Reencuentro de hermanas II

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Dos semanas después de los acontecimientos actuales.

Un certero puñetazo de Sauza se impactó sobre el rostro de una mujer, precisamente en su maxilar superior lo que enseguida la derribó de espaldas luego de empujarla y hacerle perder el equilibrio. La mujer caída vestía un vestido de color violeta opaco con una capa de color beige que cubría sus hombros, ahora sus rodillas estaban reclinadas su rostro ensangrentado mientras sus ojos estaban detenidos en su agresora, la mirada era impávida y salpicada de una mezcolanza de sentimientos que oscilaban la indignación y la sorpresa  manifestados también estos sentimientos en su respirar bocal que consistía en unas repetidas inhalaciones y exhalaciones mientras su pecho ascendía y descendía, su cabello era castaño y sus facciones muy similares a la golpeadora .

- ¡¿Que diablos te ocurre Sauza?! espetó furiosa la mujer.

- Me ocurre Kaylita, que tu eres solo una mentirosa patética y un auténtico pedazo de basura. Respondía con un tono de voz pomposo, arrogante de hecho, deslizando las palabras con tranquilidad mientras guardaba la compostura viéndola fijamente cruzando sus brazos caídos donde sus manos. La menor de las dos hermanas respondía con cinismo pero todo parecía indicar que era su reacción a una ofensa anterior, precisamente una mentira y mientras procesaba la información la víctima del golpe haciendo funcionar sus engranajes para elucubrar la hipótesis ambas sostenían la misma mirada, finalmente la respuesta llego y fue simplemente un suspiro por parte de la chica de cabellos castaños, lo que causó que la que los portaba más oscuros arquee las cejas mutando su expresión a una de enfado.

- ¿Solo esa será tu respuesta Kayla? ¡¿Un suspiro?! acotó con indignación, ya que claramente con el golpe buscaba más que una simple descarga emotiva aunque el solo hecho supusiera una relajante parte del móvil de aquella agresión.

- Sauza, no tengo más que decirte me has abordado aquí para darme un puñetazo eres una mal educada. Le respondió Kayla que terminaba de incorporarse y observaba a su hermana con reproche.

- ¡Ayer mismo me has dicho que no querías verme por las cosas que han pasado con la basura de tu madre y porque no quiero reparar las cosas! Exclamó furiosa Sauza tensionando sus puños y apretando sus dientes luego de hablar, sus rápidas respiraciones nasales alertaban la gran ira que poseía.

- Si, eso dije ¿Hay algún problema con ello mocosa caprichosa? Respondió no sin antes poner una pierna adelante de la otra y echar su tronco hacia atrás en un lenguaje corporal que transmitía miedo.

- Si basura, si auténtica basura. Hay algún problema con eso, lo hay pero son varios no solo uno. El primero que no deberías demandarme eso ya que es Yurian la que se la ha pasado despreciándome, diciendo que se arrepiente de haberme parido, que ojala me hubiese abortado que los estúpidos hijos de sus criados son más hijos y mejores que yo, que soy la peor de sus hijos y quiero que sepas que me alegro mucho que esté transitando la enfermedad que transita, me alegra mucho saber que siempre portará una cicatriz en su rostro y que el ojo probablemente nunca vuelva a recuperar visión, porque es la mujer que no quiso salvarme de la taquicardia ella me generó, lo que ocasionó la furia de padre y su posterior detención, el motivo por el cual casi la mato pero si tengo otra oportunidad quiero que sepas que esta si será la vencida solo espero que NO me de motivos porque en verdad algo me detiene de hacerlo aunque una parte mía lo anhele. ¡¿Has escuchado Kaylita? Le dijo con una fuerte rabia en su voz pero en su mirada una congoja atroz que se fue externalizando a medida que hablaba y su voz se quebraba, su interlocutora la miraba muy analítica pero sin emitir sonido alguno.
-Solo quiero que pague su karma pero me conformo con lo ocurrido, solo quiero ser feliz con nuestro padre y el extraña a su hija, la que es neutral con el pero dura conmigo, porque conmigo elige ser injusta y además y he aquí el otro motivo por el que estoy furiosa ¡Mentirosa! Si, mentirosa has dicho que el veto no regía para mi sola si no también para Sarz. Prosiguió primero de manera calmada, ya sin rabia en la voz para luego de colocar el adjetivo que tenía dirigido para ella con mucha furia el nuevo estadio que adopte sea la angustia que se iba acentuando a medida que hablaba hasta que sus ojos estaban por desbordarse de lágrimas.

Kayla simplemente la mira, realmente se siente en un lío grande ve como las diversas emociones de su hermana van mutando pero ninguna parece conducirla a un prospecto favorable con respecto a su situación, pero son esos segundos de pausa en los que su hermana parece estar quebrándose donde decide simplemente dar la media vuelta e irse, pero es retenida por Sauza que la toma del antebrazo con fuerza, oprimiendo con la yema de cuadro de sus dedos bajo el codo del lado externo y el pulgar del lado interno. Ella recibe daño y se queja.

- ¿Por que cuando acepté tu decisión de vetarme pero cuestionándote que el que me deseo la muerte a mi, aquel con el que compartí desde antes de mi concepción espacio en ese recipiente también debía recibir lo mismo me has dicho que la regla aplicaba para el de igual forma y no fue así? Preguntó la menor de las dos con sinceridad en su intención sin ninguna intención oculta que no fuera la de recibir una disculpa o aunque sea una explicación. Se notaba por como clavaba su compungida mirada en la de Kayla quien nuevamente encontrándose acorralada suspiro y esta vez la reacción tampoco se hizo esperar, fue un fuerte puño en el estómago que la dobló de dolor.

- No suspiras, cuando te pregunto respondes y lo haces con palabras ¿Has oído? Espetó de manera autoritaria la más alta de las dos que finalmente redondeó la oración con una pregunta todo mientras su hermana la miraba con una fría cólera, ella por fin sentía calma, pareciendo invertirse el dominio de las emociones sumando que a medida sostenían el contacto visual los sentimientos antes pasivos en la castaña iban tomando más protagonismo que el propio autocontrol, apretando esta los dientes,

- Sauza, eres una... Al ver la sonrisa sádica que esgrimió su hermana simplemente se echó hacia atrás levantando sus manos en un reflejo causado por el terror, lo que sin dudas solo ensanchó la mueca, los ojos de la menor se clavaron en ellas haciéndole sentir un escalofrío espeluznante que recorría su columna hasta llegar a su nuca.  ¡Sauza no!

- Me llamo Quinn y si, ya se que soy... Dice con una voz serena sosteniendo esa sonrisa con la que destruyó la valentía de Kayla en pedazos, pero a su vez que su mirada se torna más sombría posándose hacia abajo. - Un agujero negro, una acaparadora de luz ajena que solo sirvo para sembrar oscuridad en los demás y que todo lo arruino, un parásito que estorba. Completó finalmente la idea con un tono de voz sumido en una profunda melancolía. 

La mayor observó absorta a la menor, la analizaba y estudiaba, pero realmente no podía evitar perderse en su objetivo destacando la sorpresa que le generaba esa vuelta de tuerca, miraba a los costados estudiando la posibilidad de irse como si observar el panorama fuera una manera de envalentonarse o quizás simplemente como mecanismo de orientación, lo cierto es que la de cabellos negros simplemente le otorgó lo que andaba buscando con tres palabras que supusieron un inmenso alivio. - Kayla, solo vete.

Kayla se incorporo y sin dejar de ver a su hermana por arriba del hombro con cierta altivez en su gesto de desdén pero con un respirar que anunciaba el terror que sintió, el cual aunque se iba disipando seguía ahí, su mirada se inquietó mientras medio sonreía entre un alivio y una resignación y fue ahí cuando se propuso a avanzar en su mirada había impotencia, sin dudas ese no fue el intercambio que la haya favorecido más ya que manifestó un fuerte temor y emergió este sentimiento como no lo había hecho antes  pero sin dudas que ella aún impone mucha gravitación en la psiquis de su hermana, lo suficiente para que unas palabras fuertes del pasado funcionen como un "deux ex machine" y aborte la amenaza.

Sauza por el contrario simplemente derramaba sus lágrimas plantada en sus dos piernas mientras su cerebro viajaba a lugares no muy agradables en lo que respecta al espacio tiempo, sectores enrevesados de su propia línea.

***

Ella siendo una niña le enseña un trofeo a su hermana adolescente, le brillan los ojos de alegría.

- Kayli gracias gracias. Agradezco que me hayas traído aquí, yo sabía mi exposición ganaría si conseguía darla bien. Espetó la niña que llevaba un trofeo color plateado en sus manos sosteniéndolo con cada una de una manija.

La mayor la miro con un hastío absoluto y simplemente suspiró molesta luego que la menor termine de hablar.

-¿Que  ocurre Kayli? Preguntó la portante del premio de manera preocupada e inquieta a la mayor.

- Ocurre Sauza, que estoy cansada de que todo el tiempo andes presumiendo, ¿Sabes? Ya entiendo porque no le caes bien a tus compañeros y te describen como lo que eres, una fenómeno.

- ¿U- una fenómeno Kayli? cuestionó con mucha tristeza en su voz la pelinegro.

- Si, como un agujero negro que se va reproduciendo en distintos mundos absorbiendo la luz de los demás, la luz es la felicidad al recibir atención y del reconocimiento del esmero, pero no se puede porque ahí estas tu absorbiendo y acaparando todo como lo haces en casa con tu infinita curiosidad que en verdad son solo intenciones de opacar al resto de robarles la luz como corresponde, eres solo una ¡Arruinadora! Si, arruinadora de momentos niña.

***


El flujo de lágrimas se detenía quedando solo las ya emanadas caminando por sus mejillas y ahora una sonrisa adornaba su rostro mientras se inundaba de orgullo y satisfacción por como logró intimidarla.

- Mis fantasmas se hacen más pequeños a medida que mis triunfos los van disipando como un agujero negro hace con la luz mi voluntad lo hará con su injusticia e impunidad. Completó orgullosa la hija de Szandor.













Un amor, el sendero de una venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora