Capitulo III

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La pelirosa se puso la ropa que le habían dado y decidió salir de aquel baño. Abriendo la puerta lentamente su instinto le decía que se quedará ahí, sin embargo no quería estar encerrada por miedo, debía disculparse y agradecer por la ayuda.

Salió y no vio a nadie, camino por el pasillo y noto varias cosas, la primera que no había fotos de los dueños de esa mansión,y segunda era la decoración que se veía fina y elegante, las luces eran pocas pero el silencio era notable. Suspiro un poco y trago saliva, era inevitable no sentir miedo ya que estaba dispuesta a cualquier peligro.

Llegó a la sala no sabía cómo había llegado ahí, solo se dedicó a mirar si se encontraba alguien y decirle sus agradecimientos, sin embargo sintió una mano en su cintura y una respiración en su cuello, la pelirosa se puso nerviosa y el miedo la invadió, no tenía idea de que estaba pasando ella solo quería estar calmada sin preocupaciones.

—¡Oh!, que tenemos aquí —Dijo un joven de cabello corto pintado de Borgoña/lila claro, alto, y de traje. Este agarró el cabello de la pelirosa para descubrir su cuello y olerlo.

—Hueles bien, oh estás temblando— dijo burlonamente. El joven agarró más a la pelirosa haciendo estremecerla y apunto de llorar.

—De-dejame en paz—La pelirosa empujaba al joven pero no tenía éxito alguno, hasta que el joven la dejo y se sentó en uno de los sofas, no sin antes reír.

—Oe oe tranquila, pero ¿Quién eres y por qué estás aquí?—Su voz cambió a una intimidante haciendo que la pelirosa temblará. El joven se irritó por la "Falta de educación" y procedió a pararse y acercarse lentamente.

— Parece que alguna pequeña no quiere hablar, estoy siendo bueno contigo pero tengo un límite—Llegó a la pelirosa y con su mano agarró el cuello de ella. La pelirosa dejo escapar un quejido y lágrimas, ella otra vez estaba en peligro.

— Hablaras por las buenas o lo harás por las malas— Empezó a desatar su corbata y su camisón, este empezó a agarrar el cabello de la pelirosa y lo acarició. La acorraló en la pared e hizo contacto con esos ojos jade y los ojos violeta de aquel joven.

—¿Ah? Ran.— Expreso un albino que recién llegaba, al ver lo que ocurría supuso que Ran iría a cometer una estupidez.

—¡Oh!, Mikey— Dijo sonriente mientras se acomodaba la corbata. El albino camino hacia la pelirosa y la miro. Los ojos de ella y el hicieron contacto nuevamente pero está vez fue un contacto cálido.

Mikey dio un pequeño suspiro y volteó a ver a Ran, quien esté se veía nervioso.

— Seré directo, no quiero que nadie toque a esta chica — La mirada de Mikey cambió a una mirada intensa, haciendo que el pelomorado se incomodara. - Entendió Jefe- dijo antes de retirarse.

Zombie Love (en pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora