Entrada 4: Sobreviviendo a la noticia.

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He estado intentando encontrar la mejor manera para describir lo que sentí en ese momento, pero simplemente no soy capaz de dar con las palabras apropiadas para hacerlo. Fue todo tan rápido, único e irreal que se me nubla la mente al recordarlo.

Sé que empecé a actuar bastante raro, bueno, ahora pienso en lo que hice y sin duda es raro, raro y vergonzoso, pero en ese momento me pareció muy normal el buscar cercanía, luego sentí el aroma de Otoya con algo de fuerza, después un golpe de calor tan intenso que incluso me daba la sensación de que mi piel estaba ardiendo y al final... fueron solo dos segundos, quizás tres a lo mucho, pero fueron los segundos más intensos de mi vida, donde me sentí tan sumamente necesitado de tacto que tuve el impulso de entregarme al primer alfa que se me cruzara.

No hay manera de explicar ese deseo tan grande de tener sexo, simplemente no se puede, ni siquiera un puberto que a penas empieza a descubrir su cuerpo podría decir algo así.

Después de eso... Bueno, solo sé que la próxima vez que tuve plena conciencia de quien era yo, ya era cinco de marzo.

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Cinco... de... marzo... y mi cumpleaños fue el primero.

Estuve cuatro días enteros total y completamente dominado por el instinto animal proveniente de un omega que ni siquiera sabía que tenía dentro mío. Cuatro días perdido en la profundidad de mi mente, mientras ese omega tonto hacía quien sabe que cosas con mi cuerpo.

Claro que me puedo imaginar la clase de cosas que hizo, pero prefiero saltarme esa parte.

El punto es que esos cuatro días fueron los más potentes de un celo EXTREMADAMENTE potente por si solo, pues fue el primero que tuve y si de por si eso ya es bastante pesado, en mi caso resultó peor, pues el vivir con mi omega dormido hasta los dieciocho, cuando realmente debí tener celos desde aproximadamente hace 5 o hasta 6 años... lo hizo todo mucho más descontrolado.

Una ola de impulsos contenidos estallaron de repente y fui golpeado directamente por ellos.

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Cuando Ai empezó a recuperar la conciencia, encontrándose a sí mismo recostado sobre su cama, lo primero que pudo procesar fue una sensación extraña recorrer su cuerpo entero. Era algo leve, pero notaba un cosquilleo en sus brazos, piernas y partes bajas, además de algo de calor.

Desorientado, quiso llevar su mano hasta su rostro para poder tallar sus ojos e intentar aclarar su vista, además de limpiarse un poco el sudor que sentía correr por su frente, sin embargo, solo con intentarlo se dio cuenta de inmediato de lo pesado que estaba su cuerpo. No solo le costaba trabajo mover los brazos, sino que su ser entero estaba así, como un piedra. El solo querer girarse un poco para ver si era capaz de sentarse lo dejó completamente agotado, tanto que incluso un pesado jadeo salió de sus labios.

Inmediatamente después de eso escuchó un par de pasos que se acercaban a él, acompañados de un aroma similar al de la pasta de dientes o una goma de mascar: Era menta.

Fue cuestión de segundos para que pudiera visualizar una silueta borrosa, sino fuese porque se trataba de una persona que conocía a la perfección, seguro no habría podido reconocerla pues no solo estaba empezando a oscurecer, sino que todo a su alrededor era bastante confuso en general.

-Ai, tranquilo -Decía esa persona, poniéndose de rodillas al lado de la cama-. Intenta no moverte mucho, necesitas descansar.

[UtaPri] Sobreviviendo a mi omega.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora