamos a la familia!, ¡tu eres a la que no le importa!" Las grietas de casita se hacían más visibles "¡Tu eres la que derrumba nuestro hogar!"

"¡Nunca te atrevas a-!"

"¡El milagro agoniza por culpa tuya!" Declaro Mirabel con firmeza, dejando a todos los presentes sorprendidos por sus palabras, pero ese momento no duró mucho.

Casita comenzó a temblar fuertemente, como si un temblor estuviera azotando el lugar. Las habitaciones de Todos se encendían y apagaban, Mirabel se dio cuenta de que la vela peligraba y fue corriendo a intentar salvarla. Le pidió ayuda a casita para subir hasta arriba, mientras su primo Camilo y su hermana Isabela intentaban llegar a la vela también, desafortunadamente no pudieron hacer mucho ya que sus habitaciones se destruyeron y por consecuencia perdieron sus dones cuando estaban por llegar a la vela.

Los demás familiares escaparon de casita, excepto los padres de Mirabel, los cuales la llamaban con miedo de que esta termine lastimandose o sufriendo algo mucho peor por lo que hacía en su último intento de demostrar que podía salvar el milagro.

Casita terminó empujando a todos hacia afuera, ya no le quedaba mucho tiempo de vida. Mirabel alcanzó la vela y la abrazo con cuidado, un temblor la hizo caer hasta el piso adolorida, la torre de Bruno iba a caerle encima, ella solo se aferro a la vela y cerró los ojos. Cuando los abrió, vio que casita la había salvado de la muerte, usando la poca fuerza que le quedaba, quito los escombros que estaban a su lado y vio todo el panorama.

Su vista era borrosa, pues sus lentes estaban opacos. Pronto su madre llegó con ella y se sintió aliviada de que estuviera viva, tan pronto como llegó se fue por que su hermana Pepa que vendría siendo la tía de Mirabel, la llamo desesperada y preocupada.

Mirabel se quedo sola, oyendo los lamentos de sus demás familiares al ver como su hogar había sido destruido. Se sentía realmente mal, lágrimas de culpa salían de sus ojos y bajaban por sus mejillas. Dio otro vistazo a la vela y confirmó que está estaba apagada, al final, ella no pudo salvar el milagro.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 09, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Te necesito... (Isabela x Mirabel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora