Cupid's Poison

99 3 1
                                    

Dormí toda la tarde, el ruido de la puerta abriéndose me despertó.

—Dice mamá que muevas tu trasero vago y te apures — se mofa mi hermana Lynette.

Yo soy la hermana mayor, luego viene Lynette con 15 años y por último Anita de  5 .

Planificadas con cinco años de diferencia cada una de nosotras.

Que pereza tener que ser el ejemplo, siempre me lo reprochan en la cara que debo ser un buen pilar porque ellas seguirán mis pasos. Bueno, hago lo mejor que puedo con lo que tengo.

Hoy definitivamente mi madre estará molesta por haberme dormido, por no hacer la cena ni el que hacer doméstico. No fue a propósito, mi corazón dolía y lo único que podía hacer para consolarlo era dormir, así te olvidas de todo.

—Dile que ya voy Lynni

Cansancio, vacío y pesadez me afligen. ¿Hasta cuando me sentiré así?¿Alguna vez terminará?

No tengo hambre, pero al menos así puedo calmar lo que siento y llenar ese vacío. Ya sé, es turbio. Prácticamente me como mis emociones, sentimientos y traumas.

— Hola mamita—la abrazo por detrás. Me nació hacerlo.

Se gira y  amenaza con su mano.

—Eres una inútil, buena para nada. ¿No te da vergüenza ser así?—  Ira y decepción en su rostro.— ¿No ves que tienes hermanas pequeñas a quienes dar ejemplo?. No quiero que sean como tú, unas inservibles.

Auch, una patada dolía menos.

—Perdón mamá.

—¡Ya me tienes harta!.— reclama— ¡Siempre es lo mismo contigo, solo me das problemas!

Ella fue así conmigo  desde que tengo memoria. Pocas veces ha sido cálida, amorosa y buena. Gran parte de los años me ha tratado mal, hiriéndome con sus insultos con golpes incluidos. Luego actúa como si nada hubiera pasado, no la culpo, de niña tampoco le dieron amor ni buen trato. Todo el dolor encarcelado grita para ser liberado. Y lo hace de la peor manera.

Hace años anhelo y deseo irme, huir, escapar, dejar de ser su tapete o desquite cada vez que se pelea con papá y está enfadada. Pero mis hermanas me detienen, quiero estar ahí para ellas, ser su consuelo, ese refugio y apoyo que yo nunca tuve cuando más lo necesité.

— Ni dándote todos los golpes del mundo cambiarás, ya  no tienes arreglo. Estoy cansada de ti— continúa reprendiendo en un tono frío.

Yo no quiero golpes, solo necesito un abrazo, un hombro para llorar todo lo que me he estado guardando, sacar lo que duele, hablar de eso que me aflige y me quita la alegría. Decirle que ya no aguanto, me estoy asfixiando y muriendo de la peor manera.

No puedo cotar con ella, no me entiende. Nadie lo hace.

—Lo lamento, jamás quise ser una molestia para ti.

Me abofetea descargando su ira.

— Mami. ¿Por qué le pegas a  mi hermanita? — pregunta asustada la mas chiquita de la casa. 

Se tranquiliza un poco.

—Quítate de mi vista, no quiero verte.— ordena.

Salgo, necesito alejarme un poco de este ambiente tenso y negativo.

El cielo es increíblemente hermoso, millones de estrellas lo acompañan y  hacen lucir magnífico. Un privilegio total vivir en el campo.

Voy alejándome un poco, hace frío. Al llegar al patio trasero me recuesto en la hierba. Respiro con profundidad para oxigenar, neutralizar y aquietar mi mente.

PeaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora