Alas y Cuernos; [Katsudeku]

Epílogo

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aaaa 

volví

Les doy la bienvenida al final de Alas y Cuernos<3 Espero que vengan con toda la actitud, porque este es el final que he estado planeando desde que comenzó la pandemia y me emociona que por fin lo conozcan.

*Nerviosa pq sé que me van a querer madrear*

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Cuando abrió los ojos, estaba en una sala extraña. Parpadeó lentamente, mirando con atención el techo alto del lugar antes de que, poco a poco, un suave murmullo y pasos comenzaran a llamar su atención.

Giró el rostro con cuidado, pues se sentía ligeramente mareado, y se topó con sus amigos, quienes estaban cerca, Ochako estaba sentada en un camastro de terciopelo y Todoroki e Iida de pie, conversando en voz baja.

Intentó incorporarse, pero su torso dolió y tuvo que regresar a su lugar con un quejido.

Todos se giraron para mirarlo y se apresuraron a avanzar hasta él, la primera en llegar fue Ochako, quien se arrodilló a su lado y levantó la mano para tocarlo, pero se arrepintió al último momento, probablemente asustada al verlo tan frágil.

—Izuku, ¿Cómo te sientes? ¿Todo está en orden?

El mencionado la observó en silencio, apreciando la venda en su cabeza antes de comenzar a pensar en su propio estado.

—Estoy bien-

—Por favor, Midoriya, no mientas. —lo reprendió Iida, acercándose con un vaso metálico que parecía contener agua.

—Estoy mareado, me duele todo. —aceptó finalmente el de cabello rizado. Se incorporó con ayuda de Todoroki, quien lo sostuvo mientras Iida le acercaba el agua.

—Y con razón. —siguió el de cabello azul. —Te golpearon bastante fuerte.

—¿Cómo están los demás? —preguntó Izuku, regresando a su posición de descanso.

—Mejor que tú. —respondió esta vez Shoto, quien se sentó en un extremo del camastro en el que Izuku reposaba. —Excepto Kaminari, aunque ya está mejor, y Ashido, ella no ha despertado.

El impetum sintió como un enorme nudo de culpa subía por su garganta.

—Quiero-

—¡Ni se te ocurra! —reprendió Yaoyorozu, quien se había acercado a ellos mientras Todoroki hablaba. —No debes moverte por un tiempo, no sabemos qué tan mal estás, tus peores heridas son internas.

—Pero-

—Izuku, basta. —pidió Ochako, exasperada. —Lograste lo que querías, ahora, por favor, tómate un descanso.

Al ver su rostro afligido, la castaña suavizó la mirada y relajó su postura.

—Le pediremos a todos que vengan a verte, ¿sí? Solo no te levantes.

El pecoso asintió, sintiéndose miserable antes de que un ramalazo de pánico lo golpeara.

—Excepto Ka- Bakugo. —pronunció en un murmullo, quiso apartar la mirada, pero no tuvo el valor y gracias a ello pudo ver perfectamente como Todoroki e Iida intercambiaban una rápida mirada.

Sus amigos se retiraron, dejando el camino libre para que Izuku pudiera mirar sus alrededores con mayor libertad. Era una sala perteneciente al palacio de hielo, sin embargo, era cálida y amueblada con un sentido estético similar al de los palacios humanos, con muebles viejos y sólidos y color rojo.