Ocean

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21 de Septiembre, 2024; intento de suicidio.

6 meses antes

Quería tomar aire y aclarar mi mente para alejar esos demonios oscuros que reinan en ella, así que decidí ir a la playa. El océano me escucharía, siento que no voy a ningún lugar viviendo de este modo.

Este sentimiento de no pertenencia no se aleja jamás.

No encajo, no conecto y no me siento bien con nadie...
Las emociones e ilusiones son tan efímeras que se desvanecen con el ocaso dejándome con ese profundo sentir de nostalgia y vacío...Siempre siento demás y eso me lleva a la perdición. Quizá ese sea mi problema: sentir demasiado o no sentir nada. Dos polos opuestos que buscan un equilibrio y siempre terminan creando un caos infinito.
Rogando e implorando ayuda que  nunca la recibí he pasado noches enteras hace meses atrás.
Por mas loco y estúpido que parezca no hay ayuda externa, no hay nada ni nadie allá afuera, arriba o abajo que pueda socorrerte cuando estás temblando de ansiedad, rabia y dolor.

A nadie le interesa tu dolor.
Nos han implantado la imagen de un Dios para tener a quien dirigir esperanzas, culpar, suplicar y temer. Dicen que un posible cielo e infierno te esperan al cruzar al otro lado.

¿A dónde van los que han vivido en el infierno toda su vida?

Me siento a orillas del mar dejando que el agua y arena acaricien mis pies.
Una hermosa luna llena reina el cielo nocturno adornado por brillantes estrellas.

—¿Por qué carajos no puedo olvidar y dejar atrás a quienes ya se olvidaron de mi? — suelto agobiada y rota. —¿Por qué tengo que ser yo quien se quede estancada sin poder avanzar?— siento un nudo en la garganta y me cuesta muchísimo respirar con normalidad. — Me quedé en ruinas , en completa oscuridad y cubierta de polvo.

Quiero llorar y sacar todo aquello que me impide fluir, necesito con urgencia sacar esas espinas que estorban y hieren todos los días.

—¿Por qué siempre me rompen el corazón ?— dejó escapar un largo suspiro.— Estoy harta de ser un juego, demasiado cansada de ser una burla y un títere para la vida. Ya no quiero vivir detrás del telón y admirar desde las sombras a quienes triunfan y son felices mientras yo me escabullo cada vez más en la miseria y oscuridad.—Le hablo a la hermosa luna llena.

Angustiada, afligida, cansada de todo me rindo y permito que mis ojos lloren.
Hay algo tremendamente liberador cuando lloras, toneladas de dolor se disipan al menos por un momento...
Se necesita lluvia para que las flores no mueran, tomen impulso y de ellas broten bellos y únicos pétalos.

Tengo demasiadas preguntas, deseo entender y encontrar las respuestas.
Llevo caos y a veces se sale de control. ¿Por qué siempre lo arruino y estropeo todo?

Solo queda gritar, maldecir y llorar hasta vaciarme. Nadie está para consolarme, solo me tengo a mi misma. No es algo nuevo, las peores batallas las viví sola y en silencio, voy por el mundo tapando el dolor con una amplia y brillante sonrisa.

Nadie notó que moría cada día un poco más.
Solo me culparon por ser distante, fría, callada y selectiva, sin saber por cuántos infiernos pasé ni cuantas veces estuve al borde del abismo al igual que hoy.

Lastimosamente la naturaleza humana es así. Experta en criticar, juzgar y destruir.

Cada memoria que creí muerta y enterrada aparece para llenarme de nostalgia y otras de añoranza. Mi mente no deja de hacer ruido, pensamientos oscuros me persiguen siempre.
Cadenas me atan al pasado, intento romperlas pero no lo logro.

Hombres sabios dicen que solo los tontos viven atados siendo esclavos del pasado sin prestar atención al presente, llenos de sufrimiento añorando lo que pudo haber sido y no fue.

Desearía volver al pasado, si tan tuviera la oportunidad sería genial. Volver a vivir esos momentos que me llenaron de felicidad y paz, abrazar más y herir menos. Quiero recordar lo que se siente ser feliz.
Ya sabía que hacer y qué no.
Nos equivocamos millones de veces, la vida no viene con ningún manual. Aprendes a base de fracasos y dolor. De eso se trata la evolución . ¿Cierto?

—Todo estará bien— susurro para mi misma mientras lloro desconsoladamente y acaricio mis brazos para sentirme menos sola, rota y abandonada.

Extraño aquellos días donde era una niña feliz, sin problemas, iba feliz por la vida, con mucha curiosidad por el mundo y con el corazón impune de sufrimiento.
El brillo en mis ojos era notorio cuando hablaba de deseos y sueños , ahora es inexistente. Se apagaron junto con mis ganas de vivir.

—Eres fuerte, resiste un poco más— me animo. Sumida en el dolor en esta noche  helada, oscura, vacía y solitaria junto al mar, dejo que mis lágrimas caigan y se mezclen con el océano.

No hay nada pueda hacer para sentir seguridad, protección y paz.

El océano ruge y se compadece de mi.
El sonido de las olas es reconfortante, alivia el peso que llevo cargando en el alma hace siglos.

Esto me desvanece, colándose por piel y huesos.

Agua salada y fría cubre mi cuerpo, el océano lo cobija y toma en sus brazos.

Pulmones y vías respiratorias arden.

No lucho, tampoco quiero salvar lo que ya está perdido. No tiene sentido mantenerse en lucha constante en un mundo que solo  quiere verme destruida. De todos modos jamás pertenecí aquí...
Solo me rindo y mientras voy hundiéndome en el fondo marino mi mente al fin queda en blanco por primera vez. Todo lo que hacía ruido se calla y solo hay silencio.

¿ A quién le importa si una luz más se extingue?, ni siquiera lo notan.
Muchas almas batallan tirados en el piso tratando de no rendirse y alcanzar la luz, la mayoría pierde después de haberlo intentado muchas veces. Se agotan las fuerzas y las esperanzas.

La luz de Luna llena traspasa el agua, esbozo una sutil sonrisa.
Solía tener mucho amor por la vida, tantos anhelos que se desvanecieron como las promesas que una vez creí; pero ya no quiero vivir así. Llegué al límite.
Ya ni siquiera sabía lo que quería, estaba demasiado confundida, perdida y cansada.
Voy perdiendo la conciencia y mi corazón va dejando de latir.
Odiaba sentir ese vacío y agotamiento diario en mi pecho, jamás desaparecía.

—Puedo sentir y ver el dolor cruzando por tus venas, mantén la esperanza.

Una voz resuena en mi cabeza, no sé de dónde proviene.
Pero suena tan familiar...

—Si ves a la distancia, hay una casa esperando por ti. Un lugar donde estarás segura, dejaré una luz encendida para que sea tu guía y no te pierdas  . El lugar oscuro en el que habitas es demasiado cruel y fuerte, yo cuidaré de ti y disiparé tu dolor.— promete.

¿De qué me habla?

—No tengas miedo, no huiré y jamás te soltaré.

No veo nada, solo tenues luces de luna.

—Solo porque no lo veas no significa que no esté ahí.

Me habla una vez más. ¿ Quién es?

Busco en mi baúl de recuerdos pero no sé a quién pertenece esa voz.

—Abre tu corazón. Naciste para algo grande, eres especial. No lo olvides.

Estoy delirando, ya nada importa.
Pierdo total sentido y control de mi cuerpo entre la delgada línea de la vida y la muerte.

Un cuerpo moribundo se hundía en los abismos marinos, el océano era su cómplice.

PeaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora