Capitulo 17

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Non te lo dico né ti chiedo di tornare, capisco che sei in congedo medico, ma io e Carla non possiamo gestire i tuoi dannati casi!— (No te digo ni te pido que regreses, entiendo que estás de baja médica, ¡pero Carla y yo no podemos manejar tus malditos casos!) alzó la voz mientras caminaba por su oficina.

È solo per qualche altro mese...— (Es solo por unos meses más)

Assegna un avvocato per gestire i tuoi casi, Benicio— lo interrumpió— o vendi la tua dannata quota dello studio— (Asigna un abogado para que se ocupe de tus casos, Benicio, o vende tu maldita parte de la empresa) colgó.

—¿No está siendo muy dura?— preguntó Carla, viendo a la latina caminar de un lado a otro.

—No— negó con su cabeza, y alzó la voz— Durante los últimos catorce meses nos hicimos cargo de sus casos. ¡Catorce!

—Vos se lo dijiste, está con licencia médica.

—¡Esta con licencia medica porque es un jodido vago! No tiene nada grave. No sé está por morir. Lo único que hizo fue donarle un riñón a su hermana. ¿En serio vas a decirme que el tiene que tomarse más de un año de descanso?

—Cariño, no es poco lo que hizo, pero tenes razón— dijo calmada— Sentate, y tranquilizate, te va a hacer mal.

—Okey— suspiró, haciéndole caso— Decime de nuevo porque tuvimos que tener un socio más.

—Porque al principio no teníamos el dinero suficiente— rió— y porque es jodidamente inteligente.

—Si, lo es— reconoció— ¿Y por qué lo seguimos teniendo ahora? tenemos el dinero suficiente para que...— en ese momento, tocaron la puerta— ¿Si?

—Avvocata López— su secretaria entró, y le extendió un papel— questa busta è appena arrivata per lei— (Abogada López, le acaba de llegar este sobre)

Santana asintió tomándolo, y su empleada lo tomó como una orden para retirarse.
Era un sobre bastante grande de madera, y ella no tenía la mínima idea de lo que habría en el, pero cuando lo abrió, rió irónica, y una fuerte ira se apoderó de ella.

—¿Que es eso?— preguntó Carla viendo la mandíbula apretada de su ex, y Santana le pasó lo que había dentro.

—Leelo— dijo señalando la carta.

Vamos a celebrar nuestra boda (...) Queremos que estés presente (...) Brittany y Sam— leyó y alzó ambas cejas— Es una caradura. ¿Invitarte a su boda?

—No puedo creerlo— dijo mientras reia irónica, y luego suspiró— Fue cruel.

—No creo que lo haya hecho de mala, San. Todo va a estar bien.

—¿Que necesidad de invitarme, Carla? quiero decir... soy su ex esposa— contestó señalandose.

—Y la seguís amando— dijo asintiendo.

—No puedo hablar de esto justo con vos— negó con su cabeza.

—San, soy tu mejor amiga.

—Si, bueno...— se pasó sus manos por la cara en signo de frustración— Ella también me sigue amando— contestó— me lo dijo la noche de la boda de Noah.

—¿Y se va a casar?

—Y se va a casar— respondió— Igualmente es para mejor, no funcionamos en su momento como pareja, y...

—¿Vas a ir al casamiento?— preguntó sorprendida.

—¿Qué? no, claro que no— apretó el botón del intercomunicador, y llamó a su secretaria— Maria. Chiama il mio amico Noah e chiedigli il numero di Brittany Pierce, grazie— (María. Llama a mi amigo Noah y pídele el número de Brittany Pierce, gracias)

nueva oportunidad- brittanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora