IV

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-Que no, Tae, no iremos a los columpios, te puedes lastimar.- Habló el mayor mientras que cargaba al omega entre sus brazos. Estaban en un parque y el pequeño insistía con que quería ir a las hamacas.

Al recibir tal respuesta, los ojitos del chico se empezaban a llenar de lágrimas, preocupando al alfa, quien de inmediato lo puso de pie con cuidado, poniéndose de rodillas enfrente de él, poco importando que llevara un pantalón blanco y nuevo.

No le gustaba ver llorar a su bebé.

-No, precioso, no llores, por favor, ¿sipi? Podemos ir a otros juegos para que no te lastimes. ¿Te gusta el tobogán? Yo te puedo esperar al final para atraparte, ¿te gusta la idea?- Le hablaba siempre en un tono agradable y cariñoso.

Tomó las manitas del más bajito en espera de una respuesta. Vio como este guiaba las palmas del mayor para limpiar sus propias lágrimas, acción que le pareció adorable a Jeon.

Exactamente, ese era uno de los días en los que Tae era un niño pequeño, y Gguk su niñero. A eso se le llama "Little space", una terapia que el más pequeño tomaba, y a la cuál el mayor estaba dispuesto en todo momento a colaborar y ayudar.

Gguk era la persona en la que más confiaba Taehyung, y era su persona favorita, por eso le había preguntado si él podría cuidarlo en esos momentos. Muy gustoso le dijo que sí, que él haría todo por su omega.

-Sí, quiero hacer eso, Ggukie.- Dijo entre hipidos tiernos.

Y no pasaron más que segundos en los que el omega ya volvía a estar entre los brazos del más alto, enrollado sus piernas alrededor de su cintura.

Su noviazgo se olvidaba por completo cuando Tete estaba en regresión de edad. Él actuaba y pensaba cómo un niño de 4 años, y no era correcto tratarlo como normalmente. Se sentiría incómodo y triste.

Jeon entendía eso, y sabía perfectamente cómo identificarlo para que no haya malos entendidos. Él ama a su pareja -o a su niño en este caso- y respetarlo no le cuesta nada.

Llegaron a la resbaladiza, y Koo ayudó a su pequeño a subirse a la escalera. Era todo de un plástico resistente y casi todo rodeado por la parte de arriba.
Si iba muy rápido Tae podría lastimarse sus piernas, pero para eso estaba su gran y cariñoso Ggukie.

-Mira, te quedarás acá hasta que yo te diga, ¿verdad? En cuánto te avisé que ya puedes bajar lo harás. No tengas miedo, yo estaré al final para atraparte.- Su tomo era calmado y comprensivo, dulce.

El menor asintió y el otro se fue al final del túnel para recibir al cachorro de bonitos ojos.

-Ahora, pequeño.- Avisó, teniendo sus manos preparadas para que poder cazar al chiquito de tez dulce.

Y así fue, se escuchó un pequeño "wii" por parte del bebé grande. Cómo fue planeado, el alfa pescó a su lobito por debajo de los brazos, alzando lo rápido para que no llegara al suelo.

-¡Otra vez, otra vez!- Pedía emocionado su bebé, recibiendo lindas risas por parte del más grande.

-Ay, mi niño precioso. Me encanta verte feliz. Ojalá tenerte así todos los días.- Cada momento entre ellos dos era hermoso.

-¡Di!~ Ahora quiero meme. Porfa~.- Suplicó poniendo ojos de perrito, algo a lo que el contrario no pudo resistirse.

-Vamos a por tu meme, mi niño precioso.- Y sí, poco le importaba tener a personas viendo raro el cómo se trataban, ya que en su bonita burbuja estaba sólo ellos dos.

Se fueron a la banca más cercana para poder acomodarse mejor, dejando al más chico sentado sobre los muslos del otro, mientras este revisaba en la mochila negra que colgaba de su espalda anteriormente.

Ahí pudo encontrar el famoso biberón que tanto amaba Tata. Era de jirafas y estaba relleno de leche de almendras con vainilla. Le encantaba eso al menor.

-Mira, aquí está, mi pequeño. Abre la boca~.- Lo ánimo el alfa mientras que agitaba la pequeña botella con chupón, poniendo su dedo en el orificio para que el contenido no saliese.

Y sin queja alguna, el bonito omega abrió su boquita para esperar a recibir si bibi. No tardó mucho en lo que koo acercaba la goma a la boca de Tata, el empezando a succionar con delicadeza.

Definitivamente, eran el par perfecto.

-Mira qué grande que está mi niño, ya está creciendo.- Halagaba mientras que llevaba su mano desocupada a la espalda contraria, dejando tiernas caricias ahí.

Vio al menor agitando su cabeza de un lado a otro, para eso teniendo que dejar la mamadera. No le gustaba que le dijera que estaba creciendo.

-Ay, mi niño caprichoso, yo sé que aún estás pequeño, mi cachorrito. Me gusta molestarte así. No se enoje.- Ahora él le estaba haciendo ojitos para que el omega lo disculpara.

Sabía que iba a ceder de inmediato.

Y luego de unos segundos, el omega volvió a meter el chupón a su boca, succionando de manera no muy rápida para que su meme durara más.

-Toma todo lo que quieras, mi niño, yo tengo más leche de almendras en casa, y es toda para ti.- Le sonrió de manera dulce.

Sus palabras hicieron que el cachorrito se emocionará. Se notaba en el bonito brillo de sus ojos y en cómo empezaba a chupar un poco más rápido.

Así continuaron el par de lindos chicos, uno alimentado al otro mientras que este jugaba con sus deditos, poco importando lo que los demás llegaran a decir. Estaban así gracias a su amor y confianza en el otro y eso era lo que contaba.

Jeon haría cualquier cosa para ver a su bonito chico feliz, y él bonito chico haría lo mismo por su pareja -o mejor dicho cuidador-. A Gguk lo único que le importaba era el bienestar de Kim, y mientras él esté en un lugar seguro y cómodo, Jeon estaría tranquilo.

Los dos se aman por completo, y cada uno tiene su forma de expresarlo.

Chico De Cristal-KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora